jueves, julio 05, 2012

Artes Plásticas / Entrevista a Glenn D. Lowry

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El historiador del arte y director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el Palacio de Bellas Artes. (Foto: María Meléndrez Parada)

C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de julio de 2012. (RanchoNEWS).- El éxito rotundo de la exposición monográfica dedicada al muralista Diego Rivera en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que culminó en mayo pasado, ocurrió por la coincidencia de las convulsiones sociales del Ocupa Wall Street, considera en entrevista Glenn D. Lowry, director de ese espacio cultural estadunidense. Una nota de Alondra Flores para La Jornada:

La forma en que el pintor mexicano percibía el mundo y su análisis socialmente comprometido, las tensiones económicas, las diferencias entre los que más y los que menos tienen, 80 años después de que se realizaron los murales, coincidieron con un movimiento, en un año en el que muchos de los mismos temas siguen presentes en nuestra cultura y sociedad. «Entonces la exposición tuvo una inmediatez que incluso nosotros no esperábamos», comenta sobre la exhibición, «una de las más importantes que hemos hecho, además de las más populares», la cual recibió más de 70 mil visitantes, de acuerdo con Lowry.

«Las personas vieron algo original, audaz, muy consecuente. Y éstas son las palabras que siempre usaré para Diego Rivera, además de provocador».

Capacidad para explorar

De visita en nuestro país, con motivo de las exposiciones dedicadas a Edvard Munch y el expresionismo alemán en el Palacio de Bellas Artes, con obras de la colección del MoMA, Glenn D. Lowry, director de uno de los museos más relevantes a escala mundial, conversa con La Jornada.

«Los artistas tienen una capacidad única de explorar y comprender nuestro mundo, comunicar asuntos complicados, perturbadores, de manera poderosa y directa que casi nadie puede hacer, expresa. Para mí, el interés de estudiar el arte contemporáneo y moderno es porque abre una ventana en un mundo mucho más grande, a la política, la economía, la historia, los movimientos sociales; todo lo que uno se puede imaginar se entrelaza en el arte contemporáneo y para mí ésta es la ventana a través de la cual siempre estoy mirando», dice Lowry, quien desde 1995 encabeza la dirección del MoMA.

Las instalaciones ubicadas en Manhattan prácticamente son su casa, pues vive a cien metros del edificio principal, en una torre del museo neoyorquino poseedor de una colección de arte de más de 150 mil obras, entre pintura, escultura, dibujos, grabados, fotografías, maquetas, dibujos y objetos de diseño.

Por ejemplo, en lo relativo al expresionismo alemán, parte de la colección que ahora se presenta en México, resguarda más de 3 mil piezas.

«Llevo 17 años a la cabeza del museo y aún me siento como si estuviera apenas empezando a conocer y no al final de lo que tengo que aprender; sigo aprendiendo y solamente porque los artistas son personas tan interesantes, esa creatividad que ellos emanan es la forma en que nosotros tratamos de acrecentarlo y presentarlo a un público cada vez mayor», dice el historiador del arte, nacido en Nueva York en 1954, quien al principio de su carrera se interesó por las pinturas en miniatura de los siglos XV y XVI.

«Veo el MoMA como un foro, un laboratorio donde todos nosotros, estadunidenses, asiáticos, latinoamericanos y africanos, podemos entablar una conversación común acerca de las formas de expresión artísticas más importantes y de mayor reto», como parte de su visión, donde espera que a los visitantes les sean abiertas «muchas ventanas para que miren y piensen el mundo. Somos una institución muy importante, por tanto, podemos ser un sitio de miles de ideas. Soy feliz si alguien llega al museo y encuentra una obra de arte que nunca había visto en su vida y lo deja pensando acerca del arte. Pero también me siento feliz si alguien comienza a hacer preguntas de cómo se desarrolla la historia, por ejemplo, asuntos de equidad social, ya sea mediante la abstracción o la representación. Para mí la meta del museo es catalizar la respuesta de las personas a todo lo que sucede alrededor de ellos».

En el mundo del arte, México «ha sido y seguirá siendo una fuente extraordinaria de artistas interesantes: arquitectos, diseñadores, realizadores y fotógrafos, entre otros. Es uno de muchos lugares que están produciendo arte extraordinario.

«Podría decir que el MoMA es la ciudad de México al norte; estoy seguro de que habrá más exposiciones conforme vayamos poniendo los ojos en el futuro, aunque por el momento nos den tiempo para empezar a pensar».

En la conversación efectuada en el Palacio de Bellas Artes, tras atravesar el umbral de mármol una mañana soleada, sonriente por estar en uno de sus países favoritos y con libros recién comprados en mano, Glenn D. Lowry afirma sobre su materia y pasión: «Es más fácil comprender el arte contemporáneo que ver arte que data de hace 500 años. Los artistas están hoy produciendo arte al utilizar las ideas del momento; si uno está abierto a los mensajes que ellos tienen que comunicarnos no es tan difícil comprender estas obras de arte contemporáneo. Era una visión antigua que el arte contemporáneo era difícil, oscuro, opaco, ocultista. La razón por la que es tan divertido pensar en arte contemporáneo y moderno es que si uno lo mira, lo observa, lo piensa, casi siempre va a aprender algo. Nada más se necesita una mente abierta, un poco de paciencia y una voluntad para seguir al artista».

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