miércoles, agosto 10, 2005

En los poetas, la lectura es la forjadora de sus pensamientos


José Angel Leyva. Posted by Picasa

En el mundo literario siempre ha existido la inquietud por parte de periodistas, críticos, e incluso de los propios escritores, por desentrañar la relación que existe entre la obra y el autor. Varios son los libros que han servido como intermediarios entre el lector, el escritor y la obra, y funcionar como vía de enlace. Versos comunicantes es uno de ellos.

En este segundo volumen, su coordinador -el periodista, ensayista y poeta- José Ángel Leyva se plantea nuevamente esta posibilidad de diálogo entre el lector y los escritores; y entre los autores y su propia obra. Un libro tejido de preguntas y respuestas, de historias, fechas, lugares, imágenes y poemas.

Editado por la UAM y Alforja, Versos comunicantes II reúne, explica el propio José Ángel Leyva en el prólogo, a grupos de poetas pertenecientes a las generaciones que irrumpieron en Iberoamérica en la segunda mitad del siglo XX, con sus voces anhelantes de cambios y experimentación, "en una centuria caracterizada justamente por eso, por la convulsiva rapidez de las transformaciones".

-¿Por qué es necesario, importante, un libro de entrevistas literarias?

-En el caso de la entrevista literaria en particular, y de la entrevista cultural en general, su valor fundamental es poder esclarecer una obra de la fuente más directa que existe: el propio artista. Sin embargo, quiero aclarar algo: un libro de entrevistas con poetas no es un volumen de creación, es simplemente una caja de curiosidades que vuelca sus contenidos en el momento que la abrimos. Es un género periodístico; sin pretensiones de ser la gran pieza literaria. Bien lo dice Marco Antonio Campos: no se trata de un género literario, ni de una pieza crítica, basta con conocer la obra antes de interrogar, de enterarse un poco sobre la trayectoria del poeta en cuestión, de conocer algo sobre su vida, trazar una guía para el cuestionario y estar alerta, desde un segundo plano, a cualquier pista que ofrezca el entrevistado para conducirlo a ciertos espacios de reflexión y memoria que nos lleven al descubrimiento del autor frente a su propio asombro.

-¿Cuál es entonces el objetivo de la entrevista literaria: encontrar la personalidad detrás de la obra, o simplemente mostrar cómo opera esa especie de inconsciente artístico?

-Diría que las dos cosas... Podríamos decir que tiene como cuatro áreas fundamentales, que se repiten en las diversas entrevistas, y son más o menos una constante. Primero, lo que tiene que ver con la infancia. Segundo, lo que tiene que ver con la iniciación en las lecturas. (La lectura como forjadora de pensamiento, de un discurso.) Tercero, el marco social, político, cultural de cada individuo. Y, por último, la reflexión que tiene que ver con su propia poética. En general, son estos cuatro terrenos en donde el poeta se sitúa en el momento de las preguntas. Hay otras cosas, pero eso depende ya de la relación que se da entre el entrevistado y entrevistador. Creo que cada entrevista va revelando una parte diferente de cada poeta, y de su propia poética.

-¿Ha encontrado usted, por ejemplo, respuestas a sus propias inquietudes poéticas?

-Sí... De hecho, lo hago justamente por eso. Porque mi oficio no es el de periodista; he trabajado en el periodismo, pero estoy en esto por el privilegio de preguntar y de recibir una respuesta a mis propias inquietudes. Como lo digo en el prólogo: el poeta que entrevista en realidad está persiguiendo y es perseguido por su propia curiosidad, atiende a un anhelo, a una necesidad de escuchar la afirmación o la negación de sus conjeturas sobre la obra o, quizás, en el mejor de los casos pero no el más frecuente, hallar que la gente es congruente con sus palabras, sobre todo con las escritas. Creo que la entrevista tiene la virtud de arrojar una luz en donde normalmente el hombre que escribe no lo hace, o no lo percibe.

-Hablando de esto, parece que existen varios puntos de convergencia entre los poetas iberoamericanos; ¿no lo cree?

-Así es; quizás el principal, y que uno puede descubrir en Versoconverso y en estos Versos comunicantes, es que son poetas del exilio. Escritores que provienen de contextos políticos muy complicados. En este caso, lo que nos hermana son ciertas causas que tiene que ver esencialmente con la justicia. La mayoría de las entrevistas da cuenta de las circunstancias sociales, económicas, culturales y, sobre todo, políticas que provocaron la salida de ellos o de sus padres (de sus respectivos países de origen). Entonces, además de hablar de poesía, lo que hacen estos poetas es mostrarnos un horizonte y una historia de las circunstancias políticas, sociales, culturales que vivieron en sus infancias o que vivieron sus padres. Son conversaciones que nos llevan por las rutas de la historia. No hablamos sólo de la poesía, sino también de los marcos en los que esa poesía surgió; de los abrevaderos de los que bebieron estos poetas...

-También parece que existe cierta convergencia en los procesos, en la estructura misma de la poesía...

-Sí, creo que hay ciertos marcos referenciales, ciertas figuras tutelares, ciertas lecturas, ciertos fenómenos estéticos que determinan el curso en las reflexiones. Sin embargo, me parece que hoy la poesía ya no busca, como buscaron las vanguardias, generar rupturas o crear nuevos cursos, nuevas vertientes o generar movimientos emergentes. En cambio, hoy en día tiene otros puntos en común. Por un lado, creo que hay un rescate del humor. Algo que la poesía siempre ha rechazado de manera sistemática. La poesía, justamente, por ese espíritu lírico que la domina, siempre es intimista, o épica, pero el humor por lo regular queda de lado. Pienso, por ejemplo, en un poeta como Ledo Ivo, quien posee un gran sentido del humor. Así que lo que me interesaba al coordinar este libro era, sobre todo, tomar a estas figuras que ya son representativas en la historia de la poesía y de la literatura en sus respectivos países, y mostrarlas tal como son.