martes, junio 19, 2018

Libros / Se reeditan las famosas memorias de Alce Negro «Black Elk speaks»

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Alce Negro. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de junio de 2018. (RanchoNEWS).- Hay amigos que desaparecen para siempre y otros que vuelven, inesperadamente. Al hombre santo sioux Alce Negro (1863-1950), primo segundo de Caballo Loco y que estuvo en fregados como Little Bighorn y Wounded Knee (y luego en el show de Búfalo Bill), le conocí cuando estudiaba primero de Ciencias de la Información –yo: en las praderas no se cursaban estudios superiores reglados-. Lo hice a través de uno de esos libros inolvidables (como Enterrad mi corazón en Wounded Knee, La pipa sagrada y la novela Hanta-Yo) que en los setentas cambiaron definitivamente nuestra mirada sobre los mal llamados indios y pieles rojas, los nativos norteamericanos, que pasaron de ser los malos del Fuerte Comansi a una gente fascinante, aunque no dejaran de arrancarte la cabellera si se terciaba. Los últimos sioux, publicado por Noguer en 1974 en su colección Testimonio vivo, eran las memorias de ese respetadísimo miembro de los oglala, una de las siete sub tribus de los lakota, que prefieren este nombre que el de sioux, lo cual se entiende pues «sioux» era el término despreciativo que usaban con ellos los ojibwa o chippewa y significa «serpientes».

El apasionante relato de la vida de Alce Negro, incluidos cantos y con la intervención, para contextualizar algunos episodios, de otros veteranos de las guerras indias como Trueno de Fuego y el notable Oso Erecto (referido a su posición: la traducción literal de los nombres nativos da lugar a confusiones semánticas), lo recogió esforzadamente, pues los oglala son de conversación lenta y con rodeos, John G. Neihardt (1881-1973), un apasionado de las culturas indígenas y etnógrafo amateur que vivió él mismo en las praderas.

Jacinto Antón reporta para El País



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