martes, enero 03, 2017

Obituario / John Berger

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John Berger, uno de los intelectuales británicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, fallece a los 90 años en su casa de Antony, localidad cercana a París. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de enero de 2017. (RanchoNEWS).- John Berger (Londres, 1926), prolífico y polifacético escritor, pintor, crítico, novelista ensayista y poeta británico, ha fallecido a los 90 años en su casa de Antony, localidad cercana a París. Aunque a lo largo de su vida recibió galardones literarios tan prestigiosos como el Booker Prize (en 1972 por su obra G.), su mayor fama se debía a su faceta de crítico de arte, siendo uno de los más influyentes de la actualidad. Su afición por esta disciplina fue una constante en su vida, siempre le acompañó. De hecho Berger comenzó su carrera como pintor, aunque pronto se volcó hacia la crítica, campo en el que nos deja obras tan notables como el ensayo de introducción a la crítica de arte, Modos de ver, considerado una referencia básica para la historia del arte y adaptado a la pequeña pantalla por la BBC. Una nota de la redacción de El Cultural.

Anarquista desde los quince años, desertó del preparatorio de Oxford a los dieciséis y cursó estudios en la Escuela Central de Bellas Artes. Su juventud estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial, en la que participó del lado del ejército británico. Al finalizar la contienda, retomó sus estudios de arte y, poco después, empezó a dar clases de dibujo en la misma escuela donde Henry Moore impartía clases de escultura.

Profesionalmente se inició como profesor de dibujo y escribiendo crítica de arte. La ejerció en las revistas New Statesman y Tribune, en esta última bajo la supervisión de George Orwell, y escribió guiones de varias películas para el cineasta suizo Alain Tanner como La Salamandre (1971), y Jonás que tendrá 25 años en el año 2000 (1976).

Sin duda uno de los escritores e intelectuales anglosajones más importantes de la segunda mitad del siglo XX, además de dedicarse al dibujo y a la pintura, Berger publicó varios libros de renombre. Su primera novela, Un pintor de nuestro tiempo, la historia de la desaparición de Janos Lavin, un ficticio pintor emigrado húngaro que regresa a Budapest durante el levantamiento anticomunista de 1956, fue criticada por sus simpatías con la Hungría prosoviética. «Se pensó que yo justificaba (en aquel libro) la invasión de los tanques del Ejército Rojo. Y lo irónico del caso es que en 1968 yo estaba en Praga cuando volvieron a entrar los tanques y estaba allí para apoyar a (Alexander) Dubcek», dijo el autor.

Novelista, crítico de arte, pintor y poeta, fue autor de varios libros fundamentales sobre arte, literatura y política, como Con la esperanza entre los dientes y Páginas de la herida. Sus reflexiones sobre el dibujo, sobre Pablo Picasso y Vincent Van Gogh, sus crónicas de viajes atemperadas por una mirada de larga distancia, sin dejar de mencionar novelas como Hacia la boda o Lila y Flag, son imprescindibles para comprender cierta posición estética y política ante los acontecimientos del siglo pasado y del presente. Su ensayo Modos de ver (1972), se convirtió en libro de referencia para toda una generación de historiadores de arte. Influido por La obra de arte en la era de la reproducción técnica, de Walter Benjamin, Modos de ver analiza, entre otras cosas, el modo en que la cultura reproduce y utiliza las imágenes del pasado y cómo, por ejemplo, el museo se ha convertido en un instrumento para manipular nuestra forma de ver esas imágenes.

En 1962, el intelectual dejó Inglaterra y se instaló en un pequeño pueblo de la campiña francesa. Berger, que se definía como un campesino más que como escritor, narró las tensiones entre el mundo rural y el urbano con la mira puesta en las injusticias, en la gesta de personajes comunes convertidos en héroes de manera accidental, con ternura y sensualidad en la trilogía De sus fatigas, compuesta de Puerca tierra (1979), Una vez en Europa (1983) y Lila y Flag (1990).

Después escribió la novela King, donde denuncia el materialismo y la bajeza a la que ha llegado la sociedad moderna, que no sólo margina a quienes no soportan sus exigencias, sino que los olvida e ignora; y cuyos beneficios donó al Centro del SIDA de la Comunidad Unida de Harlem de Nueva York, una organización que proporciona apoyo y ayuda a personas VIH+ o con SIDA y también a sus familiares, algo que él mismo era, pues como reveló en Hacia la boda, su nuera era seropositiva. Como ha dicho la crítica, Berger es un hombre que escribió todo a partir de la propia experiencia y es capaz de llegar hasta lo más hondo, por muy dolorosa que sea ese inmersión creativa.

Según John Berger, la palabra «poeta» era más un adjetivo que un sustantivo, por lo que uno mismo dificilmente podría presentarse como tal: solo al lector correspondía decidir si un poeta lo es. Claro que también aseguraba que «por más que me guste la escritura, es el dibujo el que me demuestra todo lo que se puede decir con una sola marca, aparentemente descuidada», y que «la gente suele hablar de la frescura de la visión, de la intensidad de ver algo por primera vez, pero la intensidad de ver algo por última vez es, creo yo, superior. (...) Lo visual es siempre el resultado de un encuentro irrepetible».

Su última publicación fue el breve libro de apenas 50 páginas, Rondó para Beverly (2015), un libro donde recoge las reflexiones que el escritor y teórico del arte británico anotó tras la muerte de su esposa, Beverly Bancroft, que murió en 2013 tras una larga enfermedad.

El año pasado, con motivo de su nonagésimo cumpleaños, se estrenó el documental The Seasons in Quincy: Four Portrait of John Berger, producido por Tilda Swinton y con secciones dirigidas por ella, Colin MacCabe, Christopher Roth y Bartek Dzaidosz. Además, también se publicó el libro Landscapes: John Berger on Art, editado por Tom Overton, que reúne decenas de ensayos sobre la representación pictórica.


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