miércoles, septiembre 02, 2015

Libros / España: La mítica librería Negra y Criminal cierra por falta de clientes «militantes»

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Montse Clavés y Paco Camarasa, retratados en Negra y Criminal, en la Barceloneta. (Foto: Antonio Moreno)

C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de septiembre de 2015. (RanchoNEWS).- Con Negra y Criminal, dice Paco Camarasa, ha acabado el lector. El lector no militante, el lector no leal. Porque puede que exista el cliente fiel, dice el librero, pero está claro que no existe el cliente «leal». Que cuando Negra y Criminal abrió sus puertas, allá por 2002, el noir no era más que un género maldito, uno de tantos, es más que evidente. Que ella ha sido, durante estos 13 años, motor de su definitivo outlet, de su conquista del gran público, también. Que su cierre deja huérfana a Barcelona en muchos sentidos es algo que el librero, también impulsor de BCNegra y aún su comisario, tiene claro. «No me da pena por la librería», dice, «me da pena por Barcelona», que va a quedarse sin la única librería especializada únicamente en noir de Europa, con permiso de la Hammett de Berlín. Reporta desde Barcelona Laura Férnandez para El Mundo.

«Cerramos por aburrimiento», clamaba ayer, día en que se hizo público el cierre, la librera, Montse, compañera de Paco y copiloto en esta aventura de la que, dicen, no han sabido salir mejor parados. «He fracasado como librero», decía Camarasa. «Hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano y aún así la cosa no ha funcionado», añadía Montse. En Negra y Criminal se presentaba un libro prácticamente cada sábado. Se servía café, «de cafetera, no de cápsula», a cualquier hora, y, los sábados, mejillones y vino. «Hemos servido 1.250 kilos de mejillones en estos 13 años. Tenemos más de 6.000 direcciones suscritas a nuestra newsletter, se han fotografiado con nuestra camiseta, en la librería, 345 autores de todo el mundo. Pero había quien simplemente venía a que le recomendaras un libro y luego se lo compraba en cualquier otra parte», se explicó Camarasa.

En los últimos años habían hecho de todo para intentar mantenerse a flote. Incluido crear un pequeño club de seguidores (Los Cómplices) que, con su aportación de 10 euros al mes, permitía a los libreros abrir las puertas de la librería cada día. Porque, aunque la novela negra estaba más de moda que nunca, la librería había empezado a hundirse. ¿Por qué? «Antes, cuando esto empezó, teníamos al menos un pedido de un libro de Jim Thompson a la semana. Luego, RBA empezó a reeditarlo, y los libros de Jim Thompson se encontraban en todas partes, y los pedidos dejaron de llegar. Y así, con todo. La conclusión es la de que ya no somos necesarios. El género está en todas partes. En los aeropuertos, en los hipermercados, hasta en las gasolineras», contesta Paco.

«Ahora la novela negra ocupa colecciones editoriales pero muy pocos de los lectores que apostaban por llegar hasta la Barceloneta a dejarse recomendar alguna que otra rareza y llevarse el último Camilleri nos visitan», añade el librero. «La nuestra era una librería muy sueca. Sólo vendíamos los sábados, de doce a dos», dice. Con mejillones y vino de por medio. Pero pese a todo, no hay rencor. «Nos vamos contentos. Nos alegramos de haber contribuido a colocar el género que amamos donde se merece: en el mejor lugar de cualquier librería», dicen. También dicen que «Negra y Criminal se creó con dos libreros ilusionados y se cierra con dos libreros que seguirán teniendo proyectos que los ilusionen». Pero eso será cosa del futuro. El futuro con el que se toparán un día después del cierre, un cierre previsto para el 3 de octubre, un sábado. El último en el que se servirán mejillones en el número 5 de la calle de la Sal.


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