martes, octubre 15, 2013

Obituario / Toni Catany

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El fotógrafo en el Palau Ducal de Gandía en 2006. (Foto: Natxo Francés)

C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- El fotógrafo mallorquín Toni Catany, un autor de primer orden internacional, por su calidad, proyección e influencia desde hace décadas, pereció este lunes 14 de octubre, a los 71 años. Padeció un infarto en el centro de salud de El Raval de Barcelona, ciudad en la que residía desde 1960, según explicaron, entre sollozos sus amigos, la cantante Maria del Mar Bonet y el escritor Biel Mesquida. Antoni Catany (Llucmajor, Mallorca, 1942) entró la fotografía en las galerías de arte y él tiene su lugar en los museos de arte contemporáneo y grandes colecciones privadas. Una nota de Andreu Manresa Montserrat para El País:

Autor Somniar Déus (1993) y Obscura Memòria (1994), sobre la anatomía de cuerpos, cosas y monumentos se manifestó este lunes cansado. Llevaba así desde hacía una semana y, acudió caminando, como siempre, a consultar al médico. La situación fue irreversible. Vivía y trabajaba en un piso noble de la izquierda de las Ramblas, no lejos del mercado de la Boquería. Cuando a finales de los 80, el entonces alcalde de Barcelona Pasqual Maragall, quiso saber qué pasaba en los barrios de la capital, como afrontaban a pie de calle su ciudad los vecinos, se hizo huésped durante una semana del artista ahora desaparecido.

Fotógrafo de cabecera de Maria del Mar Bonet –es autor de casi todas las portadas de los discos- amigo y observador del trabajo de Miquel Barceló, fue Premio Nacional de artes Plásticas y Premio Nacional de Fotografía en 2001. Trabajó en los comienzos de su carrera con Baltasar Porcel en Destino y en La Vanguardia en grandes historias en Israel y Egipto. Retrató a miles de intelectuales y artistas, situó su mirada tecnológica sobre los ciudadanos anónimos, los tipos de su pueblo, como el paso del tiempo marcaba las cosas, los higos, el Mundo y las plantas de su madre. Publicó decenas de libros, de manera cuidada, en destacadas editoriales. El peso del tiempo sobre Natures Mortes (1987) fue el mejor libro de imágenes fotográficas. Uno de los más apreciados era Record de Llucmajor de 2003, una miscelánea de estampas de su propia experiencia personal de más de medio siglo. Sus amigos escritores Miquel Bezares, Sebastià Alzamora, Miquel Cardell pusieron letras a sus imágenes.

«A veces la prensa no me pide fotos al suponer que soy muy caro», confesó a un colega de años tras localizar una imagen de un escritor muerto en su inmenso y ordenado archivo de negativos, positivados y digital. «Finalmente uso cámara digital también», señaló quien hizo la transición del blanco y negro al color, desde las imágenes primitivas sobre cristal y papel hasta el revelado gigante de las polaroids o impresiones digitales gigantes como la que se muestra ahora mismo en Es Baluard de Palma, un perfil de un africano.

Hombre tranquilo y de extrema sensibilidad, era un personaje humilde, se definía como un autodidacta. Se hizo fotógrafo porque al lado de su casa de Mallorca vivió un pionero, el cura Tomás Monserrat (1873-1944). El apenas lo conoció pero salvó su enorme fondo de retratos de gente rural y ‘señora’ de Llucmajor y le dedicó un libro Tomàs Monserrat (retratista d’un poble), 1983, que documentó el director del gabinete de fotografías de la Biblioteca Nacional de París.





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