martes, noviembre 01, 2011

Poesía / Lilvia Soto: «Peines»

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A la manera de David Ray y dedicado a Bárbara Bush

Las mujeres se peinan
hasta sangrar.
– David Ray, El fascismo otra vez

Puesto que mi padre mató a su padre, él podría tratar de vengar su muerte. También podría llegar a ser Rey de Troya, ¡y no queremos más reyes de Troya!
– Neoptolemus a Andrómaca al arrojar a su hijo Astyanax desde el muro de Troya

Danzando en las calles
o solos en sus celdas,
para matar al demonio en su alma
los hombres canturrean,
golpean sus pechos.

Con látigos, cadenas, espinas
se flagelan,
esconden su penitencia
bajo ásperos silicios.

Antes que sus llagas cicatricen,
se flagelan de nuevo.

Ahora las mujeres se peinan hasta sangrar,
no existe silicio que oculte su sangre.
Saben que las madres de sus enemigos
podían haber parado a sus hijos guerreros.

Cada día se peinan con más ahínco,
el demonio le susurra a cada una
que podía haber lanzado
a su hijo desde el muro.

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