Ciudad Juárez, Chihuahua. 1 de septiembre de 2017. (RanchoNEWS).– La mañana del 11 de julio de 1973 Gail Harris, una actriz retirada propietaria de una boutique en la Plaza de España de Roma, recibió una misteriosa llamada donde le anunciaban que su hijo de 16 años, John Paul, nacido de su fracasado matrimonio con John Paul Getty II, había sido secuestrado. Los delincuentes pedían 17 millones de dólares para liberarlo. El joven John Paul era un adolescente bohemio, cercano a los movimientos de izquierda italianos y con una habilidad especial para meterse en problemas. Por eso, cuando Harris denunció el caso a la policía, no la hicieron mucho caso. Creyeron que el chico, que vivía en la capital italiana desde hacía varios años, había fingido su propio secuestro. Una estrategia muy inteligente para desplumar a su multimillonario abuelo, el magnate del petróleo británico Jean Paul Getty, con el que no tenía relación desde el divorcio de sus padres. Cuatro meses después, la redacción del diario romano Il Messaggero recibió un paquete con un trozo de oreja y una advertencia: si la familia no pagaba tres millones de dólares –habían rebajado el rescate– devolverían al muchacho en trocitos. En una nave industrial en el barrio de la Magliana, a las afueras de Roma, Ridley Scott ha recreado algunos de los escenarios que fueron clave durante los cinco meses que duró el secuestro, incluida la redacción del rotativo romano. El cineasta rueda estos días en la capital italiana su próxima película, All the money in the world, inspirada en el secuestro del nieto del multimillonario Getty, que se negó hasta el último momento a rascarse el bolsillo para salvar al joven, escribe Soraya Melguizo desde Roma para El Mundo.
«Tengo 14 nietos. Si entrego el rescate por uno de ellos tendré 14 nietos secuestrados», llegó a decir. Un suceso detrás del que se escondía la 'Ndrangheta', la mafia calabresa, que revolucionó la sociedad italiana, atormentada por los peores años de la criminalidad organizada en el país. «Lo que nos interesaba era explicar cómo uno de los hombres más ricos del mundo en ese momento se negaba a pagar el rescate para salvar la vida de su nieto», cuenta el guionista David Scarpa. «No es la película de un secuestro porque si hubieran pagado desde el principio, no habría habido película». El director de Thelma y Louise (1982), Gladiator (2000) o la reciente Alien: Convenant (2017) asegura que quedó impresionado por el guión de Scarpa durante un vuelo a Australia y que, al aterrizar, ya había decidido embarcarse en el proyecto. Pero Scott insiste en que no se trata de un biopic ni una película sobre la vida de John Paul Getty III, sino una síntesis de aquellos cinco meses de secuestro que marcaron un antes y un después en la existencia del joven heredero –que murió tetrapléjico, ciego y mudo a los 54 años– y que son «muy representativos de la historia de Italia de esa época».
Kevin Spacey interpreta al anciano magnate del petróleo. El actor se ha preparado a conciencia este último año para encarnar al multimillonario, conocido por su difícil carácter. Ha leído algunos libros, entrevistas e incluso ha hablado con personas que le podían ayudar a entender su personaje. No con la familia, que ha preferido mantenerse al margen del proyecto. «No juzgo a los personajes que interpreto. A veces, desde la distancia, puedes leer el guión y algunos libros y empezar a entender por qué se tomaron esas decisiones. Pero no es mi trabajo juzgar al personaje sino interpretarlo». Para el protagonista de la serie House of cards, el viejo Getty era «un empresario al 100%», una persona «completamente involucrada en los negocios» que no se concedía «distracciones». Durante la película Spacey se enfrentará a las exigencias de Michelle Williams, su exnuera en la ficción, que luchará con la burocracia italiana para conseguir salvar a su hijo, interpretado por Charlie Plummer. El reparto lo completan Mark Whalberg, en el papel del negociador del patriarca, Fletcher Chace, y el actor italiano Marco Leonardi como jefe de los secuestradores. La Plaza Navona, donde el joven Getty pasaba sus noches bebiendo y disfrutando de la dolce vita con artistas y modelos, la vecina Plaza Farnese, donde fue secuestrado, la Galleria Barberini, el barrio de Prati o la pequeña localidad de Bracciano, a las afueras de Roma, son algunos de los escenarios donde Scott rueda estos días. «Me interesaba contar una historia personal en clave épica», asegura el realizador británico, para el que el dinero es un personaje más de la película. «Porque a veces tener mucho dinero y no tenerlo puede ser igual de problemático». El 15 de diciembre de 1973 un camionero italiano encontró al joven Getty deambulando en la autovía Salerno-Reggio Calabria, en el sur de Italia. Finalmente el tacaño abuelo Getty había accedido a pagar parte del rescate. Sólo puso una condición: que le fuera devuelto con el 4% de interés.
REGRESAR A LA REVISTA