miércoles, marzo 14, 2012

Artes Plásticas / Francia: Exhiben «Degas y el desnudo»

.
Lienzos incluidos en la muestra parisina. (Foto: Ap)

C iudad Juárez, Chihuahua, 13 de marzo 2012. (RanchoNEWS).- Mujeres recostadas sobre la hierba, bañándose o en espera de clientela en un burdel... y mucha piel al descubierto. Los numerosos desnudos que pintó el francés Edgar Degas (1834-1917) resultaban un tanto sospechosos para sus contemporáneos del siglo XIX. Una entrega de DPA:

Ahora, el Museo D’Orsay, de París, reúne sus lienzos, pasteles y acuarelas en una exposición que pretende ilustrar la síntesis de su creación artística.

Degas y el desnudo, que abre hoy sus puertas para concluir el primero de julio, es la muestra monográfica dedicada al artista en más de 20 años.

A lo largo de cinco décadas, Degas pintó incontables desnudos. Más de 120 se reúnen por primera vez en París, gracias a la colaboración con el Museo de Bellas Artes, de Boston.

¿Por qué no se había visto una muestra así hasta ahora? «En el caso de Degas, se le encargaban sobre todo representaciones de carreras de caballos y bailarinas. Los desnudos fueron relegados. Eran, por decirlo así, su jardín secreto», explica Xavier Rey, comisario de la exposición.

Esplendor de una fantasía

El desnudo es uno de los temas tradicionales en la formación artística. Aunque Degas también pintó algunos desnudos masculinos, al estilo de las esculturas antiguas, su fantasía alcanzó el máximo esplendor a la hora de pintar cuerpos de mujer. La ruptura con el academicismo y las formas consideradas ideales se produjo a lo largo de los años 70 del siglo XIX.

Degas empezó a pintar burdeles, con prostitutas que respondían al estereotipo de gordas, sin formas definidas y sin expresión. En parte por eso, las malas lenguas afirmaban que el pintor sólo conocía los burdeles por la literatura. «Se sabe poco de su vida privada, pero se ha especulado mucho. Algunos incluso afirman que era homosexual», cuenta el comisario.

El artista no trataba precisamente con guantes de terciopelo a sus modelos. Éstas debían mantenerse horas en las posturas más incómodas y antinaturales, y tenían que aguantar sus gritos cuando se movían.

«Quizá traté a la mujer como si fuera un animal», explicó en su día Degas. Pero la frase no debe entenderse en sentido literal: Degas quería subrayar que no trataba a la mujer como tal, sino como un objeto, como un jarrón, puntualizó Rey.


REGRESAR A LA REVISTA