miércoles, enero 16, 2013

Arqueología / México: Entierros de mil años cerca de Chichén Itzá

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Estos halazgos permitieron establecer que hace más de mil 200 años había una densidad poblacional importante. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de enero de 2013. (RanchoNEWS).- A 20 kilómetros de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, en el sitio maya de Xtojil, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recuperaron una decena de entierros, la mayoría de los cuales fueron colocados dentro de cistas hace más de mil años, probablemente entre 600 y 800 d.C., cuando la urbe prehispánica aún no se convertía en el centro rector del norte de la península. Una nota de la redacción de El Universal:

De acuerdo con el INAH, estos vestigios, junto con otros que a lo largo de varias décadas se han hallado en la región, han permitido a los especialistas establecer que hace más de mil 200 años había una densidad poblacional importante, dispersa en asentamientos cercanos, en torno a cenotes, y después por diversas razones, se desarrolló Chichén Itzá como la capital que dominó el área.

Bajo la coordinación de los investigadores José Osorio León y Francisco Pérez Ruiz, del Centro INAH Yucatán, y la colaboración de los arqueólogos Mariza Carrillo y Cristian Hernández, estas excavaciones en Xtojil son parte de un salvamento arqueológico emprendido a partir de la ampliación de la carretera que conecta a las poblaciones yucatecas de Libre Unión y Yaxcabá.

Previo a la supervisión de estas labores de infraestructura, se realizó una prospección arqueológica, a fin de detectar vestigios prehispánicos y evitar afectaciones al patrimonio arqueológico que pudiera hallarse en el trazo carretero.

En dicho tramo, que comprende alrededor de 18 kilómetros, se detectaron 28 estructuras arqueológicas de distintas dimensiones –casi todas ellas colapsadas–, que van desde cimientos simples sobre nivelaciones naturales del terreno y basamentos habitacionales más elaborados, hasta estructuras piramidales de entre 6 y 12 metros de altura.

Más de la mitad de las 28 estructuras se concentran en Xtojil, próximo a la comunidad de Libre Unión, sitio que está registrado y catalogado en el Atlas Arqueológico del Estado de Yucatán. El asentamiento prehispánico alcanzó un importante desarrollo gracias a las fuentes de agua cercanas como el cenote que le da nombre y una gran laguna llamada Sayausil.

El arqueólogo José Osorio León informó que la denominada Estructura 22, donde se descubrieron diez entierros, fue afectada parcialmente en los años 50, cuando se construyó la carretera, sin embargo, aún se encontraron definidos sus muros norte y sur, de 16 y 13 metros, respectivamente, así como el cimiento de una edificación de planta absidal, en su lado poniente de 9 metros por 5 metrps.

Detalló que de la decena de entierros –asociados directamente al mencionado cimiento absidal y su basamento–, siete corresponden a individuos depositados extendidos dentro de cistas (excavaciones realizadas bajo el piso estucado del basamento y recubiertas con piedras lajas), cuyas medidas son de 1.80 metros de largo por 60 centímetros de ancho, en promedio.

Osorio León abundó que dos de los individuos inhumados fueron dispuestos directamente en posición sedente, dentro del relleno constructivo de la Estructura 22; y uno más se halló al interior de una vasija, por lo que corresponde a un entierro secundario.

Como parte de los materiales ofrendados a los individuos que fueron colocados en las cistas, se registraron casi 30 piezas de cerámica: platos, cajetes, cuencos, ollas y vasos. En promedio, a cada entierro se le acompañó con tres de estos objetos; además se detectaron navajillas de obsidiana, cuentas de jade y pendientes de concha, indicadores de que existía comercio con otras regiones de Mesoamérica.

El salvamento en Xtojil, que concluirá este mes, ha permitido tener un panorama más completo sobre las características de los asentamientos cercanos a Chichén Itzá, una línea de investigación que han seguido los arqueólogos José Osorio León y Francisco Pérez Ruiz en los últimos años.

«Definimos que Chichén Itzá tuvo sus orígenes hacia 600-800 d.C., como nos lo indicaron los elementos arquitectónicos y cerámicos localizados hace unos años en las investigaciones realizadas en el Grupo de la Serie Inicial, un sector de dicha zona arqueológica. Hablamos de un lapso, el periodo Clásico Tardío, que no se conocía en Chichén Itzá», concluyó José Osorio.

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