C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de marzo de 2014. (RanchoNEWS).- La artista comparece en el Guggenheim de Bilbao con la intención de presentar la retrospectiva Half-a-wind show; una exposición que recorre todas las vidas que le caben en una vida entera. Una entrevista de Luis Martínez para El Mundo:
Como su libro Pomelo, un recetario de instrucciones para hacer obras de arte publicado en 1964, Yoko Ono (Tokio, 1933) no es tanto lo que realmente es como lo que cada uno ha querido hacer de ella. O con su imagen. La culpa de todo la tiene Yoko Ono, cantaba Def Con Dos. Pocas mujeres tan expuestas y pocos personajes públicos tan atacados. Al fin y al cabo, nadie más que ella puede presumir de haber sido la mujer del hombre que confesó ser más célebre aun que el propio Jesucristo. De negro riguroso y parapetada en unas gafas opacas que cuelgan de la punta de nariz, la artista (pues eso es) comparece en el Guggenheim de Bilbao con la intención de presentar la retrospectiva Half-a-wind show; una exposición que recorre todas las vidas que le caben en una vida entera. Muchas. Sin duda, una buena ocasión para acercarse lo más realmente posible a una creadora controvertida, voraz, irónica y amable; una mujer empeñada en ser ella misma su propio libro de instrucciones para componer vidas. Puro concepto. Artista conceptual, músico, quizá serialista, y cineasta experimental, todo eso es ahora, «retrospectivamente» hablando, Yoko Ono.
Una retrospectiva tiene algo de fin de algo. ¿Siente que deja acabada una obra? De otro modo, ¿qué sentido tiene para usted el pasado?
Es una manera de pasar a limpio la vida. Mucha gente admira lo que he hecho con la misma fuerza que otros piensan que tu obra es terrible. Eso le pasa a cualquier artista. De este modo, se puede mirar todo en perspectiva e imagino que facilita el juicio.
Ha declarado en varias ocasiones que ahora, con 81 años cumplidos, siente que empieza una nueva época...
No me gusta nada eso de empezar una segunda vida dedicada simplemente a repetir la primera. No, simplemente siento que tengo que continuar. No sé cuánto tiempo voy a vivir, pero soy bastante optimista [se ríe].
¿Recuerda la primera vez que hizo una obra de arte?
Siempre he sido creativa y siempre he creído que cualquier idea es, de alguna manera, una obra de arte. De pequeña decía: «He tenido una idea». Y sentía la necesidad de comunicárselo a todo el mundo. Recuerdo que de muy niña le propuse a mi padre que nos imagináramos un helado y nos lo comiéramos. Eso nos hizo felices. La imaginación te puede hacer feliz y sí, creo que fue una comida conceptual, una obra de arte conceptual.
¿De cuál de todas las obras expuestas se siente más orgullosa?
Partamos del hecho de que los artistas conceptuales somos gente muy orgullosa. ¿Sabe por qué? Porque nadie nos reconoce. Tenemos que estar muy seguros de lo que hacemos... Soy una persona que está bajo el agua y que intenta salir a flote sin ahogarse. Siempre he intentado ser honesta. Aunque eso me haya costado algún disgusto y no pocos ataques.
¿El arte tiene que ser siempre provocativo? ¿Qué importancia tiene la provocación en su trabajo?
La provocación no es una palabra que esté en mi vocabulario. Prefiero usar el término creatividad. Porque estoy convencida de que la creatividad es la manera de alcanzar y descubrir la verdad. Y la verdad, de por sí, siempre provoca una reacción extraña porque reajusta la realidad. La gente usa la palabra provocar, pero yo no lo hago nunca.
Usted es una mujer comprometida con varias causas. En este sentido, ¿puede servir el arte para cambiar las cosas?, ¿puede el arte (y volvemos donde antes) provocar un cambio?
Es muy importante movilizarse por cosas importantes, sin duda.
¿Cree en la política?
Sí, ahora mismo, por ejemplo, me preocupa especialmente el 'fracking'. Está demostrado que esta forma de extraer el gas contamina el agua, el bien más preciado del planeta, y está haciendo que la gente enferme. Es preciso movilizarse para impedirlo y para eso existe la política. No me movilizo por todo lo que ocurre, pero, en este caso, creo que era importante hacerlo. Es sólo un ejemplo que refleja que esté mundo está enfermo. Y no está de más aportar algo por su salud.
¿Se reconoce en el término feminista?
De hecho, he sido insultada muchas veces por ello. Sé perfectamente que vivo una situación de privilegio y que muchas mujeres han sufrido y sufren mucho más que yo. Pero, ¿Qué ocurre con todas aquellas mujeres que no han tenido ninguna oportunidad en la vida? El feminismo es necesario y me siento feminista. Pese a los insultos.
Ya que habla de insultos, éstos le han acompañado buena parte de su vida. Recuerdo su propia canción contestando a los ataques Yes, I am a witch (Sí, soy una bruja)...
[Se ríe] Sí, fue una manera de rebelarme contra toda la negatividad que se venía en mi contra. Estoy muy feliz de haber podido escribir una canción como ésa. Siento de alguna manera que gracias a ella, me curé. De no haberlo hecho, me seguiría sintiendo enferma. Sentía que durante años la gente quería acabar conmigo espiritualmente. Así que una día me dije: «Bien, de acuerdo, soy una bruja, ¿y qué?».
John Lennon tiene un papel destacado también en esta exposición. Él confesó muchas veces cuánto le debía a usted, pero ¿cuánto debe Yoko Ono a John Lennon?
Con él experimenté un apoyo que nunca antes había tenido. Él no era sólo inteligente sino muy poderoso. De alguna manera, estar al lado de él me colocó en una posición difícil, porque la gente me odió por ello.
¿Le molesta ser considerada la viuda de John Lennon?
Nunca se me pasó por la cabeza. No creo sinceramente que haya ninguna viuda que se considere a sí misma una viuda. No hay preparación para eso y tienes que aprender a serlo paso a paso. Una vez asistí a una convención internacional de viudas y quedé muy sorprendida. Me considero una viuda afortunada. En países las viudas se entierran con el marido o son obligadas a vivir con el hermano del marido, cosas horribles... No sé, tenemos que ayudarnos unas a otras.
¿Cómo ve su futuro?
El futuro empieza ahora mismo. No podemos esperar más dada la situación de la sociedad. La especie humana es extremadamente inteligente. Tenemos que ser capaces de curar al mundo lo antes posible. Tenemos que concentrarnos en iluminar los problemas reales. Hay gente ahora mismo sufriendo de manera insoportable y no podemos perder el tiempo.
REGRESAR A LA REVISTA