jueves, noviembre 08, 2012

Obituario / Ricardo Anzaldúa Morales

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El escritor chihuahuense. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de noviembre de 2012. (RanchoNEWS).- El escritor Ricardo Anzaldúa Morales (Chihuahua, 1958) falleció el pasado martes 30 de octubre de 2012. Cursó varios talleres literarios. Consiguió la beca David Alfaro Siqueiros - 2003, en la rama de cuentos y narraciones por su proyecto Corre, Ve y Dealer.

En la Revista Ombligo fue recordado el 31 de octubre pasado de la siguiente manera:

Escritores, familiares y amigos del poeta chihuahuense Ricardo Anzaldúa mostraron su dolor a través de las redes sociales luego de su fallecimiento el día de ayer alrededor de las 21:00 horas.

El autor juarense Mauricio Rodríguez, uno de sus grandes amigos en esta frontera, recordó su amistad con «Ritxi», como se le conocía en el medio cultural.

«Mi Ritxi por esas largas conversaciones de madrugada aunque estuviéramos tan lejos, por la sensación de siempre estar cerca, porque el abrazo a la distancia siempre fue la ruta de nuestra amistad, tan sincera, porque confío porque te amo cabroncito padre, confidente, amigo, porque sé que nos volveremos a ver…», escribió Rodríguez en su muro de Facebook.

Ricardo Anzaldúa sufrió dos infartos en agosto por lo que sus familiares solicitaron apoyo a la comunidad y a varias instituciones gubernamentales para someterlo a una costosa operación, sin embargo encontraron respuesta sólo de sus amigos y gente cercana al escritor. De acuerdo a información conocida por Revista Ombligo, en noviembre de 2010 había sufrido otros dos infartos. El Instituto Chihuahuense de la Cultura, instancia oficial que pudo haber intercedido por el poeta, no lo hizo.

Liliana Pedroza, coordinadora de Escritores por Ciudad Juárez en Madrid, España, expresó también el dolor de la organización:

«Lamentamos el fallecimiento de nuestro compañero Ricardo Anzaldúa ‘Ritxi Cochiloco Perroldua’ poeta y miembro activo de este proyecto de paz por México. Sus acciones y sus letras nos seguirán acompañando. Descanse en paz».

El director editorial de la Revista Contratiempo de Chicago, Gerardo Cárdenas, se unió también al dolor que embarga a los artistas chihuahuenses: «Lamento el fallecimiento del poeta mexicano Ricardo Anzaldúa, uno de cuyos últimos textos lo publicamos en Contratiempo. Un abrazo con mucho sentimiento y solidaridad a sus familiares y amigos».

El autor Dalí Corona escribió ayer en el muro de ‘Cochiloco Perroldua’: «Ritxi. Todo mi amor, todo mi cariño. Ojete. No me esperaste. Te quiero un madral».

Antonio Flores Schroeder recordó en el muro de Anzaldúa sus charlas de madrugada: «Nuestras pláticas de madrugada fueron para mi muy enriquecedoras. Conservo esas charlas de locos a las dos o tres aeme, luego de que habías cerrado las hamburguesas. No pudiste venir al encuentro de escritores por las razones que tu y yo sabemos. Descansa en paz. Tenlo por seguro, algún día nos conoceremos en persona, de eso no tengo ninguna duda. A tu familia mi más sentido pésame. Él los amaba, se los aseguro».

Desde que se conoció la noticia, la noche del martes, la cuenta personal de Facebook del poeta chihuahuense se llenó no sólo de dolor, sino de recuerdos, abrazos y largas despedidas.

«Que casualidad de la vida, que le toca despedirse en la misma capilla velatoria donde despedimos a Rafa Ávila su “Gurú de las Letras” (como Ricardo lo llamaba), y a quien también le mando un saludo donde quiera que se encuentre. Te vamos a extrañar Ricardo!!…», escribió Pedro Treviño Terrazas.

«Me guardo nuestro re-encuentro, tus letras, tus albures, tu sonrisa, tus carcajadas, nuestras pláticas llenas de complicidad, nuestros skypes, nuestra música, nuestros brindis cibernéticos, nuestro amor por la vida … Te quiero harto, morro..», plasmó María del Carmen Carvajal en Facebook.

Mar Lega indicó por el mismo medio el estado de ánimo que priva este día entre la comunidad intelectual de Chihuahua: «Un día muy triste mi perrín, sí que te voy a extrañar, a ti y tu alegría».

«Ritxi querido amigo, no puedo creer que te fuiste! Cuántos recuerdos hermosos nos quedan de vos, México, Argentina. Descansa en paz Riqui querido», escribió Elisabet Zarra.

Susana Machuca apuntó algo más en su perfil: «Ya ves Ricar: como sí tienes “corazón de condominio”? Diste mucho amor a todos aquellos que nos cruzamos en tu camino. Personas como tú nunca se van. Siempre quedará algo de tí en cada uno de los que “tocaste”…».

Entrevistada por Ombligo, Machuca, una de sus amigas de la infancia y adolescencia, recuerda así a Ricardo:

«Él era menor que yo , la amistad era más con sus hermanos y él con mi hermana (Gabriela). Cuando sé es chavo, 6 años es un mundo de diferencia. De adulto ni pintan. No es mucho en verdad lo que te puedo platicar, pero en esencia no cambió. Me fue muy raro reencontrarlo con hijos que tienen la edad que él tenía cuando dejé de verlo…», indicó.

Agregó que «el Ricardo» que ella conoció era muy alegre y bromista «pero eso sí, igual que sus hermanos muy bien educado y muy correcto. Creo que nada que ver con el Ritxi irreverente de su época de escritor, nada que ver con el Ricard mujeriego, bohemio, trasnochado y pisteador… con su mirada de ‘engaña pendejas’…», dijo.

En una ocasión, recordó, le presumió un overol que él mismo había confeccionado:

«Me explicó para que no me quedara duda que él lo había hecho, que de uno ya roto y viejito que tenía, lo descosió; usó como moldes las piezas anteriores y cortó la tela y él mismo se lo cosió… aún no se me olvida su cara de satisfacción y orgullo. Y su bella y amplia sonrisa…», agregó la amiga de Anzaldúa.

Aseguró que era un buen estudiante que a pesar de su juventud, sabía que los estudios eran importantes, «era muy responsable».

«Ricardo era muy apegado, cariñoso y consentido por toda su familia, no en balde era “el Benjamín” de la casa. Pero nunca abusó de esa situación. No era mal portado, no me tocó presenciar ningún regaño ni de parte de sus hermanos ni de su mamá. Como todo chavo le gustaba también andar en fiestas, la música. En su casa recuerdo que todos tocaban piano. Ricardo era un chavo que podía ser sin lugar a dudas el orgullo de cualquier mamá», recordó.

Finalmente, Machuca dijo que «desde entonces era ‘Perroldúa’, nunca supe por qué. Lo que sí es que le causaba mucha risa el ‘Perroldúa’… puntadas de chamaco».

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