viernes, julio 28, 2017

Textos / Luis Maguregui: «La Música de Chihuahua, el sonido de nuestra vida pasada»

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Partitura orginal de Ojos de Juventud, exhibida en el Museo de Arte de Ciudad Juárez durante la presentación del disco «Joyas de la música chihuahuense - Arturo Tolentino / Francisco Moure». (Foto: RanchoNEWS)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 22 de julio de 2017. (RanchoNEWS).– Este texto fue leído por su autor durante la presentación del disco «Joyas de la música chihuahuense - Arturo Tolentino / Francisco Moure», compilado por Raúl Balderrama Mendoza, en el Museo de Arte de Ciudad Juárez el 21 de julio del año en curso:

Coincidiendo con el inicio de la cruzada cultural de José Vasconcelos en todo México, a partir de 1920 y por lo menos en las dos décadas siguientes se observa un notable desarrollo de la actividad musical en Chihuahua. La cruzada de José Vasconcelos a favor de la Cultura y las Artes, seguramente tuvo un efecto en el Estado, el entonces gobernador Ignacio Enríquez, en 1921 estableció por decreto la educación musical obligatoria, lo que produjo en los años siguientes un gran dinamismo musical. Vasconcelos hablaba de que «No se trata de alentar solamente las manifestaciones artísticas populares, ni de llevar arte vulgarizado al vulgo. Se trata de elevar a las mayorías al gran Arte y no de achaparrar el arte para que llegue a muchos», otra frase del fervor artístico del filosofo mexicano dice: «La tarea educativa se completa en la estética».

Las ideas de Vasconcelos a favor de las Artes se reflejan en el desarrollo de la música en Chihuahua desde 1920 hasta la década de los cuarentamás o menos, Es justamente Raúl Balderrama en su libro en co- autoría con Roberto F. Pérez Galindo, «La música en Chihuahua», quien describe el panorama de éste amplio desarrollo; conjuntos de cuerdas, grupos de cámara, orquestas típicas y la creación en 1925 de la primera Orquesta Sinfónica Chihuahuense, así como la fundación en 1946 del Conservatorio de música de Chihuahua y las presentaciones en diversos teatros de zarzuelas y óperas además de la existencia de otras escuelas de música adicionalmente, la publicación en periódicos como el Correo de Chihuahua (después Correo del Norte)y posteriormente en El Heraldo, de partituras para piano, esto último, revela la presencia de éste instrumento en varios de los hogares chihuahuenses y por lo tanto de miembros de las familias capaces de interpretarlo.

A partir de 1925, algunos músicos de Chihuahua abandonaron la ciudad y se instalaron temporalmente en El Paso, Texas, desde donde continuaron con su labor creativa, Francisco Moure, radicaba en El Paso cuando escribió su vals «Julia». Por aquellos días se formaron en Chihuahua varias orquestas de baile que interpretaban incluso el jazz que se popularizaba en los Estados Unidos. Esta época es la de Arturo Tolentino y Francisco Moure, los dos, músicos imprescindibles en el panorama artístico de Chihuahua, la música de ambos compositores incluida en este par de discos compactos que presentamos hoy, nos permite descubrir como sonaba el Chihuahua de aquellos años.

Estos discos contienen composiciones registradas por los maestros Tolentino y Moure dentro de las décadas mencionadas, ahí están, por supuesto el vals «Ojos de Juventud» de Arturo Tolentino, (en versión instrumental y vocal) su obra más emblemática, así como el también vals «Julia» de Francisco Moure que llegaron a interpretar Javier Solís, Alberto Ángel, Humberto Cravioto y hasta Vicente Fernández; pero el compacto nos permite además conocer otras piezas de ambos creadores como « Ven para siempre», canción que en la partitura original Tolentino refiere como: «danza regional» y «Alma parralense», esta última, un Fox con acentos de paso doble.

En la parte dedicada a Arturo Tolentino podemos descubrir la gran capacidad para el género del Vals de éste creador. El vals, procedente de Europa, de Alemania y Francia particularmente, fue asimilado por Tolentino de la misma forma que la polka alemana que encuentra agudos acentos en su festivo «Parral unionista», pero es en el género valsístico en donde Arturo Tolentino se revela como un compositor de altos vuelos con una obra que lo acerca a la mejor tradición Vienesa, (Johann Strauss), «Sonrisas de primavera» por ejemplo, es una composición verdaderamente inspirada que pudiera haberse interpretado en los mejores salones de europeos, de la misma forma que «En las alas del ensueño», otra creación bellísima incluida en el disco dedicado al compositor Coahuilense.

Cierra el compacto una versión para piano y voz de «Ojos de juventud» interpretada por José Luis Ordoñez cuya letra, por cierto, fue escrita por el poeta Guz Águila.

El Segundo CD, dedicado a la obra de Francisco Moure es no menos extraordinario, inicia con «Julia», quizá la pieza más conocida en lo general de toda la colección, interpretada también por José Luis Ordoñez. «Julia» ha sido uno de los valses mexicanos más conocidos y admirados, se inscribe en una tradición vigente en la música mexicana de salón de la primera mitad del siglo XX en donde se encuentran piezas como el «Adiós» de AlfredoCarrasco, «Alejandra» de Enrique Mora Andrade,«Tristes Jardines» de Jesús Martínez y «Dios nunca muere» de Macedonio Alcalá entre otras.

El compacto continúa con «Atardecer», una canción para tres voces femeninas interpretada de manera impecable por Nubia Edith Díaz Haydt, Liliana Estrada Mendieta y Cecilia Delgado Domínguez; «Atardecer» es una pieza exquisita escrita por la mano de un verdadero maestro en pleno dominio de sus recursos, se disfruta como aquella «Alborada» que conocemos de otro chihuahuense: Lauro Uranga. Le siguen piezas para piano como el vals «Salvador», la polka «Calle siete» y «Santa Rita»que es un paso doble, al parecer, uno de los géneros preferidos por los compositores de entonces que cultivaban de la misma forma el Schotis español, el Fox estadounidense y hasta el Tango argentino, «San Diego» es otra festiva polka para piano muy cercana a las marchas que interpretan las bandas municipales. La penúltima pieza del CD dedicado a Francisco Moure es «Mon Amour» , un vals exquisito en versión para piano que no sólo por su título en francés sino por la notable influencia de la música de aquel país no puede uno escuchar sin pensar en el «Je te veux» de Eric Satie, «Mon amour»» es uno de los mejores momentos de la colección entera, es una pieza que conozco en una versión que en 1920 Moure escribió para una pequeña orquesta de cuerdas. El CD cierra con «Los coyotes» una pieza con rasgos de habanera y vals mexicano que quizás figure como una de sus últimas composiciones.

«Joyas de la música chihuahuense» es hoy un disco compacto imprescindible para conocer una parte el pasado musical de nuestro estado que desde finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX registró una intensa actividad en este arte que se encuentra inscrita en partituras que figuran en archivos que algunas familias de Chihuahua conservan de manera incompleta.

En las décadas mencionadas surgieron compositores extraordinarios que cultivaron con excelencia ésta forma artística.

Por eso, el profundo y dedicado trabajo de investigación que Raúl Balderrama viene realizando desde hace algunos años es digno del mejor reconocimiento de nuestra parte, en muchas de las partituras existentes en los archivos musicales está la historia de Chihuahua, la historia del espíritu de nuestra región, que puede ser tan importante como la historia de los acontecimientos y de los héroes que veneramos. Raúl Balderrama ha sido constante en su afán de rescatar la música de Tolentino, Moure y otros compositores para darla a conocer no sólo a los profesionales que son capaces de leer una partitura sino a través de grabaciones como la presente que permite al público en general escuchar, por primera vez las notas de valses, polkas, canciones, mazurcas, schotises, pasos dobles y tangos con los que nuestros abuelos y bisabuelos transitaron por la vida, se hicieron de amigos, se reunieron, soñaron, se enamoraron y dotaron de significados su existencia, escuchar esta musica es navegar de nuevo por el tiempo en donde otros, antes que nosotros han navegado, es recuperar los aromas de la vida de los nuestros que se fueron antes, es visitar por un instante el Chihuahua de antaño.

El aporte de este disco es extraordinario si se toma en cuenta que algunas de las composiciones disponibles será la primera vez que las escuchemos, en este sentido, la contribución de Raúl Balderrama a la Cultura de Chihuahua es invaluable

Existe una enorme cantidad de composiciones musicales de artistas chihuahuenses guardadas, en el mejor de los casos, en colecciones especiales de algunas bibliotecas del estado, particularmente de la capital. Pero la mayor parte de esta riqueza cultural, patrimonio de Chihuahua, está almacenada en archivos personales en cajas de plástico o de cartón, hojas de música olvidadas, abandonadas, que nos hablan, (o debería decir mejor, nos cantan) de nuestra vida pasada, música que como decía el poeta es «tiempo congelado» en espera de ser interpretada y grabada, música que mucho bien nos hará escuchar para entendernos a nosotros mismos, para saber quiénes somos.


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