miércoles, julio 24, 2019

Fotografía / «Retratos de la relación turbulenta entre Warhol y Basquiat» por Quino Petit

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Jean-Michel Basquiat abraza a Andy Warhol en el Rockefeller Center de Nueva York, donde habían acudido a una fiesta, la noche del 19 de septiembre de 1985.. (Foto: THE ANDY WARHOL FOUNDATION FOR THE VISUAL ARTS, INC.)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de julio de 2019. (RanchoNEWS).- Paige y yo estamos peleando. Ella seguía con sus indagaciones sobre Jean-Michel. Y dijo: «¿Ya estás empezando de nuevo tu rollo gay con Jean-Michel? Le respondí: ‘Escucha, no me iría a la cama con él porque es tan mugriento que no puedo imaginar que alguien pueda hacerlo. Tú eres la que tuvo un rollo con una persona sucia y desaseada». Pocas semanas antes de morir, este pasaje de sus Diarios fechado el 11 de enero de 1987 es la última referencia que Andy Warhol dejó escrita sobre Jean-Michel Basquiat. De los tres protagonistas de la escena, solo Paige Powell sigue viva. Su voz suena ajada, pero lúcida, al otro lado del teléfono desde un rincón de Portland, al noroeste de Estados Unidos. Todavía regresa esporádicamente a Nueva York, donde convivió con estos dos monstruos del arte contemporáneo estadounidense de la segunda mitad del siglo XX. «Andy y yo siempre estábamos bromeando. No hay que tomarse al pie de la letra ni en un sentido trágico aquella conversación reproducida en sus Diarios. Esa era nuestra forma de hablarnos».

Fotógrafa, marchante de arte y luminaria de los años ochenta en la Gran Manzana, Paige Powell es memoria viva de aquel tiempo. Y un formidable testigo de la compleja relación entre Warhol y Basquiat. Con este último, al que recuerda «extremadamente romántico», mantuvo un turbulento e intermitente noviazgo entre 1982 y 1985. Y vendió buena parte de sus primeros lienzos. «Lo que hubo entre Jean-Michel y Andy no fue algo romántico, sino simbiótico», recuerda Paige Po­well. «Pintaron obras juntos, compartieron estudio y viajes ocasionales. Pero no fueron amantes ni nada parecido. Simplemente se necesitaban el uno al otro. Jean-Michel era hipnótico, poético, enérgico, extremo e impulsivo. Andy era divertido pero formal, poético pero desde ángulos muy distintos. Jean-Michel idolatraba a Andy. Y Andy siempre estaba en busca de algo nuevo y enérgico».

El reportaje de Quino Petit lo publica por El País Semanal



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