miércoles, julio 09, 2014

Fotografía / Entrevista a Ouka Leele

.
Mantiene contacto con otros artistas de los 80: «Son como los amigos del colegio». (Foto:  Gtres)

C iudad Juárez, Chihuahua. 9 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- A mediados de los 70, cogió una cámara de fotos para plasmar su visión de la realidad. Cuatro décadas después, Ouka Leele (57) sigue igual de apasionada con sus últimos proyectos. Entre ellos, se encuentra el retrato acaba de realizarle al equipo de 'Sálvame' con motivo del quinto aniversario del programa. En la presentación de la imagen, Bárbara Allende Gil de Biedma, nombre real de la prima segunda de Esperanza Aguirre, se encuentra con LOC para hablar de los frenéticos años 80, su relación con los otros personajes de La Movida y de su hija, María Rosenfeldt, a la que crió sin ceñirse a un sistema educativo convencional. Una entrevista de Antonio Diéguez para El Mundo:

Actualmente, se encuentra trabajando en el norte de España. ¿De qué se trata?

Estoy con un proyecto financiado por la Fundación Cristina Masaveu y en Asturias, que es un paraíso maravilloso. Tengo una suerte increíble, porque dispongo de total libertad: yo manejo mi tiempo, los lugares y lo que yo quiero hacer... El resultado es una exposición que se verá en febrero en Madrid, en el Conde Duque. Luego irá a Berlín, Lisboa, Alejandría...

También acaba de publicar Los libros de Ouka Leele.

Sí, una colección de la editorial Huerga y Fierro. He escogido a seis autores, entre los que están Rossy de Palma, El Hortelano [el pintor al que le debe el nombre] y Jesús Ordovás.

¿Se le resistió alguien?

Ahora hemos elegido a seis, pero habrá más. Bernardo Bonezzi lo habló conmigo antes de morir y lo trabajaré con su pareja. También está Javier Díez, director de Radio 3; Javier de Juan, Edi Clavo, ex de Gabinete Caligari...

¿Cuál es su relación con los otros miembros de La Movida Madrileña?

Son como los amigos del colegio. Nos conocimos muy pequeños. Por ejemplo, yo tenía 17 años y Alaska, 13... Cuando nos vemos es como cuando te encuentras con alguien del cole. Muy cercanos y muy hermanos.

Entonces, ¿mantiene contacto con Alaska y Pedro Almodóvar?

Si les veo, sí. Bueno, a Pedro no le veo nada... Está en otro mundo... Antes nos veíamos todo el rato, pero ahora no. A Alaska la veo más. Pero tengo más relación con gente de mi gremio: pintores, fotógrafos...

Echando la vista atrás, ¿qué fue lo mejor y lo peor de La Movida?

Aunque haya gente que no esté de acuerdo, lo peor fue toda esa parte oscura de drogas, de gente que se quedó por el camino... 

¿Y lo mejor?

Haber estado en una generación que hemos vivido juntos la creatividad y el arte, que es algo que no se da en mucho tiempo.

¿Cómo consiguió sobrevivir rodeada de tanta droga, sin caer en la tentación?

Hay que darse cuenta de que es un atajo. Se llegará antes, pero la caída es más gorda...

Sería duro ver cómo cada uno de sus amigos iban falleciendo...

Sí, es muy duro. Y muchos se fueron demasiado pronto. Se les echa un montón de menos. 

¿La Movida fue tan frenética como dicen?

Sí, demasiado. Pero también se mezclaba con la libertad total en cuanto a creación.

¿Sin drogas hubiera sido posible aquel estallido creativo?

Hubiera sucedido igualmente. No creo que las drogas hagan nada. Creo que todo depende de la actitud.

Usted ha vivido muy deprisa. Con 25 años, ya lo había hecho prácticamente todo.

Fui muy precoz. Con 22 años también tuve un cáncer y casi me muero. Parece como que yo era consciente de esa prisa, aunque la vida luego me diera todos estos años. 

¿Cómo afrontó la enfermedad entonces?

Con la muerte muy cerquita. No se lo recomiendo a nadie, pero te da una gran sabiduría porque te ayuda a ver la vida como que cada instante es eterno y maravilloso. 

Su maternidad también fue curiosa. Decidió que su hija no fuera al colegio y se la llevó a sus viajes.

Fue una experiencia muy bonita porque ella aprendió lo que quiso. No fue una educación impuesta. A la vez, fue muy difícil porque era muy solitaria y muy arriesgada. A veces pensé si me estaba equivocando.

¿Le ha dejado secuelas a su hija el hecho de no crecer rodeada de otros compañeros?

Seguramente sí, pero yo la veo una persona superresponsable y que se organiza su tiempo como nadie. También ha estudiado la carrera con muchísimas ganas porque no estaba maleada, ni quemada. Cuando la empezó, le encantaba hacer exámenes, porque era algo nuevo para ella.

Ahora María Rosenfeldt es diseñadora de su propia firma, Herida de Gato.

Ya vende su ropa a través de una web, que es lo que quiere realmente... Hacer desfiles sin vender no vale para nada.

Su hija saltó a la fama con aquel anuncio de Loewe en el que salían la hija de Verónica Forqué y las sobrinas de Ana Belén. ¿Cómo lo vivió aquello?

Fatal. Al principio, ella estaba contenta, aunque le pagaran con un bolso. Eso me pareciera un poco timo. Pero les dijeron que querían entrevistar a jóvenes diseñadores y estuvieron una hora con cada uno. Al final, sólo sacaron tonterías. Por otro lado, el anuncio saltó a todos los límites de lo mediático y se está estudiando en las carreras de la universidad.

¿Fue una especie de engaño?

Mi hija sufrió mucho y vivió un bombardeo de insultos en Twitter: les llamaron pijos y decían que les querían apedrear... Mi hija no ha tenido en su vida ropa de Loewe. Incluso lo de no ir al colegio ha sido, a veces, por pura necesidad, por no pagar un colegio. La vida de un artista es muy dura. No hace gracia que que luego te vengan diciendo que estás forrado y que eres un pijo. Si fuera verdad, lo asumiría, pero no es verdad.

Hablemos un poco más de usted y de su carrera profesional. ¿Cuál ha sido su punto álgido?

El año 87 estuvo muy marcado con mucho éxito. Con sólo 29, hice una exposición retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo. Hubo largas colas para ver la exposición... También ese año estuve en la Bienal de Sao Paulo y paré todo el tráfico en Madrid para fotografiar la Cibeles.

¿Hay alguien que le gustaría retratar y que se le ha resistido?

No. Cualquier persona anodina es igual de importante una vez que se pone delante de mi cámara. Me encanta todo el mundo.

¿No desearía fotografiar a la Familia Real?

Sí, por tradición... Hacer algo como lo que hizo Goya. Para mí, la foto que he hecho a 'Sálvame' es lo mismo que hizo Goya con la Familia Real. Son un poco los reyes del pueblo, ¿no?, ja, ja, ja. 

¿Qué le ha frenado?

Mi vagancia. Sí que lo he movido. Lo he hablado con ellos y me remiten al jefe de la Casa Real, al que lleva el protocolo, pero, al final, nunca lo hago... Llamo, pero luego lo dejo... Entre que pienso que tengo que hacer una flexión y no se qué... Me da una pereza horrible. Si algún día hago la foto, espero darles un abrazo, porque se me da fatal el protocolo...



REGRESAR A LA REVISTA