sábado, octubre 11, 2014

Cine / México: Harán público legado de Marco Chilet

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Chilet produjo la escenografía de más de 150 películas mexicanas de 1945 a 1970 para las que trazó su arquitectura y diseñó el ambiente estético y el vestuario y la joyería de los actores. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de octubre de 2014. (RanchoNEWS).- El universo fantástico de muchas películas revolucionarias, de ficción, románticas y cómicas que integraron la llamada época de oro del cine mexicano tiene su origen, en cierta medida, en el imaginario de Francisco Marco Chilet (Valencia, 1900-Cd. de México, 1979), dibujante y pintor, discípulo de Sorolla en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia. Una nota de Sonia Ávila para Excélsior:

Casi anónimo, Marco Chilet produjo la escenografía de más de 150 películas mexicanas desde 1945 a 1970 para las que no sólo trazó la arquitectura del filme sino diseñó el ambiente estético como el vestuario y la joyería de los actores. Fue, pues, de los iniciadores de lo que hoy se conoce como dirección artística en el cine.

A más de tres décadas de su muerte, su acervo documental —resguardado por su familia— se abre a la investigación, y de alrededor de cuatro mil bocetos y dibujos, la Filmoteca de la UNAM recibió en donación 288 para restaurar, digitalizar y catalogar a fin de ponerlos a consulta pública.

Son diseños a mano de muebles y planos de escenografías de películas como La barraca (1944), ópera prima de Roberto Gavaldón, o Santa Claus (1959), de René Cardona; material que revela la estética del cine mexicano que si bien se ha estudiado desde la perspectiva de sus directores o actores, poco a partir de su ambiente escénico.

«Tener este fondo nos permite generar nuevas líneas de investigación sobre el cine porque la escenografía es una área que no se tiene mucho registro. Lo que haremos es digitalizar los archivos para luego ubicar bien de qué película se trata y completar un catálogo de este acervo», explica Antonia Rojas Ávila, jefa del Departamento de Documentación de la Filmoteca.

Al detallar que es el primer escenógrafo que se suma al acervo de la Filmoteca, Rojas Ávila precisa que el material es muy ecléctico en estilos artísticos, y eso hace que aporte más elementos para trazar una historia de la escenografía en México: «Marco Chilet trabajaba con las ideas de los directores, con lo que ellos querían transmitir y todas sus escenografías son distintas porque conseguía crear el universo del director».

Con dos pasantes de la licenciatura de Historia del Arte y uno de Letras, el acervo será sometido a restauración, aunque la especialista aclara que en general se encuentra en buenas condiciones, por lo que el mayor trabajo será la catalogación y digitalización para luego identificar cada película a la que pertenecen.

Se prevé que el proyecto concluya en ocho meses para poner el acervo, en versión electrónica, a consulta de historiadores y académicos.

«Era muy meticuloso y en sus planos describe por dónde iban los desplazamientos de cámaras, cómo debía ser el color del escenario porque pese a que las películas eran en blanco y negro, él decía que el color era importante para que el actor sintiera la atmósfera e internarse en el papel a representar», añade Elisa Lozano, historiadora de arte.

Exilio español

La formación de Chilet en el arte plástico fue como pintor, incluso gran parte de su producción en España, antes de la Guerra Civil, era pictórica y en México realizó tres murales, hoy perdidos.

Pero durante la guerra fue militante republicano, lo que lo mantuvo preso en un campo de concentración en Francia. En 1940 es liberado y exiliado a México, donde llega como dibujante para periódicos y revistas, e incluso los primeros años en el país trabajó como retratista en el periódico sindicalista El Popular y Excélsior. «En Excélsior tenía un sección que se llamaba “La figura del día” y se trataba de retratos muy detallados de personajes de la política y gente del arte. No está muy claro cómo inició en el cine, en alguna entrevista él narra que uno de los artistas que lo ayudó cuando llegó a México fue Ernesto El Chango García Cabral, quien ya hacía muchos carteles para cine; tal vez de ahí se conectó», comenta la historiadora.

Su primer trabajo como escenógrafo fue de ayudante de Vicente Petit en La barraca (1944), de Roberto Gavaldón, basada en la novela del también valenciano Vicente Blasco Ibáñez. Le siguieron trabajos como La malagueña (946), ¡Pancho Villa vuelve! (1959), En la palma de tu mano (1951), Romeo contra Julieta (1968) y La venganza de Huracán Ramírez (1969).

A decir de Lozano, lo que caracteriza la producción de Marco Chilet son los detalles estéticos en sus planos, como si se trataran de pinturas de paisajes o retratos. En cada boceto de mueble o plano, indicaba el menor elemento para ambientar desde un campo abierto de guerra, o una granja hasta el universo en las películas de El Santo.

«Venía de una formación plástica muy sólida y eso marcó una diferencia en sus diseños de otros escenógrafos que se formaban en la marcha, por eso yo diría que es el gran antecedente de lo que se ahora se llamaría dirección de arte.

«Un rasgo importante era el gran dominio que Chilet tenía del dibujo meticuloso, no sólo en color, escalas y perspectivas, sino con mucho detalle de los materiales que debían usarse», comenta.

Al respecto Rojas Ávila añade que de los aportes del dibujante son los ambientes ilusorios de películas como Santo, el enmascarado de plata vs los villanos del ring (1968), que aún se mantienen en el imaginario del espectador desde sus extraterrestres y las máquinas del espacio.

Además, Lozano destaca la «curiosidad» del artista valenciano por guardar sus trabajos originales, pues en la época poco se acostumbraba conservar los bocetos de un oficio poco reconocido. «Ahora resulta muy difícil encontrar documentos originales como estos, que permiten identificar los estilos de producción del cine de esa época de oro», concluye.



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