Portada del libro. (Foto: RanchoNEWS)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 20 de febrero de 2024. (RanchoNEWS).- Algo hace clic en el cerebro descosido del viejo y parece como si el alma volviera a hacer posesión del cuerpo. Pero es un dominio tan frágil como efímero. Pregunta por la agenda del día y su fiel cuidador le responde que ahora toca ducharse y ponerse elegante, pues va a recibir la visita del nuevo presidente. «¿El nuevo presidente? ¿Acaso no soy yo el presidente?». «Ya no, Vladímir Vladimírovich», escribe Daniel Arjona en El Mundo.
Una inesperada ráfaga de viento gélido ha pasado las páginas del calendario a toda velocidad y nos encontramos en el futuro, dentro de 20 años. En una lujosa dacha que se alza rodeada de un bosque de abedules al suroeste de Moscú, un anciano recuerda su vida en fogonazos de memoria, «cual racimo de estrellas fugaces iluminando por unos instantes una galaxia agonizante y oscura». Mientras el antaño todopoderoso Putin languidece en su asilo dorado, a salvo de murmuraciones, su círculo de advenedizos lamina su inmensa fortuna mientras reina en una Rusia anegada por la corrupción y la violencia.
«La dacha había sido en sus orígenes de propiedad estatal, pero Vladímir la había sumado a su larga lista de residencias en algún momento de su larga cadena de mandatos presidenciales. A decir verdad, como tantas otras cosas en Rusia –quizás el propio país entero–, nadie sabía quién era el verdadero propietario, aunque, bien mirado, puede que fuera aún más atinado y prudente observar que el contrato de propiedad no coincidía forzosamente con la realidad».
