viernes, septiembre 06, 2013

Literatura / Argentina: Un Borges escondido

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Con la inconfundible letrita de Borges y un puñado de tachaduras, la pieza será exhibida próximamente. (Foto: Página/12)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 6 de septiembre de 2013. (RanchoNEWS).- «El concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio». La frase irrumpe, como un sistema circular de versiones desordenadas, a partir del hallazgo de un manuscrito de Borges en los depósitos de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional que presenta un desenlace alternativo de Tema del traidor y del héroe. Este cuento fue publicado en el número 112 de la revista Sur, en febrero de 1944. Meses después, cuando se editó la primera edición de Ficciones, el relato tenía correcciones y un párrafo más, añadido al final. Dos investigadores y bibliotecarios, Laura Rosato y Germán Alvarez, que trabajan sin cansancio en el Programa de Investigación y búsqueda de fondos borgeanos en la BN, encontraron hace dos semanas en ese número de la revista el texto del cuento corregido y un papel donde el escritor ensaya el nuevo final. «En la obra de Nolan, los pasajes imitados de Shakespeare son los menos dramáticos; Ryan sospecha que el autor los intercaló para que una persona, en el porvenir, diera con la verdad. Comprende que él también forma parte de la trama de Nolan... Al cabo de tenaces cavilaciones, resuelve silenciar el descubrimiento. Publica un libro dedicado a la gloria del héroe; también eso, tal vez, ha sido previsto», se lee en el papel con la inconfundible letrita de Borges y un puñado de tachaduras, pieza que será exhibida próximamente. Una nota de Silvina Friera para Página/12:

Rosato y Alvarez, que desde hace tiempo persiguen los vestigios que sembró Borges en los libros esparcidos por la BN –y han reflejado una parte de esta faena en Borges, libros y lecturas (2010)–, plantean que el autor utilizaba sus escritos originalmente aparecidos en publicaciones periódicas como soporte de nuevas correcciones. El número 112 de Sur forma parte de un corpus mayor que incluye, hasta ahora, seis números de esta colección intervenidos por el escritor. Lo más significativo de este descubrimiento es que se trata del primer manuscrito importante de Borges que está en custodia del Estado argentino. El resto de los manuscritos andan en manos privadas o fueron vendidos al exterior. En el párrafo inicial de Tema del traidor y del héroe Borges, bajo el influjo notorio de Chesterton y Leibniz, imagina un argumento que «de algún modo me justifica en las tardes inútiles», escribe. «Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así». El narrador se llama Ryan, bisnieto del joven revolucionario irlandés Fergus Kilpatrick, que investiga la muerte de su bisabuelo en un teatro dublinense. Ryan, a su vez, introduce a otro personaje, Nolan, principal colaborador del joven revolucionario quien desenmascara que el propio Kilpatrick es el traidor con «pruebas irrefutables». Ese héroe ficticio para el pueblo irlandés firma su propia condena de muerte; pero se establece un plan para que no quede afectada su condición de héroe. Urgido por el tiempo, Nolan plagia escenas de Macbeth y de Julio César de William Shakespeare en un guión teatral que Kilpatrick «enriqueció con actos y palabras improvisadas».

«Un balazo anhelado entró en el pecho del traidor y del héroe que apenas pudo articular, entre dos efusiones de brusca sangre, algunas palabras previstas». Este es el final del cuento publicado en Sur. «Lo que se agrega corrige levemente lo anterior», analiza Horacio González. «Como los pasajes de Shakespeare son ‘los menos dramáticos’, Ryan sospecha que fueron intercalados para que un lector futuro diera con la verdad. Ryan sospecha que él es ese lector y que debe silenciar el descubrimiento. Decide en cambio publicar un libro que engrosara el cultivo de la fama del héroe. Esa acción de ‘intercalar’ nos interesa, pues el manuscrito de Borges encontrado entre los pliegues de la revista Sur, entre las páginas de la primera versión del cuento, versión original con muchas tachaduras del agregado final, reitera el tema del hallazgo por cuenta del ‘lector futuro’. Borges siempre se interesó por ‘manuscritos hallados’ en el interior de distintos libros. Ahora, al encontrarse este pedazo de papel, no varía el final del cuento que ya conocemos, sino que se mueve una pequeña pieza del universo». El director de la BN advierte que «no sabemos por qué Kilpatrick hizo lo que hizo, su conciencia es inexplicable desde el punto de vista de una psicología o una teoría de conciencia, pero no inexplicable desde una tesis de la ilusoria continuidad de lector. El hallazgo dice al mismo tiempo que el traidor y el héroe quisieron ser un ‘yo vital’, saliéndose del libreto shakespeariano. Y ese ‘anhelo’ es apenas una débil señal en el tiempo, que en este momento se ha puesto nuevamente en circulación, como si hubiera estado a la espera en esos suplementos que como señaladores del destino, Borges dejaba esparcidos en el refugio impenetrable de libros y revistas».

¿Cómo leer las correcciones de Borges halladas en el manuscrito? Como una galaxia textual que se enreda, viene a la mente el final del prólogo a la primera edición de Historia universal de la Infamia: «Leer, por lo tanto, es una actividad posterior a la de escribir: más resignada, más civil, más intelectual».



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