martes, enero 07, 2014

Arquitectura / México: «Historia de la arquitectura mexicana» por Enrique X. de Anda

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Portada de la nueva edición revisada y ampliada. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de enero de 2014. (RanchoNEWS).- Ya no se puede entender la arquitectura en términos de «en la última década hubo 15 edificios excepcionales», sino «cuáles son los problemas, cómo han intervenido los arquitectos para resolverlos y qué grado de éxito han tenido estas intervenciones», expresa Enrique X. de Anda. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:

Acaba de aparecer la tercera edición de su libro Historia de la arquitectura mexicana (Editorial Gustavo Gili, 2013). Publicado por vez primera en 1995, ahora incluye un nuevo capítulo, «El enlace con el siglo XXI (1994-2012)», en que se analizan los años faltantes.

Para De Anda, hay ciertas novedades en la manera de abordar la información, porque «ya no entro directamente a hablar en primer término de los arquitectos o de los edificios relevantes, sino de los problemas, por un lado, de la ciudad y, por el otro, del ejercicio profesional.»

Maneja algunos conceptos que prometen ser «muy críticos», por ejemplo, «con la muerte de Pedro Ramírez Vázquez termina toda una etapa en la manera de entender y hacer la arquitectura que se daba en el país, ya que es el último representante del modo de relacionarse con los grandes actores que hacían posible la arquitectura, como es el Estado mexicano».

En la medida en que se trata de una «visión histórica», el entrevistado no deja de mencionar «nombres tanto de arquitectos como de algunos casos excepcionales de edificios», y «efectivamente las cosas que me parecen que están mal, que se hicieron de la manera no correcta, como la intervención hecha en el Chopo».

En la página 277 del libro De Anda escribe que «desde hace más de 60 años, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido una suerte de referente arquitectónico y construye obras de notable calidad insertas ya en los imaginarios popular y de los especialistas».

Sin embargo, «también ha tenido tropiezos, debido a que los arquitectos que han ocupado las direcciones institucionales han ignorado –y por tanto, se han comportado de manera irresponsable– la delicadeza que entraña la conservación de la autenticidad del espacio y la estructura de edificios artísticos e históricos.

«La acción cometida contra la majestuosidad del espacio interior, pleno de historia, del Museo del Chopo sigue siendo una infamia de la cual la Universidad no merecía ser aval».

Arquitecto e investigador de arte moderno del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, también señala edificios que «tienen problemas, no por la concepción, sino por cómo se construyeron», lo cual considera «insólito, porque hay muchos recursos económicos detrás de esas grandes obras como para haber permitido que hubiese situaciones de tan poca calidad y cuidado».

Menciona «el edificio de la Biblioteca Vasconcelos y la misma Cineteca, en la que estaban acelerando las cosas, lo cual constituye una falta de respeto por el trabajo de los arquitectos y por el uso de los recursos públicos».

¿Hay conclusiones?

Que tenemos muchísimos problemas que no han sido resueltos. Que hay muchos ojos cerrados, mucha corrupción, lo cual significa falta de toma de responsabilidades de quienes están obligados, los funcionarios de gobierno. Que hay mucha connivencia también entre algunos actores, arquitectos y estas instancias gubernamentales para tomar decisiones.

«Un caso concreto son los últimos desastres que ha habido a raíz de los fenómenos climatológicos, provocados por errores en la construcción social. Buena parte de ellos se debió a intervenciones en el espacio de las ciudades que no debieron ser. O sea, por corrupción se permitió que se construyera en algunas partes lo que dio lugar a que zonas muy débiles, con muchos problemas, cuando hubo esta violencia climática, sufrieron como han sufrido.

«Al cabo de 20, 30 años de una connivencia entre los desarrolladores, los políticos, los presidentes municipales, los gobernadores, los problemas se manifiestan ahora. Por supuesto los arquitectos tienen que ver en esto, porque finalmente son quienes hacen los proyectos. Claro, tiene que ver también con fuentes de trabajo, con la manera en que pueden vivir estos arquitectos; en fin, es un asunto complejo, pero que no lo había hace 60 o 70 años. Y, si a este ritmo seguimos dentro de 20 o 30 años vamos a ser más, los códigos, las éticas, las normas, estarán hechas pedazos, y no va a haber mundo que nos permita sobrevivir».



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