domingo, marzo 25, 2018

Textos / «Boogie, la pesadilla de los “progres”» por J.M. Servín

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Boogie el aceitoso. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de marzo de 2018. (RanchoNEWS).- A mediados de la década de 1970 llegó a México un gringo peligroso, contratado por Vicente Leñero para la publicación más vieja de Excélsior, «Revista de Revistas», que nació en el año de la Revolución Mexicana. De aspecto temible, enorme, rubio, de mandíbula prominente de la que invariablemente colgaba un cigarrillo y siempre de gabardina que ocultaba una pistola de grueso calibre, portaba credenciales no oficiales como un presunto agente encubierto de la CIA (no comprobado), matón a sueldo o sencillamente mercenario desempleado, forjado en el duro trabajo de salvaguardar los intereses del Imperio y sus aliados. Roberto Fontanarrosa, creador de este singular personaje, asegura que su apodo está relacionado con el nombre del auto diseñado para andar en la arena (Buggy). Lo de «aceitoso» podría atribuirse a lo escurridizo a la hora de rendir cuentas a la policía.

En escenarios que remitían al universo marginal del cine de acción, a fuerza de golpizas a la menor excusa, tiroteos, ejecuciones sumarias y frases aforísticas dignas de un predicador de la Iglesia de la Sagrada Ultraviolencia, Boogie el aceitoso se convertiría en un clásico del noir contemporáneo latinoamericano desde el cartón político. Descendiente directo de Torpedo 1936, historieta creada por los españoles Enrique Sánchez y Jordi Bernet sobre las andanzas de Luca Torelli, desalmado matón durante la época de la Gran Depresión estadounidense.

El texto de J.M. Servín lo publica Siempre!



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