miércoles, junio 11, 2014

Literatura / México: Élmer Mendoza y su última novela

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El escritor sinaloense. (Foto: Jesús Quintanar)

C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de junio de 2014. (RanchoNEWS).- Élmer Mendoza (Culiacán, 1949) reconoce el origen de algunas de sus novelas relacionadas estrechamente con el universo del narcotráfico: «Soy un autor que escribe cosas duras porque me gustan, y las circunstancias han favorecido la posibilidad de escribir de eso». También tiene una formación que influye no sólo en su manera de entender la literatura, sino en ciertas formas estilísticas, escribe Jesús Alejo Santiago de Milenio desde la Ciudad de México.

«Se trata de aprovechar algunas estéticas que se supone no tendrían nada qué ver con las historias realistas, aunque al final sí tienen qué ver, porque las matizan y, en cierta medida, contribuyen a explicar mi estilo, que no es uno que a todos los lectores se les facilite», dice a Milenio.

En su más reciente novela, El misterio de la orquídea calavera (Tusquets, 2014), el escritor sinaloense apuesta por un acercamiento a sus fuentes de formación literaria, a través de una historia en la que ya no aparece el detective El Zurdo Mendieta, sino un joven, El Capi Garay, quien, mientras intenta resolver el secuestro de su padre, se adentra en el universo de Edward James, el creador del jardín escultórico de Las Pozas, ubicado en Xilitla, San Luis Potosí.

«Edward James hizo una interpretación muy puntual de un aspecto de México: en un país aparentemente surrealista tenía mucho valor un parque de piedras surrealistas. Eso me llamó la atención, pero me la llamó mucho más la personalidad de un individuo que se gasta cinco millones de dólares en una selva a la que nunca llega nadie. Se supone que los seres humanos hacen cosas para los otros seres humanos», afirma el escritor.

Las historias que se entrecruzan a lo largo de la narración, y por ello se mezcla la realidad con los sueños como parte del interés de Mendoza por reflejar la diversidad de la cultura mexicana, pero en especial cómo el artista y filántropo escocés entendió el alma mexicana.

«Con el jardín escultórico creó un sentido de trascendencia en relación a las piedras monumentales que están en nuestro país, vinculadas con las pirámides o con la cultura olmeca. La historia de la novela está enmarcada en la tradición mexicana, como el chamanismo», dice.

Al mismo tiempo, la novela es un homenaje a escritores y artistas cercanos a sus intereses, en especial los surrealistas (Salvador Dalí, Luis Buñuel, Leonora Carrington), quienes aparecen a lo largo de la novela al lado de Juan Rulfo, Fernando del Paso, Octavio Paz, Luis Barragán, Federico Campbell, Xavier Velasco, Arturo Pérez Reverte y Enrique Serna, «pilares de la cultura del siglo XX y XXI».

Una historia para jóvenes

El protagonista de la novela, El Capi Garay, ya se alista para una saga dentro de la bibliografía de Mendoza, y surge de su interés por escribir una historia para jóvenes, en especial para los de nuestro tiempo, desinteresados en la realidad que viven, asegura el escritor.

«Como soy promotor de lectura, tengo mucho contacto con los jóvenes; también he sido maestro de prepa, y lo primero que supe es que es imposible conocerlos. Tengo tres hijos y es imposible ser amigo de tus hijos, pero el contacto con ellos me dio la información sobre su mirada de México, del mundo, de los adultos, de los problemas que tiene nuestro país y vi un desencanto, una lejanía, una desinformación sobre los problemas y yo pensaba: 'Esto no puede ser'».

De alguna manera, asegura Mendoza, se trata de una juventud que tiene dificultades en su proceso de madurez por no tomarse nada en serio, «por entretenerse todo el día en los mensajes. A mí me tocó ser de una generación que sí pensaba en la posibilidad de resolver los problemas del país; se supone que estudiabas una carrera como parte de una responsabilidad social, aunque después todo cambió».

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