Sus fotografías, hoy valoradas en el mercado mundial, se exhiben en el Centro de la Imagen y saldrán en un libro
Miguel Angel Ceballos
El Universal
Miércoles 08 de diciembre de 2004
Hace 36 años que Rodrigo Moya (1934) dejó la fotografía. Ya no es el joven insurrecto que como fotorreportero fue a cubrir los conflictos de las guerrillas centroamericanas, que se jugaba la vida y que andaba siempre en la pobreza. Dice que tiene una segunda vida y que se ha sacado una especie de "lotería intelectual". Entre 1954 y 1968 Rodrigo Moya fue parte de la nómina de reporteros gráficos que documentaron la disidencia política, las insurrecciones populares de aquel entonces, los movimientos armados en Centroamérica y Sudamérica, la invasión de Santo Domingo y otras tantas represiones. Hoy, vuelve a ser fotógrafo gracias a un grupo de investigadores que le han enseñado a valorar su propio trabajo. Esta apreciación de su acervo el cual consta de alrededor de 50 mil negativos ha provocado que desde hace un par de años lo haya abierto, y como resultado ahora se pueda conocer una parte a través de la exposición Foto Insurrecta , que se inaugura mañana, a las 19:30 horas, en el Centro de la Imagen. Foto Insurrecta es una exposición retrospectiva que coincide con la próxima publicación de un libro con el mismo nombre, de Ediciones El Milagro. El impreso reunirá casi 200 fotografías, muchas de ellas inéditas, de cuando Moya trabajaba en revistas como Impacto , Siempre! y Sucesos para todos . "Reconozco que mi trabajo es bastante interesante y representativo, pero los que le han dado fuerza son toda la gente que me ha enseñado a verlo, como Alfonso Morales, Rosa Casanova y Pedro Valtierra, entre otros. Yo cometía muchas barbaridades hace apenas un par de años: me encantaban ciertas fotos y otras las tiraba. Ahora estoy en una línea de estudio y análisis, y siento que soy otro. Siento que me llegó una especie de lotería intelectual". Luego de dejar la fotografía y no tocar en muchos años su archivo, Moya se dedicó a bucear, a editar una revista pesquera, a coleccionar caracoles y a escribir relatos que le permitieron obtener el Premio Nacional de Cuento. Pero frente a la difícil situación de no ser asalariado, considera que la fotografía lo ha salvado, que es como una amante que regresa y le paga los años que le brindó en la juventud, pues en la actualidad sus imágenes son cotizadas en México y el extranjero. "Estoy buscando sacarle dinero a este archivo, y lo estoy consiguiendo. Mi fotografía se está valorando en el mercado internacional. Es la primera vez que estoy vendiendo foto y no estoy pensando en volverme rico, pero lo que sale de la fotografía sirve para conservar el archivo, pues no es nada fácil mantenerlo", señala Moya. Foto Insurrecta permanecerá en exhibición hasta el 22 de febrero de 2005, en el Centro de la Imagen, ubicado en Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico.