martes, noviembre 20, 2012

Fotografía / México: Escobar, el fotógrafo desconocido de la Revolución

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Estación Colonia, Ciudad de México, 7 de junio de 1911. Revolucionarios en la Estación de México, Emiliano Zapata, Manuel Asúnsolo, los hermanos Martínez. Recibimiento de Francisco I. Madero a su llegada a la Ciudad de México. (Foto: Cortesía Archivo Fotográfico Aurelio Escobar Castellanos)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de noviembre de 2012. (RanchoNEWS).- Como otros que integran la larga lista de fotógrafos anónimos que retrataron los distintos episodios de la Revolución Mexicana, el trabajo que Aurelio Escobar Castellanos desarrolló en esa época ha sido poco reconocido. En su caso, se explica porque la mayoría de sus fotos aparecen bajo la firma H.J. Gutiérrez, nombre de la agencia de su sobrino, Heliodoro Gutiérrez Escobar, para quien trabajó al principio de su carrera. Una nota de Abida Ventura para El Universal:

Poco a poco, el nombre del jalisciense ha salido a la luz, con menciones en libros que revisan el trabajo de los fotógrafos de la época, muestras y textos que redescubren su obra.

Como parte de esa labor, hoy a las 17 horas, en el Archivo General de la Nación (AGN), en cuyas bodegas se resguarda parte de su acervo fotográfico, se presenta el libro El que se mueve no sale en la foto. Aurelio Escobar, Fotógrafo Profesional, que es coeditado por el AGN, Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de Mexico (ADABI) y Quintachilla ediciones.

La publicación, la primera dedicada al trabajo del fotógrafo, reúne cerca de 70 fotos en blanco y negro en formato panorámico de 360 grados, técnica en la que Escobar fue pionero en México y que usó «para transmitir la fuerza de las manifestaciones y los mítines que fueron transformando la vida social y política del país».

Ocasionalmente, este formato era usado a principios del siglo XX, pero Aurelio lo retomó como parte de su labor diaria, dice su nieto Arturo Guevara Escobar. Con ese formato, él capturó la vida política, sindical y privada del país; retrató personas, eventos sociales públicos y privados, mítines y hasta incursionó en la foto publicitaria.

Guevara Escobar, quien ha rastreado en archivos y acervos la historia de su abuelo, comenta que desde el principio de su carrera tuvo visión por las tomas panorámicas. Lo intentó en 1911, cuando junto a sus hermanos Enrique e Ignacio, aún bajo la tutela de Heliodoro Gutiérrez Escobar, le tocó presenciar la Toma de Ciudad Juárez, en Chihuahua. «En ese momento no tenía una cámara panorámica, lo que hace es tomar una secuencia de imágenes para después poderlas ensamblar», cuenta su nieto.

En el libro, el historiador Xavier Guzmán dice que la singularidad de las tomas panorámicas de Escobar radica en que con el buen uso del montaje y una excelente composición estética, pudo capturar «el poder de la industria simbolizado en sus instalaciones y directivos, la fuerza de los obreros en sus mítines y la esperanza testimoniada en jóvenes recién graduados o deportivos».

Si bien este tipo de fotos de Escobar circularon entre clientes, diarios y revistas de la época, gran parte de su acervo es prácticamente desconocido.

Durante sus 70 años como fotógrafo, desde la Revolución y hasta el sexenio de Adolfo López Mateos, Escobar realizó miles de imágenes en México y Estados Unidos, país donde obtuvo un diploma como fotógrafo profesional y trabajó un buen tiempo.

Guevara Escobar indica que junto a sus hermanos, Aurelio fue uno de los fotógrafos que siguió de cerca la Revolución, sobre todo el desarrollo de la facción maderista; incluso se declaró maderista. De su trabajo destacan el retrato de Francisco I. Madero junto a su padre en El Paso, Texas, en mayo de 1911; y uno de Pancho Villa en Ciudad Juárez, en mayo de 1911, así como imágenes de soldados apuntando con sus armas sobre una colina, cerca de la ciudad de México.

En estudio o con cámara al hombro, Aurelio Escobar también retrató las secuelas del movimiento armado, como la guerra Cristera y las campañas militares.

Finaliza conservación de los negativos

Parte de su acervo lo resguarda el AGN, quien desde hace dos años clasifica, conserva y digitaliza el Archivo Fotográfico Aurelio Escobar Castellanos, integrado por 4 mil 369 piezas panorámicas de 360 grados, de las cuales sólo se ha clasificado 11%.

Ana Lilia Quintero, del Centro de Información Gráfica del AGN, dice que la labor de clasificación, estabilización, restauración y digitalización de los negativos de unos 20 centímetros de ancho por 2 metros de largo, fue complejo e inédito. «¡Son unos monstruos de dos metros!. Nadie se imagina negativos de esas dimensiones. De esa importancia es el material».

Por ello, para la digitalización se seleccionaron aquellos negativos que presentaban más daños y los que era necesario tener digitalizado por su importancia histórica.

La labor de los restauradores también se plasmó en la publicación, con textos de los historiadores Ariel Arnal y Xavier Guzmán y el testimonio de Arturo Guevara Escobar.

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