miércoles, octubre 30, 2013

Libros / México: Tres editoriales independientes - Alias, La Caja de Cerillos y Pollo Blanco

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Ejemplares editados por la Caja de Cerillos. (Foto: El Universal)

C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- Hoy, cuando se habla tanto de eBooks, descargas digitales, lecturas en soportes electrónicos y se celebra el ingreso del país a plataformas de comercio de libro electrónico como Amazon México que desde hace casi dos meses oferta alrededor de 70 mil libros en español y dos millones más de títulos en inglés, o de iTunes que hace casi un año comercializa más de seis mil títulos mexicanos de los grupos Santillana, Planeta y Random House Mondadori, existen en el país editoriales que se aferran a la tradición, a editar libros de gran calidad en papel, escribe Yanet Aguilar Sosa desde la Ciudad de México para El Universal.

Son editores, jóvenes y no tan jóvenes, con proyectos editoriales de dos meses, dos años y acaso un lustro, que apuestan todo por libros que puedan ser considerados arte-objeto, artísticos o especie de fetiches para los lectores interesados en sostener en sus manos un libro que se puede hojear, tocar, oler, subrayar y ver en todo su conjunto tipográfico, de diseño y de propuesta objetual.

No están peleados con lo digital, sostienen con los recursos electrónicos una relación específica, incluso cercana, pero no centran allí su objetivo editorial. Algunas editoriales como Alias, que produce libros artísticos desde hace cinco años, y tiene un catálogo con más de 20 títulos, no tiene ningún plan de entrar al mercado digital, produce libros para tocarse y sentirse.

Otras, como La Caja de Cerillos, una magnífica propuesta editorial que tiene dos años y cinco títulos en el mercado, no piensa en llevar sus libros a un formato electrónico porque no les interesa, sin embargo, desde su primer título apelan a la tecnología como una opción para proporcionar al lector materiales complementarios. Para cada uno de sus libros desarrollan videos, galerías, y temas musicales, que se pueden ver a través de códigos QR o de Realidad Aumentada.

Unas más, como Pollo Blanco, sí plantean la dualidad, tener un pie en lo electrónico pero el cuerpo completo y el cerebro en el papel. Esta editorial jovencita, nacida en Guadalajara, Jalisco, hace dos meses, tiene todo un concepto editorial anti solemne y divertido eminentemente para el formato papel, pero ha desarrollado plataformas de lectura especiales, para Kindle y otros dispositivos para subir sus eBooks en Amazon al mismo tiempo que los pone a la venta en su versión de papel.

Son editoriales que se resisten a lo digital más por una necesidad de crear libros bellos que cualquiera quiera coleccionar, que por temor al libro electrónico. Quieren materiales cuidados al máximo que generen el placer de hurgar en las páginas, más que pensar proyectos que se lean en pantallas planas y ligeras que poco tienen de coleccionable.

Tampoco es que el mercado mexicano tenga una producción significativa de eBooks. En diciembre del año pasado, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) reportó que el valor de facturación de libros electrónicos fue de 10 millones de pesos de un total de 143. 2 millones que la industria facturó ese año.

La Caja de Cerillos, Pollo Blanco y Alias, editan libros muy bien hechos que son artísticos, objetuales o fetiches, y aunque trabajan desde la independencia artística, coinciden en que en ciertas etapas o momentos es fundamental el apoyo de particulares cómplices, y la coinversión con la iniciativa privada y/o con el Estado, a través de las instituciones públicas. Ese esquema les permite seguir emprendiendo nuevos proyectos editoriales.

Potenciar el libro en papel

Andrea Fuentes Silva, quien es la editora de La Caja de Cerillos, dice que ellos ponen mucha atención en todo el aspecto conceptual de los libros: papel, tintas, diseño, color. «El libro digital viene anunciándose desde hace muchos años y ha ido encontrado su camino para ciertos tipos de obras, nosotros no estamos peleados, nos interesa, en nuestros libros tratamos de mezclar vínculos electrónicos y otros recursos como realidad aumentada».

Alejandro Cruz Atienza, su cómplice en el proyecto asegura que no están peleados con lo digital aunque su búsqueda profesional y estética sí pasa por el material impreso. «Estamos más bien por lo interdisciplinario, con cómo cruzar muchos materiales y disciplinas tanto en el sentido conceptual, como en el sentido del soporte».

La propuesta editorial de Alias, que es definido por Sara Schulz como un proyecto de arte más que editorial, pues nació a iniciativa del artista mexicano Damián Ortega, es hacer libros muy bien hechos en papel.

«El objetivo es editar textos de arte teórico o ensayos que no están en español y de arte contemporáneo para que circulen y existan, que empiecen a crear comunidad; otro objetivo es que sean libros económicos, los nuestros intentamos que sean baratos, el más caro que tenemos cuesta 200 pesos», señala la editora cuyos libros no tienen recurso multimedia o virtual, aunque sus presentaciones al público incorporan música, performance o exposiciones.

Carlos López de Alba, editor de la joven editorial Pollo Blanco, asegura que desde el principio se plantearon el formato papel y digital, apuestan por ediciones impresas con el mejor diseño y cuidado posible «como si viviéramos en el mejor apogeo de la industria editorial de México e independiente», pero también con la mirada puesta en una nueva generación de lectores.

«Desde nuestro primer libro se lanzó simultáneamente en impreso y en Amazon, en España, Brasil, en México, porque si nos interesa mucho por el tipo de autores que vamos a publicar, aunque en México estamos en una condición muy incipiente no solo como editores, el comercio electrónico en sí, pero queremos estar listos para cuando el mercado lo exija de manera natural el libro electrónico», afirma.

Editar en un esquema de coinversión

¿Independientes de qué? Es una de las preguntas que se hacen los tres editores. Ellos coinciden en señalar que son independientes en lo creativo y en lo artístico, en la realización de cada proyecto, en la realización; sin embargo todos afirman que se requiere la coinversión con las instituciones públicas, la iniciativa privada y los particulares junto con ellos.

Carlos López de Alba ve un esquema de coinversión, sin que sea paternalista. «Hay un esquema de coinversión tripartita, invertimos en este proyecto para exigirnos y crecer juntos con él pero también sabemos que hay que desarrollar un esquema de coinversión con particulares e iniciativa privada y desde luego con fondos públicos, sí; lo vemos así, si no, no puede ser».

Andrea y Alejandro de La Caja de Cerillos, no habían optado por becas, pero creen que ha llegado el momento con la nueva colección de cuento mexicano, titulada Ilustres, para un libro y obtuvo el apoyo en coedición con la Dirección General de Publicaciones; también fue elegido el libro Palabras para nombrar al mundo, ambos serán sus primeras ediciones digitales pues Conaculta los lanzará en esa plataforma.

«Nuestra independencia es de autogestión, proyecto en el que los editores definen su camino a andar, lo cual no está peleado con esta alianza con el Estado», señala Alejandro Cruz.

También Alias Editores ha pedido este año apoyo para dos libros de artistas mexicanos.

En su caso, señala Sara Schulz, tiene que ver con «pedir apoyos pero básicamente por decir que creemos que el Estado o que las instituciones deben apoyar al arte mexicano», concluye.


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