jueves, septiembre 14, 2017

Libros / «Sepulcros de vaqueros» de Roberto Bolaño

.
Roberto Bolaño Nacimiento: 28 de abril de 1953, Santiago de Chile. En 1975 fundó el movimiento infrarrealista de poesía. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de septiembre de 2017. (RanchoNEWS).- Pasarán los años, pasarán los libros, pasará la historia de la literatura y la discusión sobre si la obra de un escritor ha de cernirse exclusivamente en lo que publicó en vida o continuará si sus lectores siguen existiendo. Diego Gándara reporta para La Razón.

Hay muchísimos casos de libros póstumos en la historia de la literatura. Desde Franz Kafka hasta Francis Scott Fitzgerald, cuya novela inacabada El último magnate y las crónicas de El Crack-Up se editaron póstumamente y permitieron leer su producción y existencia de otro modo.

También, entre otros, es conocido el caso de Ernest Hemingway, algunas de sus novelas, como Islas en el golfo, o los recuerdos juveniles de París era una fiesta terminaron siendo centrales en el corpus de su propia obra; el de Jorge Luis Borges (sus libros El tamaño de mi esperanza y El idioma de los argentinos, que el autor había excluido de su obra, se reeditaron casi diez años después de su muerte; y, desde hace ya un tiempo, el caso de Roberto Bolaño, cuya obra póstuma, incesante, según parece, no deja de crecer.

El Dato: Los detectives salvajes tiene ventas cercanas a los 200 mil ejemplares, mientras que 2666 ha superado las 120 mil ediciones. Novelas, cuentos, ensayos, poesía, esbozos de relatos. Es mucho, quizás demasiado, lo que se ha publicado del escritor chileno desde su muerte en Barcelona en julio de 2003.

En total, si se incluye el texto Diario de bar, que apareció en la reedición de Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (que escribió a cuatro manos junto a Antoni García Porta), diez libros.

Diez libros de variada factura y extensión que, desde 2666 (la monumental e impresionante novela que Bolaño corrigió hasta pocos días antes de morir y que apareció en noviembre de ese año) hasta el reciente Sepulcros de vaqueros, que Alfaguara acaba de lanzar al mercado, poco a poco han ido engrosando una obra que resulta cada vez más atractiva para el público (no sólo para los lectores en español, sino también para los de otras lenguas, especialmente tras la excelente acogida que 2666 tuvo en Estados Unidos en 2009, donde recibió el National Book Critics Circle Award), pero, también, han fagocitado la construcción de un mito: el mito Bolaño, un escritor que apostó todo por la literatura (y por la vida) y al que la muerte sorprendió joven, joven y escribiendo frenéticamente, a los cincuenta años.

Sepulcros de vaqueros, el nuevo inédito de Bolaño, reúne tres relatos que, tal como señala Juan Antonio Masoliver Ródenas en el prólogo, pertenecen a su última etapa, un período que va desde 1993 hasta los primeros años del presente siglo.

Los textos desconocidos y narrados en primera persona por un joven latinoamericano que, más que un poeta, parece un detective salvaje, los tres relatos que componen Sepulcros de vaqueros se sitúan en un espacio geográfico que va de Santiago de Chile a México D.F. y de allí a un enclave caribeño en uno de los pulmones del trópico.

Más allá de que en el primer relato el narrador se llame Rigoberto Belano el libro mantiene una relación directa con el resto de su obra y su universo de ficción, aunque no sean más que destellos de una estrella distante cuyo centro ya fue bastante explorado.

Escritos en el mismo tono envolvente, ágil, claro pero no «legible», de Bolaño, por allí también aparecen los temas que han recorrido buena parte de su obra: las revoluciones latinoamericanas, el destino perdido de una generación que creció entre las balas y los ideales, la locura del poder y la vanidad literaria, la presencia constante del mal, el amor y la muerte, el exilio, la poesía, el canon y la importancia del valor.


REGRESAR A LA REVISTA

Servicio de Suscripción
* requerido
* Email Marketing by VerticalResponse