viernes, diciembre 13, 2013

Cine / Entrevista a Peter Jackson

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Con La desolación de Smaug, el director neozelandés espera recuperar el mando del barco Hobbit sin abandonar los 48 cuadros por segundo que considers 48 cuadros por segundo que considera el formato idóneo para la película. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de diciembre de 2013. (RanchoNEWS).- Descamisado, descalzo y con una taza de té en la mano. Peter Jackson (Nueva Zelanda, 1961) recibe a Luis Martínez de EL MUNDO en el hotel Regent de Berlín como lo haría el mismísimo Bilbo Bolsón en su mansión de Hobbiton: sin complejos. Al fin y al cabo, el dueño del anillo es él. Con 1.000 millones de dólares recaudados con la primera entrega de El Hobbit tiene motivos sobrados para sentirse relajado. Y lo está. Y de qué manera. ¿Somos nosotros o ha engordado desde su última película? He aquí la entrevista:

Sea como sea, La desolación de Smaug, la segunda entrega de una trilogía desmedida e imposible, llega hoy a las pantallas con la clara intención de convertirse en todo un manifiesto del cine del futuro. Y sobre ello habla.

¿Cómo ha cambiado su idea del cine desde que se sentó por primera vez a ver una película?

Me siento afortunado de haber crecido con las películas de Ray Harryhausen o con el King Kong de Merian C. Cooper. Y de hecho, ellos son los responsables de que me encuentre haciendo cine en este momento. Ahora, sin embargo, todo ha cambiado. Ellos luchaban por crear la ilusión de la realidad. Ahora cualquier cosa que imagines lo puedes reproducir con toda fiabilidad en la pantalla. La pantalla ha alcanzado a la imaginación.

¿Diría que el cine ha perdido la magia original?

Bueno, la magia de ahora es diferente. Es mucho más potente [se ríe]. Lo curioso también es cómo ha cambiado la relación del cineasta con la audiencia. La gracia de los viejos efectos especiales era su artificialidad. De alguna manera, eras tú el que rellenaba los huecos. Ahora el cine puede ser más real que la realidad y el público el que exige la perfección máxima, cualquier mínimo defecto es leído como un error. Es un poco triste ver que las generaciones más jóvenes son incapaces de entender la magia y el sentido de lo que hacía, por ejemplo, Harryhausen.

¿Y cuándo cree que se produjo ese cambio? ¿Con el digital?

No sabría decirlo con precisión, pero es muy reciente. Hasta La guerra de las galaxias, la serie original, es ahora mismo ininteligible para mucha gente. Parece falsa. Y, sin embargo, yo recuerdo la primera vez que la vi y casi se me para el corazón. Es curioso, pero yo no crecí juzgando lo que veía, simplemente me dejaba llevar. Ahora no es así. La audiencia ha perdido completamente la tolerancia. Es una pena. 

¿Se calificaría de romántico?

Sí. No deja de ser algo contradictorio que yo, que hago lo que hago, eche en falta ese sentimiento de los pioneros, el misterio de la creación. Hay muchos que dicen que hay una sobreabundancia de making of y documentales que en su empeño por explicarlo todo acaban con el misterio. Antes no había eso. Se hacían las cosas y era un enigma cómo. Méliès, es más, lo mantenía en secreto porque se consideraba un mago. ¿Qué mago cuenta sus trucos? Yo no tengo claro que esto sea así, simplemente creo que nos hemos convertido en un poco intolerantes.

¿Se arrepiente de haber usado los 48 fotogramas por segundo?

Todo el mundo hace ahora películas en 3D, pero se ha quedado solo con ésta otra herramienta... Yo no sería tan radical. Lo hemos mejorado. Mucha gente criticó el año pasado (bueno, fueron algunos, pero muy ruidosos) que los personajes parecían muñecos. Nos hemos ocupado de corregir ciertos errores y, la verdad, el resultado es mucho mejor.

¿El futuro será entonces en este nuevo sistema?

Si soy sincero, no sé la respuesta, pero si uno mira 100 años atrás y mira un poco la evolución, la tendencia es siempre convertir la experiencia cinematográfica en algo mucho más inmersivo y realista. Empezamos con el cine mudo, los 16 fotogramas por segundo... Las tomas eran completamente estáticas. Poco a poco, el cine ha cambiado incluso la forma en la miramos el mundo. 

¿Hay un límite?

Para el ojo humano son 55 fotogramas por segundo.

Me refería en general a los desarrollos técnicos.

Imagino que no. Muy pocas de las herramientas que usamos ahora eran imaginables años atrás. Jugar a predecir el futuro es complicado. Ninguno de los que predecían el futuro hace diez años acertaron. Y me incluyo en ese grupo.

¿Y el 3D?

Ahora mismo no es muy popular. Y sin duda el responsable es la proyección. Si hay algo que está acabando con las tres dimensiones es la falta de luminosidad. Se pierde mucha luz con las gafas. La proyección necesita ser mejorada.

Cree eso que es tan popular en Hollywood de que el cine de clase media, el drama, está desapareciendo. Ahora, o se hacen películas muy pequeñas o películas enormes... 

Si tuviera que describir lo que se está viviendo hoy en Hollywood con una palabra ésa es miedo. Hay mucho miedo en la industria del cine. Nadie se arriesga a hacer nada nuevo. Y aquí me incluyo. Si no existiera un libro tan popular como El Hobbit probablemente no habríamos hecho esta película. Y ésa es la razón de tanta franquicia, tanto superhéroe y tanta segunda parte...

Y en medio, la edad de oro de la televisión...

Sí, en efecto, la televisión ha tomado el testigo de todo el talento que ha perdido su sitio en Hollywood. Los guionistas, que tradicionalmente han jugado un papel secundario en el cine, en la tele son los protagonistas...

¿Puede haber un camino de vuelta de la tele al cine?

Lo está habiendo ya. Ver cómo se hacen las cosas en la tele (ahí sí se asumen riesgos) está cambiando la mentalidad de mucha gente.

El señor de los anillos se puede leer como una respuesta metafórica a lo que ocurrió en Europa en la Segunda Guerra Mundial, ¿cómo se puede leer hoy el universo de Tolkien?

La moraleja es que la más pequeña de las criaturas, un hobbit, puede cambiar la historia del universo. Cualquier mitología, y eso es lo que creó Tolkien, puede ser reinterpretada en cualquier periodo del tiempo. El Hobbit fue escrito en 1937... El mundo era diferente: España era diferente, estaba en guerra; Alemania no tenía nada que ver con lo que vemos desde la ventana... Los que primero leyeron el libro de Tolkien fueron capaces de entender una parte de su vida a través de su lectura. Y eso se mantiene ahora. En los 60 hubo quienes encontraron metáforas de la guerra de Vietnam. Eso quiere decir que una mitología es válida independientemente del tiempo.

¿Cómo era el Jackson que se enamoró del cine?

Un tipo raro que veía tres películas cada sábado en el cine durante mucho tiempo. Si alguien me dice que el cine se muere, es como si acabara con mi vida. Ni un iPad ni una tele pueden producir esa sensación de una sala de cine a oscuras.



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