sábado, abril 15, 2006

Destruyeron vándalos siete fotografías de una muestra en Guadalajara


FERNANDO CAMACHO SERVIN
Sábado 15 de abril de 2006
La Jornada


L a madrugada del jueves 6 de abril un grupo de vándalos destruyó parte de la exposición fotográfica La matanza de chivos en Tehuacán, de Carlos Contreras de Oteyza, que desde el 11 de marzo se abrió en la galería al aire libre Chapultepec, de Guadalajara, Jalisco.

El trabajo consta de 20 imágenes -siete de las cuales fueron destrozadas- que muestran una costumbre popular surgida durante la época colonial, y actualmente en vías de desaparición, consistente en matar a unos 18 mil chivos en un lapso de tres a cinco semanas para hacer con su carne el llamado mole de caderas, un platillo típico de la región.

Cada año, cientos de visitantes acuden a Tehuacán, Puebla, a finales de octubre y principios de noviembre, para observar la ceremonia, que es apoyada por el gobierno local y se acompaña por una verbena popular, en una zona donde también existe un sitio arqueológico recién expropiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su rehabilitación (La Jornada, 20 de octubre de 2005).

Testimonio de una tradición

En entrevista, Carlos Contreras denunció la ''cobardía e ignorancia" de quienes destrozaron sus fotografías, y se dijo preocupado por el clima de intolerancia que aún prevalece en el país contra algunas expresiones artísticas.

La muestra, organizada por las autoridades culturales tapatías a manera de conclusión del quinto taller Memoria visual de mi ciudad, se presenta al mismo tiempo que El Circo de Bibis, también de Contreras, exposición sobre un circo callejero, cuyas fotografías se tomaron hace 25 años y que no fueron dañadas por los vándalos.

''Mi único pecado ha sido dar testimonio de una tradición que tiende a desaparecer. Yo no inventé la matanza ni la monté para fotografiarla, y me siento indignado de que no valoren mi esfuerzo", dijo Contreras de Oteyza, quien admitió que las imágenes son duras, pero no justifican su destrucción a manos de "gente ignorante".

La matanza de chivos en Tehuacán fue expuesta en septiembre de 2004 en la Fototeca de La Habana, Cuba, donde tuvo buen recibimiento. ''Habrá personas a las que les gustó y a las que no, pero la respetaron. Lo inconcebible es agredir con un acto vandálico. Si una obra no nos gusta, sólo nos damos la media vuelta y nos vamos", señaló el fotógrafo.

Luego del incidente, se colocará una leyenda sobre las imágenes destruidas para denunciar lo sucedido y después de Semana Santa se realizará un debate sobre la intolerancia, con fecha y participantes por definir.

Respecto de la dificultad de hacer un ensayo fotográfico en un escenario de tanta tensión emocional, como la matanza de miles de animales, Carlos Contreras afirmó que aunque al principio es difícil superar el olor de la sangre y la excitación de las bestias a punto de ser sacrificadas, logró dominar esos elementos.

''Después de cinco años de ir a ese lugar ya me sobrepuse al shock, aunque no deja de ser fuerte. Estar entre tanta muerte y sacrificio es difícil. Imagínate el olor, las sensaciones, la vibra", detalló.

Indignado, destacó el saldo ''positivo" de la agresión: se renovó el interés por su obra y ya hay acercamientos para exponerla en otras ciudades. ''Agradezco la publicidad que me han hecho. Son tan tontos que su acto vandálico va a provocar el efecto contrario que deseaban".