viernes, enero 15, 2016

Obituario / Franco Citti

.
Franco Citti en Accatone. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de enero de 2016. (RanchoNEWS).- «No sabíamos que aquel hombre tímido y educado acabaría cambiándonos la vida a mí y a mi hermano Sergio». Con estas palabras recordaba el actor Franco Citti en su libro autobiográfico, Vita di un ragazzo di vita (1992) su encuentro decisivo con Pier Paolo Pasolini, el realizador que haría de él el rostro y símbolo de su cine poético y realista. Franco Citti (Roma, 1935) formaba parte de ese paisaje humano que el creador y escritor había descrito en sus novelas Ragazzi di vita (1955) y Una vita violenta (1959). Una vida marcada por una adolescencia difícil como tantos otros jóvenes de «borgata»-el suburbio romano- que se transforma cuando él y su hermano Sergio Citti conocen al futuro director recién llegado a Roma para ejercer de maestro. Los hermanos Citti, alumnos de Pasolini, entablan una fuerte amistad con el intelectual de izquierdas descubriéndole la Roma que no aparece en las postales turísticas ni la «Ciudad eterna» de las comedias de Hollywood de la época. Reporta Carlos Gámez para El País.

Para su debut como realizador, Accatone (1961), una pelicula que contiene muchos aspectos biográficos relacionados con esos Ragazzi di vita que los hermanos Citti representan, Pasolini busca el rostro de un actor no profesional para el papel protagonista, la historia de un joven proxeneta romano. A pesar de su inexperiencia su elección recae en Franco Citti. El amateurismo de Citti y su tartamudez hacen que el productor de la película Alfredo Bini opte por doblarlo a pesar las protestas de Pasolini. La fuerza del rostro de Citti acabará imponiéndose al doblaje sellando a partir ahora la imagen del cine del director. Pasolini vuelve a reclamarlo para su segunda pelicula, Mamma Roma (1962), otra vez en el papel de un proxeneta, un nuevo canto poético a ese mundo de la periferia romana que representa Citti con una pletórica Anna Magnani que volvía a renacer en la pantalla.


Franco Citti y Al Pacino en El Padrino II.

Franco Citti rueda a las órdenes de directores como Valerio Zurlini, Elio Petri, Carlos Lizzani y otros realizadores del cine italiano de los años sesenta y setenta aunque sus interpretaciones más recordadas quedarán ligadas al cine de Pasolini como Edipo rey, una de sus interpretaciones más celebradas o su participación en la llamada Trilogía de la vida, El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y Las Mil y una noche. Figura al margen de la industria del cine y de las escuelas de interpretación. «Me di cuenta que si trataba de hablar un italiano correcto o intentaba ser o imitar un actor de conservatorio o de escuela teatral, no sería yo, sería una falsificación» había dicho en alguna ocasión sobre su forma de actuar en la pantalla.

Junto a sus colaboraciones con Pasolini, Citti será recordado por el gran público por su participación en las entregas de El Padrino II y El Padrino III como el guardaespaldas de Al Pacino. Por su parte Bernardo Bertolucci le ofrece el papel de un maduro gay en La luna tratando de seducir al joven protagonista, una colaboración que el actor detestaba cuando se le preguntaba en las entrevistas. A las ordenes de su hermano Sergio Citti protagoniza Cuentos de Pasolini donde vuelve a coincidir con Ninetto Davoli, el otro simbolo del cine de Pasolini y Il ministrone, que los vuelve a reunir. A raíz de la muerte de Pasolini, los hermanos Citti le rinden homenaje con la pelicula Cassoto rodada en la playa de Ostia, el lugar de la tragedia. También participa en el documental Pier Paolo Pasolini e la ragione di un sogno realizado por la actriz y amiga del director asesinado, Laura Betti. El propio Citti será el autor del corto Vergogna que denuncia el abandono del paisaje donde había sido asesinado Pasolini transformado en un vertedero de basura.

Los últimos años de su vida Franco Citti, alejado del cine y con problemas de salud y económicos, los vive retirado en la localidad marítima de Fiumicino. La noticia de su muerte el pasado 14 de enero la comunicaba su amigo Ninetto Davoli. «Con Franco he compartido muchas cosas gracias a nuestra relación Pasolini. Creo que con Franco se muere aquel mundo que Pasolini buscó y que ahora poco a poco se cierra».


REGRESAR A LA REVISTA