martes, octubre 17, 2017

XIII Festival Internacional Chihuahua / «Maya & Matan» la fusión de lo mínimo con eco orquestal

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Jaime Moreno Valenzuela
Maya & Matan. (Foto: Jaime Moreno Valenzuela)

C iudad Juárez, Chihuahua. 16 de octubre de 2017. (JMV/RanchoNEWS).- El dueto Israelí de Maya & Mata hicieron de su primera presentación en México una vibrante experiencia sonora.

Una batería, un chelo y una exquisita voz, crearon una rica polifonía que recorrió todo el Teatro Víctor Hugo Rascón Banda, abrazando al público con una sensación de paz y esperanza.    

La expectativa estaba presente, tanto para el dueto como para nosotros, su nuevo público. Nos lo hicieron saber de su emoción de estar en México, de llegar a Juárez y comparar desiertos.

La sonoridad alcanzada por el dueto apoyados en la electrónica Maya Belsitzman con pedales para voz y para su chelo, junto con los sintetizadores de Matan para su batería, la delicada voz de Maya  y la impecable ejecución de ambos aunados a los arreglos casi orquestales pero a la vez mínimos, nos ofrecieron  texturas musicales casi palpables.

Con un palo de lluvia Matan Ephart dio inicio al concierto de una hora y media que ofreció el dueto, Maya canto en hebreo, ingles y español.

«Quien dijo que todo esta perdido /  Yo vengo a ofrecer mi corazón»  la esperanza de esta canción de Fito Paez, fue la primera de las tres cantadas en español, Recuerdos Yparacaraí de Zulema Marikin y Pensando en ti de Agustín Lara sirvieron de puente entre los desiertos y de algún modo un reconocimiento cultural.

Las canciones en hebreo la mayoría poemas de poetas israelíes nos hablaban de no usar máscaras, de que a alguien le importas.

Se sentía un mood clásico con ritmos altos, tonos de blues, la sutileza del jazz y una sobriedad orquestal.

La agrupación de más de cinco años de trabajo con seis álbumes, nos brindaron la oportunidad de disfrutar una contemporaneidad musical que no pierde sus acentos naturales con una fusión que acoge los ritmos mundiales.

No es fácil escuchar a un chelo cantar y a un baterista dar ritmo con solo palmadas.

Y con un palo de lluvia el eco orquestal, con energía de rock y una voz matizada llegaban al silencio para recibir una ovación de pie.

Concluía un concierto memorable dentro de la XIII edición del FICH.


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