lunes, mayo 20, 2019

Literatura / Entrevista a Cynthia Edul

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Cynthia Edul es escritora, dramaturga y directora teatral. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de mayo de 2019. (RanchoNEWS).- Las huellas y murmullos permanecen, a pesar de la destrucción. Aunque el lenguaje no pueda hacer pie porque las referencias han sido aniquiladas, hay que tejer hacia adelante y hacia atrás con los vestigios de tantas palabras quebradas. Qué tejedora maravillosa es la escritora, dramaturga y directora teatral Cynthia Edul en La tierra empezaba a arder (Lumen), una novela en que la narradora viaja por primera vez a Siria con su madre, en octubre de 2010, para reencontrarse con una parte de la familia, una trama íntima y política que se construyó en un incesante ir y venir entre Damasco y Buenos Aires. La narradora, la hija menor de esa mujer que vuelve a la tierra donde nació, observa el principio del fin, con sueldos muy bajos, autos antiguos, casas modestas y más del 30 por ciento de la población por debajo de la línea de la pobreza. Desde que comenzó el «conflicto armado», como prefiere llamarlo Edul, Human Rights Watch identificó 27 centros clandestinos de detención. Un fotógrafo forense de la policía militar que desertó rescató cincuenta mil fotos de cadáveres de detenidos desaparecidos entre 2011 y 2013. El número de muertos es difícil de calcular, pero grupos que están monitoreando la situación estiman que ronda el medio millón desde marzo de 2011. Cinco millones de sirios dejaron sus casas y escaparon a países limítrofes o a Europa. Ese caos jugó un rol fundamental para el ascenso de ISIS, el más sangriento de los grupos jihadistas que usan el territorio sirio como campo para expandir su política de terror.

«La tía me dijo, la Siria que vos conociste ya no existe más. Si para ellos, los míos, había siempre una tierra propia, yo entonces ya no tengo adónde regresar», escribe la narradora, que repetirá como un mantra esa frase que condensa el drama de lo que se ha desintegrado. De lo que ella cree que se perdió para siempre con ese «Último regreso a Siria» de su madre que subtitula la novela. La melena ensortijada de Edul se expande con una esperanza en el más allá de su cara, como si los rulos pudieran tejer otra genealogía árabe que reduce las distancias y los prejuicios. «Yo sé que es un libro difícil de encasillar, pero para mí la escritura hoy está atravesada por lo autobiográfico», dice la autora en la entrevista con Pagina/12. «Lina Meruane trabajó en Volverse Palestina con el tópico del regreso; Tatiana Salem Levy, una escritora brasileña que ganó un premio muy importante con A chave de Casa, también. Su abuelo de Esmirna le da la llave de la casa de Esmirna y ella emprende el regreso. A estos dos libros los descubrí cuando ya estaba escribiendo La tierra empezaba a arder. Me acompañaron un poco y me legitimaron también. Aunque es profundamente argentino, mi libro es como la extranjería dentro de la literatura argentina”, plantea Edul.

Silvina Friera la entrevista para Página/12



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