miércoles, diciembre 14, 2016

Libros / Argentina: Los libros de la biblioteca de García Márquez se suman al archivo del HRC

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El archivo de la Universidad de Texas, que contiene una colección única de los autores más relevantes del mundo, incorporó volúmenes de Julio Cortázar, Pablo Neruda, Eduardo Galeano y Fidel Castro dedicados al escritor colombiano y a su esposa. (Foto: Afp)

C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de diciembre de 2016. (RanchoNEWS).- «Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico». La frase de Jorge Luis Borges preludia lo que podría interpretarse como una genealogía de los afectos, que se puede rastrear en la galaxia textual del Harry Ransom Center (HRC), el extraordinario archivo de la Universidad de Texas que contiene una colección única de fondos de Borges, Julio Cortázar, Virginia Woolf, William Faulkner, James Joyce, Samuel Beckett, J. M. Coetzee, T. S. Eliot, Ernest Hemingway, Doris Lessing y George Bernard Shaw, por mencionar apenas algunos de los nombres más relevantes de la literatura universal. El HRC, que en 2014 desembolsó 2,2 millones de dólares por el archivo de Gabriel García Márquez, acaba de incorporar 188 libros de la biblioteca personal del autor de Cien años de soledad. Esta nueva adquisición –libros dedicados al escritor y a su esposa Mercedes Barcha– incluye hasta quince títulos del poeta y novelista colombiano Álvaro Mutis, de quien más libros tenía guardados, las Obras Completas de Augusto Monterroso, Rayuela de Cortázar, El obsceno pájaro de la noche de José Donoso, Nuevas odas elementales de Pablo Neruda, La ignorancia de Milan Kundera, Memoria del fuego de Eduardo Galeano, y cuatro libros de Fidel Castro, entre tantos otros. «Para Mercedes, la amiga fiel y dulce de nuestra revolución y esposa heroica de un escritor brillante, inspiradora y autora en gran parte de las glorias literarias de nuestra América», escribió el líder de la revolución cubana en la primera página de La historia me absolverá. Una nota de Silvina Friera para Página/12.

Una de las actividades que más disfruta Amy Brown, bibliotecaria del HRC, es catalogar los llamados «libros de presentación», aquellos que son regalados por los autores, usualmente con una dedicatoria y autografiados. «Estos libros son una pequeña muestra de las conexiones y amistades de un autor, y me permiten sentir cierta conexión con mis autores preferidos –revela Brown en el blog de la institución–. Los libros de presentación en la biblioteca García Márquez son únicos en su profundidad y variedad. Catalogar estos libros me transportó a una verdadera ‘república de las letras’ latinoamericana, pues permite rastrear las intersecciones que ocurrieron entre algunos de los más famosos autores latinoamericanos de la época». En la primera página de La casa de los espíritus, Isabel Allende le dedica su novela al escritor colombiano: «para el verdadero maestro de todos los que queremos escribir en idioma español, con un abrazo apretado y el deseo de conocerlo personalmente algún día». Juan Rulfo dedica su Pedro Páramo a la pareja: «Para Merche y Gabo García Márquez con todo el gran cariño de Rulfo», se lee en la primera página de la emblemática novela del narrador mexicano. «Para Mercedes, que me salva de los monstruos pegajosos en los cócteles y que –ojalá– me quiera como yo la quiero», anotó Cortázar en el ejemplar de Rayuela que le envío en 1972.

La amistad con Fidel es de larga data. «Gabo» participó en 1959 en la formación de la agencia cubana Prensa Latina y en 1986 en la creación de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, que ha formado a varias generaciones de cineastas. El escritor colombiano vivió un tiempo en La Habana, donde recibía frecuentes visitas nocturnas de Fidel. El Harry Ransom Center ya escaneó la dedicatoria de Fidel a «Gabo» en una de las páginas de La victoria estratégica: Por todos los caminos de la Sierra (2010): «El libro Yo no vengo a decir un discurso es perturbador. Esclavizado por otras obligaciones, abandoné el deber y me puse a leer». El líder de la revolución cubana se refiere al volumen del colombiano que recopila veintidós textos que leyó en público, entre 1944 y 2007, incluido «La soledad de América», el discurso que pronunció al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982.

Los libros de la biblioteca personal de García Márquez se suman al archivo que el HRC adquirió en 2014, una colección que despliega su correspondencia con el expresidente estadounidense Bill Clinton y varios escritores como Carlos Fuentes, Cortázar, Kundera y Graham Greene, entre otros, como también el abundante epistolario con su agente literaria, Carmen Balcells. Además de los borradores mecanografiados con correcciones del primer capítulo de El amor en los tiempos de cólera (1985), el epílogo de Crónica de una muerte anunciada (1981), fuentes de investigación mecanografiadas para escribir El general en su laberinto (1989), las galeras con apuntes de El otoño del patriarca. Pero en el Macondo de los papeles de «Gabo» hay pruebas mecanografiadas, versiones corregidas, notas al pie y prueba de impresión de más obras del narrador y cronista colombiano: Relato de un náufrago (1970), El coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967) y Memoria de mis putas tristes (2004), entre otras. Gerald Martin (Londres, 1944) es uno de los latinoamericanistas más destacados de la actualidad, profesor en varias universidades –entre ellas, Pittsburg– y autor de varios estudios dedicados a la ficción latinoamericana. «Yo fui el biógrafo oficial de García Márquez y lo conocí durante veinte años, hasta su muerte. Pocos han tenido acceso a su biblioteca. Nada me gustaría más que tomar un vuelo desde Londres mañana y pasar un año o más entre las riquezas del Harry Ransom Center. ¡Por ahora este es mi sueño americano!», confiesa el biógrafo.

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