sábado, octubre 03, 2015

Literatura / Entrevista a Carlos Aguasaco, por Consuelo Saenz

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El escritor colombiano. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de septiembre de 2015. (RanchoNEWS).- En el marco del XI Festival Internacional Chihuahua, tuvo lugar el Encuentro de Escritores: los retos de los derechos humanos en el siglo XXI. Allí, se presentaría una conferencia de sugestivo nombre: Las armas del chapulín colorado: una lectura simbólica y social del superhéroe, impartida por Carlos Aguasaco (Bogotá, 1975), académico en The City College of The City University of New York. Poeta, ensayista, y crítico literario. Artepoética Press es su editorial, un espacio que busca promover la narrativa latinoamericana desde Nueva York.

El 28 de noviembre de 2014, fallece Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» en la Ciudad de México. Contrario a lo que puede pensarse, el número de personas críticas a la obra de Roberto Gómez Bolaños no son pocos. La fórmula de su éxito fue imitando y adaptando a los grandes personajes de la comedia mundial a la cultura hispana: Buster Keaton, El Gordo y El Flaco, Chaplin, Shakespeare, además de la parodia cervantina (esto último dicho por el propio Aguasaco). Los mismos chistes y el excesivo Slaptick comedy. En su momento, otro motivo para odiar a Roberto Gómez Bolaños –decían– fue la fecha de su muerte, pues ésta desviaba la atención de los hechos realmente importantes, como lo fue y sigue siendo la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa acontecida el 27 de septiembre del mismo año. «Al pueblo pan y circo» parecían regodearse los medios de comunicación (principalmente Televisa) ocupando la mayor parte de su programación con la vida y obra de quien fuera llamado el mejor comediante de Latinoamérica.

Vamos desde el principio, qué motivó la realización del libro ¡No contaban con mi astucia! México: parodia y nación en la serie de El chapulín colorado. ¿Por qué eliges la obra de Gómez Bolaños?

Hubo varias razones que me llevaron a elegir la obra de RGB como mi objeto de estudio. Me interesé en desarrollar un estudio que permitiera comprender la condición latinoamericana de nuestra época. Las series de Chespirito se consumieron, y se consumen, en todo el continente con excepción de Cuba. Sin duda sus personajes, en especial El Chapulín Colorado, son reconocidos por la gran mayoría de los latinoamericanos. Como académico dedicado a los estudios culturales sostengo la tesis de que, al analizar cualquier producto o práctica cultural podremos comprender tanto a la sociedad que lo produjo como a las que lo consumen. Por otra parte, como académico en los Estados Unidos, buscaba un diálogo intercultural con la cultura popular anglosajona. El Chapulín Colorado es el superhéroe latinoamericano por excelencia y me permitía hacer una lectura contrastada de sus modelos anglosajones como Batman y Superman entre otros. Otra de las razones es la constitución misma del personaje El Chapulín Colorado que sigue un modelo cervantino muy claro (recordemos el famoso capítulo titulado «Don Chapulín de la Mancha» en que Ramón Valdés interpreta a un anciano que enloquecido por la serie de El Chapulín quiere convertirse en él de la misma manera que lo hizo Don Quijote con las novelas de caballería). A diferencia de muchos de mis colegas en el área de estudios culturales, yo creo que no es posible conocer qué es lo verdaderamente nuevo o emergente sin antes conocer y estudiar los elementos residuales de formaciones sociales precedentes. La serie de El Chapulín Colorado me permitía analizar la influencia y la supervivencia de la literatura del Siglo de Oro y la época colonial en la cultura popular latinoamericana de nuestros días. De esa forma, pude analizar la supervivencia de ideas y relaciones sociales provenientes del feudalismo en las sociedades feudo-burguesas de hoy en día. La última razón fue, mi deseo de reconectarme con la infancia y con mis padres. Durante años me dediqué al estudio de la literatura clásica desde la edad media hasta el barroco. También me concentré en el estudio de la poesía desde el renacimiento hasta nuestros días. En ese camino me había alejado de la formación de mis padres que como personas humildes no tuvieron acceso a la misma educación que mis hermanos y yo disfrutamos. Al estudiar la cultura popular descubrí que a través de series como El Chapulín Colorado, las personas más humildes del continente, como mis padres, conocieron de forma mediada las narrativas y personajes de la literatura de la edad media, el Siglo de Oro y la época colonial que yo había estudiado en la universidad.

En México, a través de distintas redes sociales, fueron muchos los detractores de la obra de Roberto Gómez Bolaños al momento de su fallecimiento. Televisa, símbolo de una cultura dominante y ofensiva que promueve la ignorancia y la subordinación, a través de ese tipo de humor anodino y simplón. Al inicio de todo proyecto, se establecen metas. Televisa te permitió el acceso a todos los archivos para tu trabajo de investigación ¿Se cumplieron esas expectativas? ¿Hubo algo que dejaras fuera por falta de tiempo o por otras razones? ¿Te condicionó Televisa para que hablaras o no hablaras de tal cosa?

Televisa me facilitó el acceso completo a sus archivos desde el principio. Nunca pusieron restricciones de ningún tipo a mi investigación y me abrieron sus puertas de la mejor manera posible.

Con respecto al tema de la subordinación y la ignorancia, que incluyes como comentario antes de la pregunta, puedo decir que me sorprende que la crítica se haga sólo frente a una empresa privada y no se extienda a los estados y poderes hegemónicos que permitieron su establecimiento a lo largo del siglo XX. Si se proyecta ese análisis estructural a todos los países donde la serie tuvo gran acogida se entiende que la cultura popular de nuestra época es un instrumento de interpelación y control ideológico que las élites aprovechan para defender sus intereses de clase. Entonces, considero que esa crítica es válida pero está mal enfocada y que con ello se sigue permitiendo que los verdaderos responsables de las políticas públicas sigan facilitando el desarrollo de monopolios y oligopolios en los medios de comunicación.

Por otra parte, al calificar el humor como «anodino y simplón» me haces pensar en varios aspectos sociales de la recepción de la serie. Desde el principio los intelectuales han hecho lecturas críticas de estos productos audiovisuales proponiendo que la televisión debería comprometerse con formas más sofisticadas del humor y el análisis social. Sin duda los medios de comunicación tienen una responsabilidad social que no siempre han cumplido y que los intelectuales reclaman. Lo que yo propongo es sofisticar y desarrollar las lecturas críticas en los televidentes. Mi libro busca empoderar al lector para que deconstruya la serie y sea capaz de revelar sus fuentes y las condiciones sociales de su constitución.
También vale la pena considerar que han pasado más de cuarenta años desde el inicio de su producción y que lo que en su momento fue novedad ahora ya es parte de nuestro archivo común o imaginario colectivo. En otras palabras, no es fácil reírse del mismo chiste durante cuarenta años. Esa misma crítica le será aplicada a series anglosajonas como Los Simpson.

Como preámbulo a la conferencia que impartiste en el Encuentro de Escritores, mencionaste que revelarías las conexiones entre la parodia como mecanismo articulatorio y sus relaciones con el populismo político en el continente. ¿Qué puedes comentarnos al respecto? De qué manera, se podría mantener resistencia para modificar esos criterios impuestos por la cultura dominante.

La parodia es un mecanismo de articulación que permite representar contenidos atacándolos y emulándolos al mismo tiempo. Cervantes atacaba las novelas de caballería y para hacerlo hizo la última y más famosa de ellas, Don Quijote. La flexibilidad de la parodia radica en que puede poner juntas contradicciones e incorporarlas en una narrativa globalizante. Esto es supremamente valioso para las élites que buscan aferrarse al poder manteniendo sus privilegios. La serie de El Chapulín Colorado reconciliaba a los latinoamericanos con una identidad alrededor de la lengua común. Esa identidad le facilitaba a las élites de los diferentes países afianzar sus nacionalismos. Además, la serie animaba al pueblo a mantener las condiciones estructurales actuales respetando los conceptos de propiedad privada y relaciones de sangre sobre los que se basa el sistema feudo-burgués que rige el continente. Puedo decir entonces, que todo en las hegemonías latinoamericanas se dice y se hace «sin querer queriendo» para citar a RGB. En la conferencia hablé de la relación entre la presidencia de México, las Olimpiadas de 68, la serie de El Chavo del 8 y Televisa. Relaciones de producción similares permitieron la expansión y consolidación de redes de distribución de productos audiovisuales en los demás países del continente y series de este tipo, como las telenovelas, fueron instrumentalizadas por las élites en toda Latinoamérica.

A tu criterio. ¿Cuáles son los retos de los derechos humanos en el siglo XXI, para nuestros países de América Latina?

Sé que esto puede sonar extraño pero creo que el problema de América Latina no es el desarrollo del capitalismo sino la persistencia del feudalismo. Hace unos años dije lo mismo en Casa de las Américas en Cuba en un encuentro de intelectuales menores de cuarenta años. En nuestros países todavía las relaciones de consanguinidad determinan la posición que una persona tendrá dentro de la estructura social. Ser familiar de alguien es más relevante y determinante que el mérito y el esfuerzo personal de los ciudadanos. Los derechos humanos son un proyecto moderno, del siglo XVIII y requieren la desaparición de relaciones de producción medievales que desafortunadamente persisten en América Latina.

Me enteré de tu existencia por medio de un video que circula en el internet, donde das lectura a un poema de tu autoría llamado Las muertas de Juárez (un tema que no acaba de extinguirse, aunque aseguren nuestros gobernantes que es un mito). Después, en una entrevista mencionaste que, Guillermo, tu tío, fue asesinado a sangre fría en una calle de Bogotá. También conozco la historia del que fuera tu mejor amigo William Beltrán. Son muchos muertos ¿No es así, Carlos? ¿Estamos los seres humanos preparados para morir? ¿Has definido la vida a través de tus pérdidas, qué lección te deja?

El caso de los feminicidios en Juárez y en toda América Latina y la impunidad que lo rodea es una de las grandes desgracias de nuestra época. Se ha tratado a las mujeres como víctimas de segunda clase y en muchas ocasiones se las culpa por los crímenes que sufren. Creo que hacen falta más mujeres en posiciones de poder para que ellas transformen los sistemas judiciales y policiales del mundo. Sorprende además que con todo el desarrollo tecnológico reciente, los grandes poderes mundiales sigan permitiendo este tipo de atrocidades que, desde mi punto de vista, deben considerarse un genocidio pues está determinado por condición de género.
No estamos preparados para la muerte pero todos estaremos allí en el momento de su llegada. Viví la violencia narco-terrorista en Colombia y me duele ver que ahora otros países la sufren. Con respecto a la pérdida de seres queridos puedo decir que me ha marcado de forma indeleble. He tratado de vivir a la altura del cariño que esas personas me manifestaron. También he querido mantener viva su memoria en mi obra literaria.

Has dicho que, gracias a tu perra Úrsula, fue que te sentiste preparado para la paternidad. Dime, consideras que la llegada de los hijos, nos encuentran –a los que somos padres– realmente preparados. ¿Es una etapa que puede encontrarnos competentes para educar a un hijo? ¿Cómo fue tu experiencia?

Úrsula me enseñó que hay formas del amor que no conocen ninguna frontera y que son completamente desinteresadas. Se trata de un amor diferente al de la pareja pues sublima el deseo de que el otro esté bien y alcance sus sueños más allá de tu propia presencia o existencia. Considero que la llegada de mis hijos ha sido el privilegio y el reto más grande de mi vida. Uno nunca tiene una segunda oportunidad para educar o querer a sus hijos.

Leí un poema donde mencionas a tu madre. Pero, no he podido encontrar a tu padre. ¿Cómo ha sido tu relación con él?

Tengo una buena relación con mi padre. Él vive en Colombia y hablamos a menudo. Le he dedicado algunos de mis escritos académicos como mi estudio sobre las películas de El Santo de las que él era gran fanático. Los poemas a mi madre estaban marcados por su inminente llegada a Nueva York y mi deseo de presentarle la sociedad en la que ella pronto iba a vivir.

Cuando eras niño ¿Qué querías ser de grande? ¿Se ha cumplido tu proyección de niño, con el adulto que eres ahora?

Cuando era niño, muy chico, quería ser inventor. Luego, por un par de años, pensé en dedicarme a la música rock. Finalmente, descubrí a Oscar Wilde y Rimbaud y me decidí por la poesía. Pero como decía Borges, la parte más importante de la escritura es la lectura y por ello encontré en la academia un espacio ideal para crecer y formarme.

Carlos, existen tres cosas de las que desconfío: de las personas llamadas Arturo, de los abogados y de los nacidos bajo el signo de Leo. ¿De qué desconfías tú? ¿Eres supersticioso?

Antes era muy supersticioso pero en los últimos quince años me he orientado hacia el materialismo dialéctico que contradice la superstición por completo. Desconfío de los bancos, de los políticos con ínfulas mesiánicas y de la falsa modestia.

¿Cómo fue tu época de «poeta simbolista»?

Conocí en la escuela secundaria a William Beltrán (también conocido como William Akcoo) y desarrollamos una amistad que permanece incluso después de su muerte en 2011. Juntos vivimos el centenario de la muerte de Rimbaud y buscamos entregarnos a la poesía con el deseo de «no significar sino ser». Es decir, pensamos en una poética de la acción donde ser, hacer y decir/representar eran una y la misma cosa. Fue una época bohemia en la que compartimos lecturas, viajes y aventuras. William mantuvo los ideales de ese encuentro de manera más firme y se dedicó a estudiar las relaciones entre arte y verdad con base en la filosofía de Nietzsche. Había en el grupo otros amigos como el profesor y poeta Carlos Velásquez que todavía se dedican a la escritura. Fue una época en la que exploramos los límites entre lo dionisíaco y lo apolíneo.

En tu cuenta de Facebook, publicaste una nota sobre las amenazas en contra de Renson Said Sepúlveda, periodista colombiano. Háblame al respecto, cómo miras la situación por la que atraviesan los periodistas, qué podemos hacer, cómo podemos contribuir a terminar con esta podredumbre. Como dice una nota del mismo Said Sapulveda «Nos están matando de a poquito»

Reproduje la nota en solidaridad con Renson a quien conocí en la universidad en Bogotá. La situación de los periodistas en Colombia es preocupante y muchos de ellos son víctimas de amenazas y crímenes. La libertad de expresión siempre ha estado en peligro en Colombia pues hay muchos grupos armados en conflicto.

Cómo va el movimiento #RobePeroNoMate en Colombia. ¿Ha resultado convincente?

Desafortunadamente la idea no tuvo ninguna repercusión en Colombia donde cada día delincuentes comunes no solamente roban sino que asesinan a sus víctimas de la manera más despiadada posible. De hecho hace unos días el arquero uruguayo Alexis Viera fue víctima de robo en Cali, y los delincuentes además le dispararon en el pecho.

¿En qué proyecto creativo trabajas actualmente, qué idea anda dando vueltas por tu cabeza para incluir a los latinoamericanos, y éstos puedan darse a conocer en tierras extranjeras?

Bueno tengo bastantes proyectos en ciernes. Como poeta adelanto un libro en que reescribo sonetos barrocos con temas del siglo XXI. Este año seguimos con el festival de poesía The Americas Poetry Festival of New York (www.poetryny.com). Para el 2016 ayudamos a organizar una conferencia sobre los vínculos históricos entre España y Norteamérica (www.historiacallinks.com). Espero la publicación de una novela corta y de la traducción de mi libro Antología de poetas hermafroditas al árabe en Egipto.

¿Dónde podemos adquirir tus libros?

Mi libro sobre el Chapulín Colorado fue publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León y puede encontrarse en las diferentes ferias del libro de México. También se consigue junto a mis otros libros en Amazon.

Algún mensaje que quieras enviar a tus lectores mexicanos.

México es fascinante y me siento honrado por tener amigos y lectores en ese gran país.

Te mencionaré algunas palabras y tú su definición:

Soledad: La condición moderna por excelencia.
Adicto al trabajo: Yo.
Escritor:
La casa de tu abuela: El origen de mis sueños.
Bogotá: la infancia y la memoria.
Epidermis: todo lo que no me toca pero siento.
Saliva: flecha.
Sentido: César Vallejo.
Poesía: Fractura creativa del sentido.
Poema: Representación de esa fractura.
Poeta: William Beltrán.
«Sueño con una palabra convertida en flecha»: ojalá pudiera lanzar palabras y dar en el blanco de la enunciación.
«Un ejemplo de sustitución culteranista…»: todo lo que no se dice o se dice sin decir.


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