domingo, junio 20, 2004

COLUMNA

Latidos

El ‘sistema Pearl’ para encontrar agente

SERGIO VILA–SANJUÁN - 16/06/2004

Me pareció muy curioso que alguien tan joven como Mathew Pearl (Nueva York, 1975) hubiera protagonizado una irrupción tan espectacular como la llevada a cabo con ‘El club Dante’ y, cenando en Barcelona, le pregunté como lo había conseguido, dado que cuando redactó su novela era un estudiante de derecho en Yale supuestamente sin padrinos ni grandes contactos. “Bueno –contestó– mi agente, que era importante, me ayudó mucho, tanto animándome a reelaborar el material como, cuando estuvo listo, negociando con las editoriales; Random House lo contrató enseguida”. Entiendo –insistí– pero, siendo un total desconocido, ¿cómo conseguiste que una ‘agente importante’ te representara? “Verás –replicó Pearl– yo sabía que a ella le gustaba este tipo de material y sin conocerla le envié mi primer borrador; me llamó enseguida”. De acuerdo –dije–, y siento ponerme pesado, pero ¿cómo conseguiste localizar a una ‘agente importante’ de quien sabías que le gustaba precisamente el tipo de literatura que tú hacías? “Muy fácil –zanjó– junté una serie de novelas en las que más o menos me había inspirado, como ‘El alienista’ de Caleb Carr, indagué en las páginas de agradecimientos, y en varias de ellas aparecía el mismo nombre: Suzanne Gluck, de la William Morris Agency. Ella es quien ha conseguido ponerme en órbita”

Dante ya no es aburrido
Como ya explicó Robert Saladrigas en estas páginas, ‘El club Dante’ (Seix Barral) es una novela policíaca ambientada en el Boston de 1865 y protagonizada por hombres de letras reales como el poeta Henry Longfellow y el ensayista Oliver Wendell Holmes; la trama gira en torno a su traducción de la ‘Divina Comedia’, la primera realizada al inglés. Para el interesado en la vida literaria estadounidense casi es una lástima que con el mismo material y personajes, el autor no se haya decidido a hacer un retrato coral de no–ficción, que podría haber sido tan jugoso como el ‘Emerson among the eccentrics’ de Carlos Baker. Pero Pearl, que tiene como referencias narrativas, junto a Caleb Carr, a Umberto Eco, Ian Pears y Donna Tart, considera que ya ha encontrado su terreno y prepara un nuevo thriller literario, éste ambientado en Florida. De las cosas que le han pasado desde que publicó ‘El club Dante’ le choca la reacción en Italia: “Me daba miedo su respuesta ya que Dante es un mito nacional, pero como lo han estudiado tanto en el colegio les parece una figura muy aburrida, y mi libro les ha entusiasmado porque dicen que vuelvo a hacerle interesante”

El húsar recuperado
“’El húsar’ es mi primera novela. Escrita en 1983 entre dos reportajes de guerra –no tenía entonces intención de dedicarme a la literatura– y publicada casi por azar en una editorial con la que nunca mantuve buenas relaciones, he tardado casi veinte años en recuperar los derechos de publicación. Ahora sale de nuevo a la luz, por fin a gusto de su autor, con una adecuada revisión, corregida de erratas y aligerada de algunos adverbios y adjetivos innecesarios”. Así reza la nota de Arturo Pérez–Reverte que abre la nueva edición de Alfaguara. Algunos datos para la historia: la “editorial con la que nunca mantuve buenas relaciones” es la madrileña Akal. El escritor contactó con ella a través de su compañero de redacción en ‘Pueblo’ Javier Martínez Reverte, que leyó el manuscrito y se lo recomendó a Joaquín Arnaiz, quien trabajaba allí y recomendó su publicación. Una vez en librerías no tuvo demasiado eco, a excepción de una reseña elogiosa en ‘Quimera’. Novato en lides editoriales, Pérez–Reverte firmó un contrato bastante leonino acorde con la legislación de derechos de autor entonces vigente, que le impidió recuperar el libro cuando quiso cambiar de sello. Durante varios años Akal y Pérez–Reverte han peleado ante los tribunales, que acabaron dando la razón al autor de ‘El club Dumas’