martes, agosto 05, 2014

Música / Entrevista a Rubén Blades

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El músico y exministro de Turismo de Panamá repasa su trayectoria en el mundo musical y confirma que volverá a la política para presentarse a la presidencia de su país en 2019.  (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 4 de agosto de 2014. (RanchoNEWS).- La superestrella de la salsa acaba de publicar Tangos, un disco donde interpreta sus éxitos al ritmo del Río de la Plata. El año que viene se despide de la salsa y vuelve al terreno político, en el que ya ejerció de ministro de Turismo de Panamá entre 2004 y 2009. Una entrevista de José Manuel Gómez para El Mundo:

En este disco ha traducido el Pedro Navaja, llevando alguna de las palabras originales al lunfardo, el habla asociada al tango. Parece un guiño...

Sí lo es, es un reconocimiento respetuoso al antecedente.

¿Qué es lo que ha sido más interesante del proceso de llevar sus canciones de la salsa al tango?

Primero, ver cómo las letras eran movidas a otro espacio emocional por la atmósfera que produce el tango y su instrumentación: canciones como Juana Mayo adquieren una dimensión de reflexión inexistente en sus versiones de salsa. Segundo, el fraseo del tango es completamente diferente al cantar. Los arreglos me obligaron a considerar la respiración de otro modo. Me hicieron cantar de una forma diferente a lo que hago en salsa, sin que eso quiera decir que cante el tango como debe ser cantado. Simplemente, lo hice a mi manera, pero de la mano del tango. Y, en tercer lugar, comprobamos que las letras sobreviven a los géneros.

Sus canciones nacieron con espíritu bailable. ¿Tuvo en cuenta que el género de destino también es bailable?

Sí, pero lo que me interesaba era ver cómo se comportaba la letra y qué nueva dimensión podría adquirir la música al ser adaptada al tango, a la milonga. Aunque ambos son géneros bailables, la salsa es acción, más agresiva. El tango es más reflexivo, más interno. Tanto la letra como los arreglos reflejan esa diferencia y crean una interpretación nueva, que expone la interioridad de las canciones de una forma novedosa. Carlos Franzetti se metió dentro de los temas y los planteó entendiendo este argumento de intimidad. Es el responsable de que haya funcionado el experimento, sumado a la presencia de iconos del tango como don Leopoldo Federico.

Le confieso que en la primera escucha pensé que había renunciado a lo más significativo de su carrera, a la salsa, a la maraca y al guaguancó... Sin embargo, todo cambia cuando el disco se escucha desde la perspectiva de una pareja de tango, quizá sea un poco lento, pero sigue siendo hermoso. ¿Pensó en los bailadores de tango?

Absolutamente. Cuando hice la película Assassination Tango con Robert Duvall en Buenos Aires visité varias salas de baile. Así que cuando grabé los temas estuve muy consciente de que había que respetar los parámetros y no enredar al bailador.

¿Usted baila en la milonga?

Yo no bailo ni Los pollitos. Siento un respeto atroz por el ridículo.

¿Sabe lo que le espera? Antes cambió la salsa por el cine y la política, o le quitó los trombones a la salsa, o la cantó en inglés, ahora va y se pasa al tango... Entiendo que me conteste lo mismo que Anibal Troilo cuando entonó: «Alguien dijo una vez que yo mi fui de mi barrio / ¿Cuándo? / Pero, ¿cuándo? / Si siempre estoy llegando...» Supongo que le suena.

La partida de la raíz del primigenio no ocurre nunca. Lo que pasa es que, por ser figuras públicas se nos analiza desde una perspectiva de distancias. Creo que hay una proyección de inseguridades cuando se nos acusa de haber desertado de algo que ya no existe físicamente, y que es ademas irrepetible, aunque perdure emocionalmente en nosotros. Mis amigos, los que mantengo desde hace 50 o 55 años, coinciden. Pero para los demás resultará imposible el convencerlos de algo que jamás han sentido, o vivido. Estos crean una referencia basada en una suposición, y proceden a la afirmación y descalificación fundamentándose en lo que realmente resulta una especulación. Creo que nadie se va de la esquina, si alguna vez realmente existió en ella. Es un axioma para mí, como eso de que todos estamos condenados a tener amigos.

¿De verdad que se va de la rumba? Entiendo que se vaya de la salsa pero... ¿está dispuesto a renunciar al guaguancó?

Otra vez aclaro, el guaguancó y la rumba forman parte de mi ADN también. Lo que no voy a continuar es haciendo giras de salsa a partir de diciembre del 2016, ni escribiendo más temas en ese formato. Pienso armar otro grupo, con otra dirección y no pienso usar más el nombre de Rubén Blades cuando lo haga. Sólo el nombre de un grupo y yo utilizaré un seudónimo inspirado en apellidos de mi familia lejana. Esa etapa muy querida de la salsa quedará en el tiempo de lo hecho y me da mucha satisfacción el haberlo disfrutado, pero cuando tienes más pasado que futuro no debes estar repitiendo las cosas que ya sabes. Mejor utilizarlo para entender lo que no has aprendido aún. El tiempo no espera a nadie.

Quiere ser presidente de Panamá en 2019. ¿No ha tenido suficiente con la política?

El acto de participación política lo interpreto como un acto en defensa propia y en defensa de los sueños de las mujeres que, como las de mi familia, murieron sin vacaciones. Pienso crear un argumento de administración pública que pueda afrontar la necesidad común de oportunidad, justicia y solidaridad social sin apelar al odio de los extremos, al discurso panfletario o a intereses anti-solidarios. Preferiría no hacerlo, pero, francamente, no veo a nadie en Panamá que esté considerando reformular nuestro argumentario político presente, ni veo a alguien con la suficiente autoridad o credibilidad con la que explicar y aplicar su contenido a la población.

¿Qué es lo que le da la vida pública que no le da la música?

Respuestas que efectivamente puedan mejorar la condición real, física y espiritual, de los Pablo Pueblo de nuestro mundo y de sus familias.


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