C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de junio de 2014. (RanchoNEWS).- Dice Joan Fontcuberta que nos hemos convertido en 'homo-fotograficus'. ¿Quién no tiene una cámara en el móvil lista para ser disparada a la menor oportunidad? Cada vez son menos los románticos del revelado químico pero nunca antes se habían producido tantas imágenes. Han cambiado las reglas del arte de pintar con luz, que según Fontcuberta, ahora se llama post-fotografía. Una nota de Eugenia Coppel para El Mundo:
El artista y teórico catalán es el comisario de Fotografía 2.0, una de las cuatro exposiciones que acoge el Círculo de Bellas Artes en el marco del Festival PhotoEspaña. Con el ánimo de innovar, Fontcuberta se aventura con 22 jóvenes españoles que se han abierto «sin complejos» a las nuevas posibilidades de la fotografía: «La que fluye por el espacio híbrido de la sociabilidad digital».
Muchos de estos proyectos tuvieron su origen, y una primera distribución, a través de la red. Por ejemplo el de Jon Uriarte, un joven que se vale del Photoshop para insertar su propia imagen junto a la de celebridades como Paul McCartney, Angelina Jolie, Tom Cruise y tantos otros. Después de provocar múltiples reacciones en el espacio virtual, sus fotomontajes han llegado hasta la sala de museo en una especie de gran corcho de los recuerdos falsos.
En la post-fotografía no es un requisito pulsar el obturador, como evidencian muchas de las series que aquí se exhiben. A las tareas del artista se añade ahora la de elegir entre archivos de miles o millones. Como Albert Gusi, que presenta imágenes de animales salvajes hechas de manera automática por las cámaras instaladas en el Parque Natural del Alto Pirineo. O Laia Abril, quien decide que la mejor manera de hablar de los trastornos alimenticios es con las 'selfies' que se hacen las propias anoréxicas para subir a las redes sociales.
Para Fontcuberta, la fotografía es un ojo a distancia. Y él, en su papel de comisario, actúa «como un oftalmólogo crítico». Los artistas que ha elegido para esta muestra exploran otros temas como el voyeurismo exacerbado, las nuevas narrativas biográficas, la identidad social en la era de internet y los accidentes digitales que se reciclan con fines estéticos.
La vertiginosa multiplicación de las imágenes, según el catalán, provoca que en el acto de creación sea necesario «un acto de constricción». Sólo así será posible determinar si la foto que buscamos será reiterativa o contribuirá de algún modo a la cultura visual. Esa, dice Fontcuberta, es la nueva tarea del fotógrafo.
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