domingo, agosto 12, 2018

Textos / «Un deporte de exhibición» por Jorge Flores

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Un tag estilizado de BusterDuque en la colonia Roma de la Ciudad de México. Foto: . (Foto:Jorge Flores, Blumpi)

C iudad Juárez, Chihuahua. 10 de agosto de 2018. (RanchoNEWS).- «¿Qué clase de dictadura es el grafiti?», exclama la crítica y curadora de arte mexicana Avelina Lésper, mientras narra en una entrevista la experiencia del pastelazo que recibió a la salida del Museo de la Ciudad de México, tras el debate al que ella misma convocó para el sábado 4 de agosto entre ella y los grafiteros Mufo y Neón, autores del ahora famoso grafiti con la frase «Avelina Lésper me la pelas». El mensaje en la pinta, que originalmente no la había ofendido, ahora se volvió un arma para defenderse de la agresión: «¡Avelina Lésper no se la pela a nadie!».

Del debate a la entrevista concedida a Pável Gaona para Vice México pasaron sólo unos cuantos días, durante los cuales ambos bandos endurecieron sus posiciones: los grafiteros decidieron no asistir al debate por ciertas declaraciones apócrifas de Avelina y ella decidió enfocar sus argumentos en un solo aspecto del muy amplio universo del grafiti. Es decir, el de las bombas y los tags, la expresión mínima de esta forma de arte urbano cambiante, fluctuante y elástico. Hace tiempo que la discusión sobre la validez artística del grafiti no se reactivaba con tal fuerza.

El texto de Jorge Flores es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón



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