lunes, octubre 24, 2011

Crónica / Ciudad Juárez: «Joaquín Cosío presenta libro de poemas», por RMV

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El actor juarense leyendo uno de sus poemas. (Foto: JMV / RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de octubre de 2011. (Rubén Moreno Valenzuela / RanchoNEWS).- La reciente visita de José Joaquín Cosío a esta frontera tuvo un dejo de reencuentro y de homenaje. El actor, poeta y dramaturgo juarense (nativo de Nayarit) estuvo aquí para presentar su poemario Bala por mí el cordero que me olvida.

Antes de la presentación, en la Sala de Usos Múltiples del Centro Cultural Universitario, se ofreció una conferencia de prensa donde demostró que la fama no le ha afectado y que su humildad está a prueba de todo.

Dijo ahí que se sentía todavía como un aprendiz de la actuación y de la poesía, que no se consideraba un poeta consumado; que su vocación fuerte es la actuación porque él es un hombre de acción que necesita estar en movimiento.

Compartió su experiencia de trabajo con los mejores directores mundiales de cine.

Después, a las 19:00 hrs., vino la presentación del libro en el Teatro Gracia Pasquel, que tuvo un lleno de más de la mitad de espectadores, con la participación de Miguel Ángel Chávez Díaz de León, Rosario Sanmiguel y Agustín García, amigos suyos y compañeros del taller literario que coordinara David Ojeda; y Blas García Flores fungiendo como moderador.

Chávez Díaz de León leyó extractos de un texto publicado en la Ciudad de México sobre el joven Cosío que él conoció y su relación de éste con la poesía y el teatro; Rosario Sanmiguel dio lectura a un análisis literario del poemario que fue muy esclarecedor; mientras que Agustín García aprovechó la oportunidad para hablar de la mala calidad de los poetas juarenses jóvenes en comparación con la calidad de los primeros textos juveniles de Cosío.

Luego tocó el turno a José Joaquín de leer algunos poemas, pero antes externó la emoción, que era evidente que le embargaba, al estar en el escenario donde se formó como actor, en compañía de familiares y amigos. Emoción que le impidió leer ciertos poemas de índole familiar; porque su poesía es una poesía sumamente íntima y personal, que leyó esta noche con esa gran voz de actor que tiene.

Y si él, por modestia real, no se considera un poeta consumado, sus textos le contradicen como podrá usted constatar en los vídeos de la lectura de los poemas que serán incluidos en la edición 115 de la Revista Rancho Las Voces.

La última vez que saludé a Joaquín fue en el lobby del Centro Cultural Paso del Norte, en el 2008,
cuando asistió a la inauguración del ahora frustrado Festival de Cine en la Frontera en Ciudad Juárez.

Así que adquirí uno de sus libros (hubo que esperar a que trajeran más porque los que incialmente estaban en la mesa se acabaron); y luego, conforme se había anunciado, regresé a la Sala de Usos Múltiples donde se llevaría a cabo la firma de los ejemplares, donde ya había una larga fila aguardándolo.

A Joaquín lo han retrasado, supuse, la gente que se acercó a saludarlo. Al fin llegó y la fila avanzó con lentitud.

–Pero, ¿por qué hiciste fila? Tú no necesitabas hacer fila –me regañó–. ¿Qué voy a decirte? Puro cariño para...

Entonces se detuvo y me dijo:

–Me estoy orinando. Tengo que ir al baño.

–Pues ve, aquí te espero.

Y Blas García Flores lo condujo al baño más cercano entre las sonrisas de la concurrencia que dedujo lo que sucedía.

De regreso se disculpó:

–Lo siento, pero como tú eres de confianza...

–Ya ves para qué tuve que hacer fila.

Una vez que terminó de dedicarme el libro me dio un gran abrazo de hermano oso y por poco tumba la mesa.

Mi hermano Jaime me comentaría después que cuando le preguntaron si con la fama no había perdido piso, contestó: peso 115 kilos, eso me mantiene con los pies muy firmes en la tierra.


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