viernes, noviembre 04, 2016

Textos / Raúl Rivero: «El largo eco de Elena Garro»

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Elena Garro,escritora, poeta, periodista y dramaturga mexicana. . (Foto: El Mundo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 11 deoctubre de 2016. (RanchoNEWS).- La escritora Elena Garro (1916-1998) ha tenido que esperar su cumpleaños número 100, que México celebrará en diciembre con relumbres de fiesta nacional, para empezar el camino hacia la gloria, un sitio que para ella no significaba nada y no tenía ningún interés en visitar. Texto publicado por El Mundo.

Su figura polémica, acosada por desgracias, exilios, disputas, traiciones y otros graves conflictos, se despoja poco a poco de esos chismes extraliterarios y empieza a llamar la atención de los lectores que la ignoraron y de las nuevas generaciones. Esta vez, por fin, lo que interesa no es su vida particular, son por los valores de su obra y lo que significa para las letras de su país y en América Latina.

Esta semana se publicó en Ciudad de México una antología de su prosa que recoge una buena parte de las piezas escritas en las décadas del 80 y del 90. El crítico Geney Beltrán Félix, que hizo la selección y el prólogo del libro, llega a decir que por algunos de los cuentos y piezas teatrales, así como por su novela Los recuerdos del porvenir, la obra de Garro alcanzará el relieve internacional de otros mexicanos como Octavio Paz o Juan Rulfo. El prologuista asegura que se está verificando un reacomodo de los prestigios literarios «que nos llevarán a darle la estatura no sólo como la gran escritora mexicana del siglo XX, sino como una figura gigantesca en el panorama de la literatura latinoamericana».

Entre otros homenajes, conversatorios, charlas, representaciones teatrales y notas sobre Elena Garro, el escritor Eduardo Antonio Parra dice en el suplemento Confabulario que la mexicana posee un tono inconfundible que es la voz de la eternidad.

Añade que su compatriota escribe «historias que nos hacen sentir únicos, individuales, y parte de un país y de su devenir. Un tiempo sin tiempo que puede ser de todos: el tiempo mítico».

Parra cree que la intelectual hace un «uso magistral de un lenguaje entre poético y enloquecido» y que en su obra se encuentran hallazgos, sabiduría y experiencia vital que «delata en cada página la imaginación desbordada o contenida, el sentido trágico que imprime a sus historias y las obsesiones repetidas que hablan de un universo único en nuestras letras».

He escrito todas estas líneas sin cumplir el mandato de decir que Elena Garro, de padre español y madre mexicana, se casó con Octavio Paz en 1937 y ese mismo año viajó con él a España. Tuvieron una hija y se divorciaron en 1959.

Ahora, mientras la narradora deslumbra, un poco tarde es cierto, a los mexicanos, vamos a recordar a otra Elena Garro que sigue en el olvido. La que escribía versos como estos firmados en París, en 1955: «Todo el año es invierno junto ti, / Rey Midas de la nieve. / Huyó la golondrina escondida/ en el pelo. / La lengua no produjo más ríos/ atravesando catedrales ni eucaliptos/ en las torres./ Huyó por la rendija la ola azul/ en cuyo centro se mecía la paloma».


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