miércoles, mayo 29, 2013

Noticias / Italia: «Cordiox» invade de sonido la Bienal de Venecia

.
La obra interactúa con el espacio y el público.  (Foto: Cortesía Marcela Chao)

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de mayo de 2013. (RanchoNEWS).- Alrededor de 500 personas, entre curadores, críticos de arte y artistas de distintos países se dieron cita la tarde de este martes para ver y escuchar Cordiox, obra de Ariel Guzik que representa a México en la 55° Bienal de Venecia. Una nota de Sonia Sierra y Jorge Gutiérrez para El Universal:

Hasta el pabellón de México en la antigua iglesia de San Lorenzo, llegó «muchísimo público y hubo una muy buena respuesta, todo funcionó muy bien», expresó la curadora de Cordiox, Itala Schmelz, en entrevista telefónica.

«Estuvo muy bien, vinieron curadores de todo el mundo, con una respuesta muy positiva ante la pieza porque es algo muy singular lo de Ariel; (Cordiox) sonaba divino, el espacio quedó impecable».

Durante estos tres días, críticos, curadores y el jurado de la Bienal visitarán los 88 pabellones con proyectos de distintos países; en estos mismos días se conocerán a los ganadores del certamen, y el 1 de junio se abrirá al público; así permanecerá hasta el 24 de noviembre.

Ayer Cordiox todavía no había sido visitado por el jurado de la Bienal. En estos próximos días, será recorrido también por personal de instituciones como el MoMA y la Tate Gallery, entre otros de quienes han agendado una visita. Trabajo previo

Itala Schmelz describió que hasta altas horas de la madrugada, estuvieron trabajando en el proyecto Guzik y su equipo en la iglesia de la ciudad italiana; todo se concluyó tres días atrás. Son siete personas, coordinadas por él, entre las que figuran un ingeniero de sonido y un experto en electrónica.

El artista, nacido en el DF en 1960, es músico, investigador, herbolario, inventor y científico. Su obra integra un proyecto de investigación para el que desde hace 25 años fundó el Laboratorio de Investigación en Resonancia y Expresión de la Naturaleza en México donde ha desarrollado piezas que involucran el medio ambiente, el sonido, la ciencia, el arte.

Este martes, detalló Itala Schmelz tras una conferencia de prensa tuvo lugar la preinauguración hacia las cinco de la tarde; durante dos horas y media aproximadamente se pudieron escuchar la música y sonidos que se originan a partir de Cordiox, una compleja máquina que describe, a través de sonoridades, el espacio. La obra mide cuatro metros de alto, tiene dentro un gran cuarzo de casi dos metros y posee 180 cuerdas tensas distribuidas en tres arpas.

«Éste es un pabellón donde no puede haber mucha gente al mismo tiempo, no es muy grande y, por ser una pieza sonora, si hay muchas personas adentro no se puede apreciar. Es una pieza que necesita una experiencia individual».

Cada espectador es libre de estar el tiempo que quiera con la obra. A la entrada de la iglesia hay una sala de documentación con videos y con el catálogo que da cuenta del desarrollo del proyecto.

«Cordiox es un instrumento musical, pero lo que tiene, a diferencia del saxofón (Ariel Guzik es saxofonista), es que en vez de ser tocado físicamente, digamos provocado, es una máquina susceptible de las ondas energéticas que quedan en el ambiente de forma entrópica, es un instrumento tocado por fuerzas invisibles, por decirlo así», dijo.

La preinauguración del pabellón de México estuvo a cargo de Miguel Ruiz-Cabañas Izquierdo, embajador de México en Italia, y contó además con las participaciones de María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes; Stefano Tositti, cónsul honorario de México en Venecia; Federico Mollicone, presidente de la Comisión de Cultura de Roma; Alessandro Maggioni, concejal de Obras Públicas de la Comuna de Venecia, y Xavier Guzmán Urbiola, subdirector general de Patrimonio Artístico Inmueble del INBA.

Restauración por definir

Cordiox está montada en la iglesia de San Lorenzo, un lugar donde ensayó Antonio Vivaldi. México analiza si asume la restauración.

Horas antes de la preinauguración, García Cepeda dijo a El Universal que fue compleja la instalación de la obra por los vestigios arqueológicos y los espacios que no se pueden visitar en la iglesia.

«De hecho, se construyó una plataforma para que el público pueda ver la pieza, la iglesia y de paso sentir la interacción entre ambas. Creo que la muestra será un éxito ya que entre los más de 80 pabellones de la Bienal, el de México es uno de los 10 recomendados para ser visitado».

Sobre el convenio para que México se encargue de la restauración del edificio, dijo que «se evalúa si el presupuesto previsto permite habilitar el inmueble, pero también observaremos su situación, sus condiciones estructurales, así como el flujo de visitantes en esta Bienal y, conjuntamente con las autoridades italianas, analizaremos el tipo de intervención que se debe hacer».

Por su parte, la curadora explicó que la obra de Guzik no es una pieza narrativa. «Ariel lleva mucho tiempo creando estas máquinas, cruzando caminos entre la ciencia, la física, la acústica e incluso la construcción de instrumentos. Su máquina, que podría remitir a conocimientos renacentistas, tiene un aspecto como de todos los tiempos, podría ser una construcción decimonónica que recuerda la ciencia ficción de Julio Verne, donde la ciencia cobra un carácter más fantasioso que utilitario. De esto podría hablar la pieza de Ariel, de la ciencia pero al servicio de la imaginación y de la fantasía».

REGRESAR A LA REVISTA