miércoles, marzo 14, 2012

Literatura / España: Los anglosajones dicen de Poe que fue «el peor de los grandes escritores»

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Ilustración: Ulises. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 14 de marzo 2012. (RanchoNEWS).- «Edgar Allan Poe: el peor de los grandes escritores», anunciaba anteayer un titular en Prospect Magazine, una revista de crítica del Reino Unido. Y nosotros, chicos de provincias literarias, nos quedamos un poco desconcertados. ¿Poe, mal escritor? Las pruebas, al parecer, se basan en un puñado de citas de autoridad: Aldous Huxley lo llamó «vulgar»; Kingsley Amis, «execrable»; George Orwell, «enfermizo, en un sentido clínico». Y hasta Arthur Conan Doyle presumía de ser bastante mejor escritor que el autor de Baltimore, frase que escandalizará a muchos lectores españoles. El artículo, en el fondo, estaba dirigido a ensalzar la figura de Poe más allá de sus zonas débiles y recordaba que el desdén hacia su obra es un asunto del mundo anglosajón, ya que en la Europa continental su buen nombre no está en duda. Pero, ay, ya nos dejaron la duda en la cabeza. Una nota de Luis Alemany para El Mundo:

«Lo interesante del tema es que leí ayer un articulo sobre Dickens y el autor utilizaba citas de Huxley y de Orwell bastante parecidas a las mencionadas en el articulo que me mandas...», explica François Monti, crítico y traductor de literatura española al francés. «El periodista explicaba el desdén hacia Dickens como un menosprecio del modernismo vigente en esta época hacia la literatura de finales del XIX. ¿Ocurre lo mismo con Poe? No lo sé, yo tampoco sabía que no lo tomaban en serio. Es verdad que Poe tiene una imagen un pelín gótica y que eso puede explicar cosas. Pero para mí, Poe es el hombre traducido por Baudelaire y defendido por Mallarmé, no puedo no tomar su trabajo en serio...».

El novelista Alberto Olmos también está entre los desconcertados: «Poe no es un autor al que haya dedicado muchas horas. Sin embargo, no parece discutible que se trata de un autor esencial. Lo que sé es que, prácticamente, fundó el género policial, que ya es decir mucho. Aunque siento una mayor inclinación por Ambrose Bierce como autor del género de terror, no se podría entender ni a Bierce ni algunas piezas de Kipling ni, después, al propio Borges, sin Poe. Mi relato favorito de Edgar Allan es La caída de la casa Usher. Su influencia es casi insoportable en la literatura fantástica posterior. Me parece digno de mención que en Japón un autor de cuentos de terror imitativos de los de Poe cambiara su nombre para firmarlos como Edogawa Rampo (que es como se leería a la japonesa Edgar Allan Poe). Piglia ha escrito algunos ensayos apasionantes sobre el detective en Poe. Su famoso poema El cuervo, sin embargo, me parece un poco literatura de sacristía, demasiado protocolario en su ranciedad (no en vano era una pieza mecánica perfecta, como él mismo explicaba en Filosofía de la composición). A Poe le debemos el mejor consejo del mundo para escribir cuentos, eso sí: trata de concentrarte en transmitir una sola emoción».

«Poe es para los americanos uno de esos autores que nos obligaron a leer en el bachillerato», explica Scott Esposito.

Más impresiones para el desagravio: Javier Villán, poeta y crítico teatral de El Mundo, publicó ayer mismo una pieza entusiasta de Desaparecer, montaje de Calixto Bieito con texto de Poe. Quien conozca a Villlán, sabrá que es un entusiasta obsesivo del escritor estadounidense. «Poe es una cosa de aúpa. En el mundo anglosajón quizá lo desdeñen por lo que tiene de insólito, pero es un escritor superdotado como ningún otro para la narración del infierno. Uno vuelve a releer El cuervo y ve el mismo prodigio de misterio. Ese never more que expresa la idea de amenaza, desarraigo y maldad en sólo dos sílabas...».

Villán recuerda también el hilo que une a Poe con los malditos franceses. Y por ahí se dirige también el poeta Antonio Lucas, redactor en la sección de Cultura de este diario. «Lo que sucede con Poe es extraordinario. Abrió campo en varios frentes: novela policiaca, fantástica, de terror gótica, incluso ensanchó a su modo el simbolismo con aquel poema, El cuervo... Y todo, probablemente, muy regado de whisky malo. Baudelaire lo tradujo al francés y dejó al descubierto un mundo que tiene mucho de fascinante, de explosivo en lo oscuro. En la prosa de Poe hay una psicología extremada del pavor, de la fragilidad y de la crueldad al mismo tiempo... Y luego están sus poemas, aquellos que no son El cuervo, como el titulado Anabel Lee, con su sonoridad, con sus capas de significado, con su «esoterismo» incluso. Poe significa una forma de entrar a saco en los miedos del ser humano, quizá una senda aún sin desbastar que va a dar tiempo después en Kafka, en Lovecraft, en todo aquello que nombra la penumbra de la vida, donde tantas cosas suceden... Cuando uno lee a Poe por primera vez se queda en Poe. Hace poco se celebró el 200 aniversario de su nacimiento y regresó tímidamente. Es uno de esos autores que ya está ahí, sin marcha atrás. Quizá una moda pasajera lo empuja y le hace escaparate, pero sin que eso suceda sigue siendo Edgar Allan Poe, un tío muy extraño que entendió con un talento prodigioso que el hombre es, en definitiva, un puñado de gente rara».

Está bien. Seguimos siendo de Poe. Pero entonces, ¿de quién es el malentendido? ¿De los anglosajones ingratos? ¿O de nosotros, europeos continentales, llenos de pajaritos en la cabeza?

Javier Villán: «Uno vuelve a releer El cuervo y ve el mismo prodigio de misterio»

«Si quieres, puedo pedir más sobre el tema a un colega americano, un crítico», escribe François Monti.

«Yes, please». Al cabo de unos minutos, Scott Esposito, editor de la revista de crítica literaria The Quarterly Conversation manda un correo con la explicación definitiva.

«A Poe lo leímos todos en ell bachillerato junto a un montón de autores de ese periodo (todo lo que va de Harriet Beecher Stowe y Washington Irving a Mark Twain, Walt Whitman, Emily Dickinson, etcétera), así que tendemos a pensar en él como 'uno de esos escritores' que te obligaron a leer. En realidad, era una literatura enseñada más en el contexto de la historia de EE UU que como literatura... Después, la verdad, no es un autor muy leído. Diría que no está en el programa de los grandes departamentos universitarios de literatura en inglés; pocos de mis amigos lo han leído con atención o le tienen en mucha consideración. Su imagen es la del tipo aquel que escribió un poema sobre el cuervo y un par de historias de terror bien conocidas por sus adaptaciones de Disney. De modo que lo que no suena es la película, más que los cuentos... Sé que Michel Houellebecq escribió un libro sobre su devoción por H.P. Lovecraft, que probablemente sea lo más parecido a Poe que tenemos en el siglo XX... Y que es igual de ignorado. Así que sí, diría que Poe es más querido por los escritores franceses, españoles o argentinos (puede que hasta por los mexicanos) más que por nosotros».


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