martes, febrero 18, 2014

Estampas de la Frontera / Jesús Salas: «Callejón Carreño»

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Ventana Carreño, Jaime Moreno Valenzuela, 2010. (Foto: RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).- El presente texto de Jesús Salas, cuyo título original es «Callejón Carreño, años de historias entre muros de adobe», fue publicado originalmente el 3 de febrero de 2014 en El Diario de Juárez:

Sus altos y fuertes muros construidos en su mayoría de adobe dan la bienvenida. El callejón Isauro Carreño, ubicado sobre la avenida Juárez, fue refugio para cientos de inmigrantes chinos, artistas, doctores y hasta espías del FBI, que encontraron en él un lugar seguro para vivir.

Martha Martínez, de 65 años, lleva viviendo toda su vida en una de las decenas de casas que hay en el callejón. Su abuela llegó desde Guanajuato en 1917, cuando huía de las batallas de la Revolución Mexicana. Al llegar al lugar, la mayoría de las vecindades y casas estaban habitadas por personas de origen asiático, en especial de China.

El callejón, que no supera los 300 metros, tiene en sus lados vecindades abandonadas, cuartos y bodegas, donde solían vivir cientos de personas de distintos países.

De acuerdo con datos históricos, las edificaciones que se encuentran ahí datan de principios del Siglo XIX, por lo que pudieran haber iniciado su vida en la década de 1840 cuando el ferrocarril llegó a la frontera, generando nuevas actividades y negocios.

Al hablar de la historia del lugar a Martha se le dibuja una sonrisa en su rostro y cuenta cómo era convivir en una comunidad de asiáticos.

«La verdad era muy bonito, porque hacían sus fiestas muy coloridas y eran personas muy tranquilas y trabajadoras», dice al señalar las oficinas que tenía el Partido Nacionalista Chino, en plena zona Centro de Juárez.

La plática sobre los recuerdos se convierte en una especie de recorrido turístico. Mientras la mujer camina por las calles llenas de baches va contando lo que recuerda sobre cada uno de los edificios.

Las casas cuarteadas y destruidas forman parte de las 2 mil 442 que se encuentran en el sector, según información del Plan Maestro del Centro Histórico 2014.

Martha señala uno de los puntos en donde por las tardes el callejón se convertía en el cine más grande del Centro, pues los inmigrantes chinos ponían películas que proyectaban en las paredes de sus casas e invitaban a los vecinos, cobrándoles 2 centavos de aquella época.

«Ponían películas en chino, se juntaban muchos de ellos a verlas, también a veces íbamos pero en otras no podía pagar», recuerda.

El callejón fue en la época de 1930 hogar de artistas como Tino Contreras, baterista y director de la primera banda de jazz en Chihuahua, además considerado el más grande exponente del jazz nacional, quien tocaba en los centros nocturnos de la avenida Juárez. Luego emigraría a la Ciudad de México para participar en caravanas con Pedro Infante, María Victoria y Tin Tan.

Las historias que rodean este espacio ubicado en la zona Centro son innumerables, como la del doctor Hasegawa, de quien comentan los vecinos era espía del Buró Federal de Investigaciones (FBI) durante la Segunda Guerra Mundial, incluso fue detenido por los agentes en su domicilio ubicado en la esquina de la avenida Juárez y Carreño, para ser llevado a Estados Unidos.

«Según me comenta mi madre era un hombre muy serio, no sabíamos en realidad qué hacía y fue cuando llegaron los americanos al lugar y se lo llevaron, supuestamente por espionaje», dijo Martha.

Sobre las inusuales banquetas del Carreño sobresale una bodega de dos pisos, donde vivió uno de los joyeros importantes de la época, Leonardo Vázquez. Según la vecina, el lugar tenía la maquinaria más grande de aquel tiempo y habría sido traída desde Alemania para producir anillos, esclavas y cadenas de distintos materiales, principalmente oro.

También Juan Gabriel, ícono juarense de la música, pasó momentos de su vida en el callejón. «Enfrente de mi casa había un músico, entonces varios niños venían a tocar y cantar con él, entre ellos Juan Gabriel; mi mamá los alimentó en varias veces», dijo Martha. La sonrisa vuelve a pintar su rostro y a través de sus lentes se ve cómo se cristalizan sus ojos.

El recorrido sigue. En la esquina de Carreño y Juárez, en un segundo piso, vivía «El Barbitas», otro de los personajes que le daban color al lugar.

El hombre se dedicaba a hacer esculturas de cera, y según narra Martha, tenía la ilusión de poner un museo de cera ahí, pero una lluvia inundó el callejón y sus obras se echaron a perder.

Hoy en día el Carreño luce descuidado. En la esquina con Independencia, una de las vecindades está destruida, sus más de 40 cuartos ahora son tapias llenas de basura y botes de mezcal que usan los drogadictos.

Una fuga de agua de drenaje hace que a lo largo de sus 250 metros haya una peste que incrementa conforme lo hace el calor también.

El callejón está ubicado en uno de los polígonos considerados ahora como inseguros en el Plan Maestro de Desarrollo Urbano del Centro Histórico 2014, por los índices de robos, delincuencia y drogadicción que se presenta en la zona.

Dentro del Plan Maestro, que se encuentra en el proceso de consulta ciudadana, el panorama futuro de este tipo de lugares donde hay fincas abandonadas, contempla que se les dé un giro y puedan ser restauradas para mejorar la imagen del sector.

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