miércoles, abril 20, 2016

Artes Plásticas / España: El Museo Guggenheim de Bilbao acoge «Panoramas de la ciudad: La escuela de París 1900-1945»

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En torno al círculo (1940) de Kandinsky. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de abril de 2016. (RanchoNEWS).- Fue en París donde el arte mutó de piel. Picasso y Braque desafiaban las corrientes estéticas más academicistas, Kandinsky dio inicio a la abstracción y Brancusi reinventó los modos de representación de la escultura en el espacio. Todos estuvieron allí, no solo ellos, sino artistas de todo el mundo se dieron cita a principios del siglo XX en la capital francesa para crear nuevas formas artísticas. Tomando el nombre de una serie de Delaunay el Museo Guggenheim de Bilbao acoge Panoramas de la ciudad: La escuela de París 1900-1945 hasta el próximo 23 de octubre. Una nota de la redacción de El Cultural.

La muestra, compuesta de 50 obras procedentes de la Colección Salomon R. Guggenheim Foundation, es la primera tras la renovación del acuerdo con la sede de Nueva York firmado en 2014 para presentar exposiciones con obras clave de la Colección. A través de un recorrido que abarca tres salas del museo las piezas de artistas como Brancusi, Braque, Delaunay, Modigliani y Picasso ponen de manifiesto las nuevas formas de arte y literatura que crearon como respuesta al desarrollo económico, social y tecnológico que transformaba la vida urbana. Desde principios del siglo XX y hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, la muestra indaga en las vanguardias artísticas que azotaron el arte moderno.

Una de esas corrientes fue el Cubismo, que con Picasso y Braque a la cabeza, cambió por completo el enfoque pictórico durante los primeros años del siglo XX. Se cuestionaron las maneras, las convenciones y hasta la naturaleza de la representación. Botella y vasos (1911-12) de Picasso y Piano y mandorla (1909-10) de Braque sirven de ejemplo del Cubismo Analítico en el que aún se reconocen las figuras representadas. No obstante, este estilo intelectual propuso el análisis o descomposición de la forma y del espacio que aparecen fragmentados en múltiples planos.


Paisaje (La liebre) (1927) de Joan Miró

En la segunda sala de Panoramas de la ciudad se exponen las obras que, bajo la estética cubista, los artistas crearon con diferentes objetivos. La abstracción, la ciencia moderna y la vida de la ciudad se ve en obras como Torre Eiffel Roja (1911-12) de Delaunay. Al artista también le interesaron los avances en óptica que plasma en Formas Circulares (1930). Otro de los protagonistas de esta sala es Marc Chagall, que tras pasar parte de la Primera Guerra Mundial en su Rusia natal, volvió a París y pintó Violinista (1923). Esta pieza fusiona la fragmentación cubista del espacio con una colorida imaginería inspirada en elementos del folclore ruso y judío, expresando la nostalgia que el artista sentía por las festividades religiosas y celebraciones comunitarias de su juventud. Tampoco nos podemos olvidar de Brancusi, que viajando desde Rusia a la capital francesa, erige esculturas de formas abstractas y de materiales desnudos, sin ornamentos, como la madera o el metal.

Una vez acabada la guerra París volvió a florecer y a convertirse en la cuna cultural. El manifiesto surrealista de André Breton no tardaría en llegar, en 1924, y a los artistas que se unen a la vanguardia también se les incluye en la Escuela de París. Con sus mensajes oníricos, elementos del inconsciente y los deseos reprimidos los artistas dan rienda suelta a las enmiendas de Sigmund Freud. Max Ernst e Yves Tanguy, por ejemplo, yuxtaponen imágenes y objetos incongruentes, mientras que otros, como Jean Arp y Joan Miró, experimentan con el automatismo, realizando dibujos sin composición ni tema predeterminados con el fin de eludir la mente consciente. Incluso Alexander Calder, influido por Arp y Miró, creó un vocabulario basado en el movimiento y el equilibrio a través de sus célebres móviles y de esculturas de alambre como Rómulo y Remo. También en esta sala se muestran los avances abstractos que entre 1910 y 1920 había realizado Kandinsky antes de trasladarse a París en 1934. En Pintura amarilla (1938) y En torno al círculo (1940), Kandinsky conjuga formas que juegan con formas más geométricas y biomorfas desarrolladas por el artista cuando era profesor de la escuela Bauhaus.

Los artistas que se exponen en la muestra tenían enfoques diversos pero el nexo de unión entre ellos va más allá. Se trata de que fueron los protagonistas de un reto común; el de rechazar la estética común y academicista para transformar la vida cotidiana. Pero con el estallido de la Segunda Guerra Mundial muchos de ellos tuvieron que huir hacia Estados Unidos en busca de asilo. Así acababa la Escuela de París.


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