domingo, julio 19, 2015

Teatro / Ciudad Juárez - XXXIII Festival de Teatro de la Ciudad: «Chocolate amargo», del Taller de Teatro

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Momento de la representación. (Foto: JMV / RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de julio de 2015. (RMV / RanchoNEWS).- La buena noticia del montaje de la segunda jornada del XXXIII Festival de Teatro de la Ciudad, llevada a cabo en el Auditorio Cívico Municipal Lic. Benito Juárez, fue la dramaturgia de Rubén Torres Ramírez.

Su obra «Chocolate amargo», que él mismo dirigió con la agrupación El Taller de Teatro, está muy bien escrita y encarna personajes convincentes.

Una obra realista, ubicada en un escuela contemporánea, muy dentro del estilo de Pilo Galindo, «Chocolate amargo» narra la historia de Lucía, una estudiante, que se enamora de un joven narco (machista, disculpen la obviedad), a quien droga, embaraza y trata de manipular, no obstante del llamado a razón de su mejor amigo, Mario, y de su madre.

Finalmente de víctima pasa a ser victimaria, porque cuando su ex novio intenta obligarla a inyectarse heroína le mata con un golpe en la cabeza con una maceta (aquí la única debilidad del argumento, pudo ser otro objeto) y entonces le inyecta la dósis y deja una carta póstuma en su computadora, fingiendo así un suicidio.

Tres personajes en escena, jóvenes que hicieron un muy buen trabajo. Especialmente la joven que hizo el papel de Lucía. Lamento no poder dar cuenta de sus nombres porque, otra vez, la Dirección de Educación y Cultura omitió los programas de mano para todas las compañías. Ayer hubo programa por iniciativa de Pathos Arte Teatral, este importante detalle omitido reduce el festival a un festival teatral de ranchito.

Si bien el texto de Torres Ramírez es bueno, su trabajo como director y tal vez como productor fue deficiente.

La iluminación muy plana, salvo en dos momentos. Los elementos escenográficos siempre en escena, como si no pudieran conseguir utileros. Tan mal que el final fue puesto antes de tiempo. Una voz femenina en off da la noticia de un joven que se suicidó, con lo que termina la obra; este error provocó confusión entre los asistentes.

El público teatral juarense merece un monumneto. El sistema de refrigeración ventilada no está funcionando en el auditorio. Personal de Educación y Cultura dispuso de tres enormes aparatos de ventilación que fueron insuficientes para mitigar el calor. Otra vez los asistentes, que llenaron dos tercios de las butacas, estuvieron abanicándose durante toda la obra.

Ojalá que los organizadores del Festival entiendan pronto que lo que están haciendo es una descortesía y falta de respeto a estos ciudadanos que conforman el público teatral juarense, y que sin este público su festival sería un fracaso.


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