martes, mayo 14, 2013

Música / México: Cordiox, un instrumento que explora posibilidades sonoras

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La obra de Guzik en Venecia abarcará sonoramente la antigua iglesia. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de mayo de 2013. (RanchoNEWS).-Para la artista Marcela Armas, que la propuesta Cordiox de Ariel Guzik vaya a la 55° Bienal de Venecia es muy significativo: «Creo que Cordiox, predestinadamente tenía que estar allá. Con Cordiox vamos a darnos cuenta y a sentir todos los años de investigación de Ariel Guzik y el Laboratorio». Una nota se Sonia Sierra para El Universal:

La escritora Margo Glantz, quien conoce a Guzik desde cuando él era un niño precoz y gran dibujante, describe su obra como «un trabajo multidisciplinario en una época en que la especialización ha matado la inspiración de muchas cosas».

En el sitio web de México para la 55° Bienal de Venecia, donde el país será representado con Cordiox, de Guzik, se plantea que la propuesta curatorial consistió en llevar a cabo un diálogo sonoro con el espacio. El espacio en cuestión es una iglesia del siglo VI que además de recitales fue, por ejemplo, sede de los ensayos de conciertos de músicos como el italiano Antonio Vivaldi.

En el sitio web se define Cordiox como «una compleja máquina que describe sonoramente el entorno donde se ubica, propagando una cadencia tonal cristalina, sutil y expansiva, que propicia una experiencia de escucha excepcional».

El 28 de mayo a las 17:30 horas tendrá lugar en la iglesia de San Lorenzo, la preapertura del Pabellón de México. Por lo pronto, para esta semana está prevista la conferencia de prensa en el Palacio de Bellas Artes para conocer los detalles de la propuesta de Guzik.

En San Lorenzo

Esa iglesia veneciana, con 20 metros de altura y una acústica que se describe como privilegiada, que ha recibido a lo largo de su historia memorables conciertos, es el escenario para la obra que Guzik, artista, músico, investigador, científico, herbolario e inventor, quien trabaja aquí con la curadora Itala Schmelz.

La pieza de Guzik es descrita como una máquina de cuatro metros de altura. Pero más allá de eso, hay en la propuesta décadas de investigación y estudio. Acústica, armonía y resonancia son elementos clave de sus exploraciones.

«El centro es un cilindro de cuarzo finísimo, único en el mundo (45 cm. de diámetro y 180 cm. de altura) manufacturado ex profeso en Alemania por una empresa especializada. El instrumento está formado por largas y tensas cuerdas a semejanza de los instrumentos musicales», se explica en el sitio web.

Las obras de Guzik

Nacido en la ciudad de México en 1960, Guzik ha creado «mecanismos e instrumentos para investigar lenguajes de la naturaleza». Fundó hace más de 25 años el Laboratorio de Investigación en Resonancia y Expresión de la Naturaleza en México, que «explora fenómenos de resonancia, mecánica, electricidad y magnetismo, como fundamento para la invención de mecanismos que dan voz a la naturaleza a través de la música. Su trabajo de investigación refleja una necesidad personal de generar una atmósfera que promueva el reencantamiento del mundo, busca preservar el misterio en lugar de descifrarlo, favoreciendo la percepción de los fenómenos naturales a través de los sentidos, la fascinación y la fantasía».

Testimonios

«El motor principal del trabajo de Ariel –explica Marcela Armas– es un acercamiento con la naturaleza y la investigación sobre la armonía que está en la misma naturaleza y cómo podemos recuperar de alguna manera una relación que hemos perdido, que tenemos olvidada con nuestro entorno circundante. No solo me refiero al ambiente natural sino también al que hemos construido».

Acerca de quién es Ariel Guzik y cómo trabaja, la escritora Margo Glantz relata: «Ariel, desde los 15 o 16 años, empezó a manifestar una gran precocidad: abandonó los estudios, se volvió autodidacta y decidió aprender computación, empezó a armar máquinas».

Glantz recuerda que era un gran dibujante y que le ayudó en su libro de ficción Las mil y una calorías, donde él hizo los dibujos.

Intérprete del saxofón e interesado de manera especial por la herbolaria, estudió –cuenta la escritora– el aura de los ojos para trabajar medicina alternativa.

«Ariel conjunta una cantidad grande de disciplinas que ha aprendido totalmente solo, pasó periodos grandes de tiempo en zonas desérticas de San Luis Potosí y aprendió cosas muy importantes de la herbolaria indígena, tuvo un maestro, que era indígena, que le enseño lo que él sabe de medicina alternativa a través de la herbolaria prehispánica».

Para Glantz, Ariel es alguien que «se ocupa de muchas cosas y éstas, de alguna forma, convergen. En este sentido él es muy consecuente con su propia investigación porque todo aparentemente es muy disímil entre sí pero son diferentes campos que acaban convergiendo. Hace una serie de trabajos que están encaminados a buscar algo que él le interesa, que va más allá de lo común y corriente y que tiene que ver con una serie de disciplinas que no practican todos como él hace».

México en Venecia

Más allá de la propuesta de Guzik en esta edición de la Bienal, que se realizará el 1 de junio al 24 de noviembre, están pendientes también por conocerse las decisiones tomadas por Conaculta y el INBA acerca del espacio de la Iglesia de San Lorenzo como sede del pabellón de México para las futuras ediciones de la Bienal. Esto porque el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa afirmó que se analizaría el contrato de comodato del espacio de la iglesia, en vista de que la anterior administración de Conaculta no dejó previsto el presupuesto.

Desde hace varias semanas, El Universal solicitó información sobre la continuidad o no del contrato, pero no se obtuvo respuesta en las direcciones de Comunicación social de Conaculta e INBA.

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