C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).- Los Príncipes se han detendido en el stand de EL MUNDO para conversar con el artista Juan Garaizábal, el director del diario, Casimiro García-Abadillo, y el presidente ejecutivo de Unidad Editorial, Antonio Fernández Galiano. El creador presenta sus últimos trabajos en un espacio que celebra el 25º aniversario del periódico. Un mensaje luminoso daba paso a sus «estructuras en el aire»: The definition of a lunatic is a man surrounded by them (La definición de 'lunático' es un hombre rodeado por ellos). Las obras de Garaizábal parecen realidades en permanente construcción. Una nota de E. Vasconcelos para El Mundo:
Con su 'stand' en ARCO, el diario apuntala uno de los pilares, el de la Cultura, del decálogo de García-Abadillo para la nueva etapa de EL MUNDO: «Un periódico es un proyecto intelectual y, por tanto, debe convertirse en el ágora donde se debatan ideas, tendencias, etc».
Al comienzo de su visita, la pareja se ha detenido en las casas españolas Javier López, Helga de Alvear y Leandro Navarro, donde se encuentra la pieza más cara de esta edición, Compotier, bouteille et verre, un Picasso valorado en 1,25 millones de euros. Les han acompañado en todo momento el director de ARCO, Carlos Urroz, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, los presidentes de IFEMA, Luis Eduardo Cortés y José María Álvarez del Manzano, y el director general del recinto ferial, Fermín Lucas.
Una vez en el pabellón 9 le han dedicado unos minutos a la galería Max Estrella, la francesa Chantal Crousel (con obras de José María Sicilia) y Oliva Arauna. En la primera de ellas se han detenido en la obra Coil, de Daniel Canogar, «a quien siguen desde hace años», ha señalado el galerista. También en una videoinstalación de Bill Viola, Howard, y dos obras de la serie Las palabras son demasiado concretas, de Eugenio Ampudia.
Su última parada sería la Galerie Peter Kilchmann de Suiza, donde les esperaba un retrato en aluminio de Angela Merkel, obra de Los Carpinteros. La pieza emula al rostro del Che colocado en la Plaza de la Revolución de La Habana, y vería pasar, minutos después de la visita real, a Jaime de Marichalar por el mismo pasillo. Y después de la tormenta de prensa, la calma de la feria. «Desde luego, son la mejor instalación de la feria», resoplaba en el tumulto una visitante de ARCO.
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