viernes, agosto 30, 2013

Obituario / Seamus Heaney

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«Todo mi trabajo es un pulso entre lo lírico y lo cívico», dijo en varias ocasiones el poeta y dramaturgo.  (Foto: Bernardo Pérez)

C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de agosto de 2013. (RanchoNEWS).- El poeta, dramaturgo y crítico literario irlandés Seamus Heaney, premio Nobel de Literatura en 1995, ha muerto a los 74 años. Se trata del poeta irlandés más destacado desde William Yeats, en un país con una tradición de grandes escritores. «Todo mi trabajo es un pulso entre lo lírico y lo cívico», dijo en varias oportunidades Heaney.Nacido en el Condado de Derry el 13 de abril de 1939, Heaney había sido diagnosticado de una enfermedad grave, según la BBC. Una nota de Winston Manrique para El País

El Nobel le fue concedido, según la Academia sueca, por ser el creador de «una obra literaria de belleza lírica y profundidad ética, que exalta los milagros de cada día y el pasado vivido».

Heaney fue catedrático en la universidad estadounidense de Harvard y en la inglesa de Oxford. Su obra está marcada por la violencia de protestantes y católicos del Ulster e influida por la búsqueda de la propia historia de su país. Una literatura donde conviven el níño que fue, el que vio lo que vio y el que soñó lo que soñó, con el adulto que evoca alegrías impregnadas de dolor y de tragedia. Nostalgia y realidad, memoria y sueño. «Lentamente / los muertos avanzan / hacia el futuro», escribe el poeta. Su primer poemario lo publicó en 1966, Muerte de un naturalista, y firmó diversas obras teatrales, como The Cure at Troy (1990) y The Burial at Thebes (2004).

Sobre la poesía de Heaney, el crítico de EL PAÍS Ángel Rupérez ha dicho: «Hizo su entrada grupal en la poesía inglesa contemporánea como nombre estrella de una célebre antología que lanzaron en 1983 el ahora poeta laureado Andrew Motion y Blake Morrison. Allí se argumentaba que el ejemplo renovador máximo de la poesía de Heaney radicaba en su elaborada conciencia lingüística y en el abordaje indirecto de los temas, incluso cuando podían ser de la más cruda rudeza (Ulster sangriento entonces). En vez de la naturalidad confesional de poetas anteriores como Lowell o Larkin, una poesía más consciente de su exigente lenguaje y, en definitiva, más apegada al legado del modernismo».

Seamus Heaney siempre buscó un retrato fiel de lo que quería contar, transmitir. Eso lo llevó a una exploración y manejo del lenguaje donde fusionó con gran ritmo emoción, recuerdo y razón. Cuando un día de 2003, en la Residencia de Estudiantes de Madrid, se le preguntó si su poesía se estaba haciendo más intelectual con el tiempo respondió: «¡Más literaria! Pero siempre trato de manejar eso, de hacer algo más directo. El camino es difícil, porque escribir tiene una parte inconsciente y otra muy consciente, publicar y ser criticado. El poeta es una criatura inventada que firma con tu nombre. Y al tiempo, escribir supone olvidarse de uno mismo, y hay tantas maneras de olvidarse como de estar presente. Sospecho que no hay remedio para eso, ni solución. La poesía es una mezcla de accidentes, gracia y trampas. Hay que trampear para buscar la inocencia; si no, sólo te dedicas a ser tú mismo».



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