martes, junio 18, 2013

Literatura / Entrevista a José Ovejero

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José Ovejero habla de la impostura del amor en medio de la crisis económica española. (Foto: Marco Antonio Valdéz Pérez)

C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de junio de 2013. (RanchoNEWS).- Yanet Aguilar Sosa entrevista a José Ovejero, para El Universal, al escritor que recientemente ganó el Premio Alfaguara de Novela 2013 con La invención del amor.

José Ovejero (Madrid, 1958) ha tenido dos buenos años; en 2012 obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo por La ética de la crueldad, y recién ganó el Premio Alfaguara de Novela 2013 con La invención del amor, una historia que tiene como contexto la crisis económica en España y se plantea a partir de un triángulo imperfecto entre un gran impostor y dos hermanas, una de las cuales ha muerto y partir de allí el protagonista masculino se inventa toda una historia de amor con esa mujer muerta a la que nunca conoció ni supo de ella.

Combina thriller, reportaje y novela de intriga amorosa, La invención del amor es una historia inquisitiva e irónica, el personaje diserta sobre el amor en el que no cree al tiempo que desea amar y ser amado, un hombre que inventa el amor para reinventarse a sí mismo. «Samuel es un buen impostor porque tiene bastante descaro y sobre todo se está divirtiendo con la impostura; le falta un poco de vértigo a su vida y la mentira la lleva hasta sus últimas consecuencias, incluso en esos momentos en que Carina le dice ‘esto no puede ser verdad’, él disfruta la sensación de decir ‘voy a hacer que te lo creas’. Es como un novelista que se divierte diciéndole al lector ya sé que estás pensando que esto no puede ser verdad pero voy a hacer que te lo creas’. Ese fue el reto de la novela», afirma el narrador.

Ovejero, autor de Qué raros son los hombres, Mujeres que viajan solas y Escritores delincuentes, está en México para presentar su novela. Hoy, en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo a las 19:30 horas, dará una charla y firmará libros; pasado mañana sostendrá una conversación con Xavier Velasco y Raúl Quintanilla, en el Lunario del Auditorio Nacional, a las 19:30 horas. Con EL UNIVERSAL habló de amor, de esperanza, de descontento, de indignados, de la recesión económica española y de literatura.

Una novela muy del presente

Esa es una de las grandes virtudes de esta historia, fue un buen hallazgo escribirla en primera persona, en presente, porque da esa sensación de inmediatez, de estar tú allí donde pasan las cosas.

¿Hay una mirada muy al interior de los tres personajes?

Es una historia aparentemente simple pero que no lo es; era complicado construir una historia alrededor de un vacío, Clara está muerta y el protagonista no la ha conocido; me gustaba mucho esta idea de crear una obsesión mediante la imaginación de un personaje que se empeña en enamorarse y que quisiera haber vivido esa historia; imaginé a mis personajes y los puse en el contexto español de la crisis, de falta de esperanza y animo. Al final las preocupaciones fundamentales siguen allí, en mirar cómo nos inventamos, qué es lo que escondemos de nosotros, cómo nos relacionamos con los demás; una de las cosas en las que sí he trabajado mucho es en el retrato de las mujeres o de la mirada femenina sobre los hombres.

¿Un personaje en crisis en una sociedad en crisis?

En realidad esta especie de crisis retrata lo que España es hoy. Pensamos que íbamos a ser príncipes y nos hemos quedado en mendigos; estábamos tan enamorados en nosotros mismos, en que eramos un ejemplo de democracia, crecimiento, dinamismo y creatividad, y años después nos vemos y decimos ‘no era tal, nos hemos estado engañando’. Eso es duro.

¿Qué es para ti el amor?

El amor romántico es una invención europea que se retransmite a otros lugares, ese amor romántico ha desaparecido, ahora hay una idea más realista, somos más conscientes y menos románticos, sabemos que el amor sirve para la perpetuación de la espacie, y también sabemos que el amor es un invento, creamos ciertas palabras, las utilizamos para creérnoslo aunque lo hemos inventado.

¿Imaginamos en la vida del otro?.

Yo no tenía intención de hablar de amor, tenía una pequeña historia en la cabeza que quería desarrollar, pero las cosas fueron por ahí; tampoco tenía como objetivo hablar de la crisis en España; lo que en realidad me parece interesante no es el poder del amor, sino el poder de la imaginación. Lo que nos falta ahora en España es la capacidad de imaginar una sociedad distinta; nos hemos conformado con lo que hay, decimos que las decisiones están tomadas por los mercados europeos, pero la posibilidad de imaginar un mundo, aunque sea de ficción, y de querer ir hacia él, es la única manera de cambiar; estos movimientos de los indignados, que los atacan por ingenuos, por no tener un programa político claro, para mí tienen algo fundamental, están intentando imaginar cómo podría ser la sociedad española, no conformarse con esta. No sé en qué parte del camino nos quedaremos pero la capacidad de imaginación es lo único que puede salvarnos.


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