martes, septiembre 20, 2016

Fotografía / España: La India rural y colorista de Cristina García Rodero

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Garcia Rodero, junto a una de sus fotografías. (Foto: Albert García)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de septiembre de 2016. (RanchoNEWS).- Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) es una de las grandes de la fotografía española. Sus trabajos en blanco y negro están asociados, en gran parte, a la perduración de fiestas españolas que hunden sus raíces en cientos de años de tradición. Pero la fotógrafa de Magnum (la primera mujer española que consiguió trabajar para esta agencia) también nos ha mostrado otras realidades más lejanas, como los conflictos bélicos y sus efectos en Georgia y Armenia o la difícil realidad cotidiana de Cuba y los efectos del bloqueo comercial. Ahora García Rodero nos lleva un poco más lejos, a la zona india de Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh, una de las más pobres del país y las aldeas rurales en las que trabaja la Fundación Vicente Ferrer, donde ha permanecido haciendo fotos durante mes y medio y así mostrar cómo transforma esta ONG las comunidades donde actúa. Su trabajo, en enormes fotografías en color, se muestra a partir de este miércoles en la exposición Tierra de sueños en la sede barcelonesa de CaixaForum (luego viajará a Madrid y al resto de sedes españolas) ya que fue un encargo que le realizó Fundación La Caixa hace dos años. José Ángel Montañes reporta desde Barcelona para El País.

«Cuando acepté el encargo pensé que el trabajo sería fácil, pero cuando llegué a la ciudad vi que era horrible, los paisajes horrorosos y la luz espantosa, además no conseguía que la gente dejara de perseguirme. Llegué a contar hasta a 38 personas que miraban cada vez que intentaba hacer una fotografía y pensé, cómo voy a hacer un buen trabajo», comienza a relatar la fotógrafa. «Pese a eso, realicé 67.000 imágenes de las que he seleccionado 80, escogidas tanto por su valor artístico como por la historia que hay detrás de cada una de los fotografiados», explica, mientras mira al interlocutor con sus enormes ojos.
«Gracias a la fundación todo el mundo me abrió sus puertas, porque viniendo de ellos generaba confianza», explica, mientras desgrana multitud de historias que han dejado mella en la artista. Como la de Shirvani el día de su boda (imagen de la exposición) que porta un saco de arroz a la familia del novio como muestra de confianza de que no faltará de nada en ese matrimonio. «Me colé en siete bodas, es uno de los momentos más importantes de la mujer india, porque te juegas el 80% de tu vida. La mayoría no conocen a sus maridos. También me colé en los hospitales donde me sorprendió la alegría de toda la familia cuando nace un niño y la desilusión de una madre cuando se entera de que ha parido a una hija. De hecho, no se les muestra las ecografías para que no aborten tras saber que están gestando a una niña», relató con pesar la fotógrafa. Las imágenes cargadas de colores saturados parecen alegres y vitalistas, pero con una mirada más atenta descubres que sus protagonistas son, en su mayoría, los más desfavorecidos: enfermos de polio, sida o algún tipo de deficiencia por lo que son más vulnerables, en una sociedad ya de por sí vulnerable.

«¿Qué será de todos ellos cuando sean mayores, cuando ya no puedan acudir a los centros de la fundación?», preguntaba esta mañana García Rodero a Jordi Folgado Ferrer, de la Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en 3.260 pueblos y beneficia a más de tres millones de personas. Por ahora, la fotógrafa tiene previsto volver a la India. «Tengo que llevarles las fotografías, porque ellos no tienen ese recuerdo ni tan siquiera del día de su boda».


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