viernes, marzo 28, 2014

Noticias / México: Invocan y evocan a Paz en El Colegio Nacional

.
Enrique Krauze, Miguel León-Portilla, Hugh Thomas, David Brading y Adolfo Castañón reflexionaron sobre el pensamiento del autor de El laberinto de la soledad. (Foto: Leo Morales)

C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de marzo de 2014. (RanchoNEWS).- En septiembre de 1990, poco después de la caída del Muro de Berlín, la revista Vuelta, fundada y dirigida por Octavio Paz, organizó en la ciudad de México el encuentro «La experiencia de la libertad», donde se dieron cita algunos de los principales pensadores y protagonistas de las transiciones democráticas de ese momento. Una nota de Abida Ventura para El Universal:

Ayer, algunos de esos personajes se volvieron a reunir en El Colegio Nacional para evocar al Nobel de Literatura 1990, en el marco de los 100 años de su nacimiento, en el encuentro «Octavio Paz y el mundo del siglo XXI». Entre ellos, Norman Manea, Jorge Edwards, Enrique Krauze, Hugh Thomas, Michael Ignatieff y Héctor Aguilar Camín.

A esa lista de intelectuales se sumaron otros nombres como Miguel León-Portilla, David Brading, Ian Buruma, Jean Meyer, Juan Goytisolo, Jesús Silva-Herzog Márquez y Tzvetan Todorov, quienes en diversas mesas disertaron sobre algunos temas sociales y culturales más relevantes que interesaron al poeta: la historia de México, el concepto de Revolución y los fanatismos de la identidad.

Inaugurado por Rafael Tovar y de Teresa, presidente de Conaculta, el encuentro que continuará hoy convocó a diversas personalidades de la cultura, entre ellos a la viuda del poeta, Marie Jo Paz, quien arribó al lugar hacia la tarde.

El Aula Mayor de El Colegio Nacional lució llena desde las 10 de la mañana pero el público interesado en la obra del autor, nacido el 31 de marzo de 1914, pudo seguir el programa en las pantallas que se colocaron en el patio del recinto.

Después de la apertura oficial del encuentro, inició la primera mesa de reflexión, en donde los participantes hablaron sobre Paz y su reflexión sobre la historia de México. Un tema que, destacó el historiador Miguel León-Portilla, apasionó al autor de El laberinto de la soledad, en especial la del mundo prehispánico: «Octavio Paz participaba en esta idea: no podemos entender a México si suprimimos su etapa prehispánica. Hay otros países de América que prescinden de esa etapa porque no les parece significativa, pero en México yo creo que es eminentemente significativa y no por cuestiones de raza sino de cultura; mucho de nuestra cultura como mexicanos contemporáneos tiene sus raíces en el pasado indígena, y eso lo percibió muy bien Octavio Paz», dijo.

Así, mientras León-Portilla destacó el contacto de Paz, desde su juventud, con el mundo indígena, Thomas y Brading hablaron de su interés por la Nueva España y sus reflexiones sobre la obra de Sor Juana Inés de la Cruz.

Por su parte, el historiador mexicano Enrique Krauze habló sobre las relaciones entre poesía e historia del Nobel mexicano, un tema poco claro para entender «la historia poética» en la obra de Paz.

Para Octavio Paz, dijo, los historiadores eran los poetas del pasado y se definía como un hombre que vivía la historia. Y a un siglo de su nacimiento, consideró, debemos «seguir descifrando las sagradas escrituras de la historia mexicana con las claves que Octavio Paz nos dio».

Los movimientos revolucionarios y las transiciones democráticas fueron el tema de la segunda mesa, titulada «Revuelta, rebelión, revolución: ayer y hoy», basada en un ensayo de Octavio Paz.

Moderados por Aurelio Asiain, los escritores Ian Buruma (Holanda) y Norman Manea (Rumania) se refirieron a los diversos movimientos revolucionarios del siglo XX y los que actualmente suceden en Europa y el mundo árabe.

Los autores recordaron que el tema de los cambios políticos y sociales en el mundo, así como los peligros del capitalismo y la globalización, interesaron al poeta. «Octavio también dijo que la caída de los imperios, así como los disturbios sociales a veces coinciden con momentos de esplendor literario y creativo, vamos a seguirlo en nuestra valoración», sostuvo Manea.

En esa misma mesa, el historiador Jean Meyer evocó la tendencia revolucionaria que el autor adquirió de sus antepasados: el liberalismo de su abuelo Irineo Paz y su simpatía por la Revolución Mexicana gracias a su padre, Octavio Paz Solórzano, quien participó en el movimiento armado.

Esta herencia, dijo, le permitió acercarse a los movimientos revolucionarios de su tiempo.

Por su parte, Aguilar Camín habló de los contrastes entre el pensamiento político, la visión poética y religiosa de Octavio Paz. Uno de los episodios que marcaron la rebeldía de Paz, recordó, fue la matanza de estudiantes de 1968, que incluso lo orilló a renunciar a su puesto de embajador en la India por considerarla «un terremoto moral y filosófico».

Del interés por otras culturas

Por la tarde, en la última mesa, Juan Goytisolo, Juliana González, Jesús Silva-Herzog Márquez y Tzvetan Todorov reflexionaron sobre la identidad, un tema central en la obra del autor de Los hijos del limo. Goytisolo leyó fragmentos de su ensayo Octavio Paz contra onfaloscopia hispana, en donde se refirió al interés del poeta por otras culturas, ajenas a la mesoamericana y la occidental, como lo hizo en su obra Vislumbres de la India.

«La curiosidad del autor por el subcontinente asiático desempeñó un papel primordial en la elaboración de su obra ensayística y la decantación de su poesía», dijo el pensador español, quien agregó que para comprender el conglomerado de culturas de ese país fue primordial la reflexión que Paz ya había hecho en su obra El laberinto de la soledad.

El encuentro «Octavio Paz y el mundo del siglo XXI» continuará hoy, a las 10 horas, con la mesa «La democracia en el orbe iberoamericano» y, a las 12 horas, «La letra y el cetro: los intelectuales y el poder».


REGRESAR A LA REVISTA