martes, mayo 16, 2006

Restos de Colón nunca regresaron a España: expertos

Catedral de Santo Domingo.

V alladolid, España. Martes 16 de mayo de 2006. (EFE) .-Dos académicos dominicanos, el historiador Manuel García y el científico Carlos Esteban, afirmaron hoy que los restos de Colón nunca regresaron a España, y que los que viajaron, primero a La Habana en 1795, y luego a Sevilla, en 1898, fueron los de su hijo Diego.

Una confusión de los españoles que fueron a buscar el cadáver de Colón en 1795, con el fin de evacuarlo hasta Cuba debido a la pérdida de influencia política y administrativa sobre Santo Domingo, es el origen de que en España se piense que la catedral de Sevilla custodia los huesos del almirante, dijeron García y Esteban.

Los académicos participaron en Valladolid en un Congreso internacional sobre la figura y la época de Cristóbal Colón, con motivo del quinto centenario de su fallecimiento, que se cumple el sábado.

“ Podemos demostrar con pruebas y documentos que no se sabía el lugar exacto ” , dijo Esteban en declaraciones a EFE.

El investigador dominicano defendió que los verdaderos restos del almirante se encuentran en la urna descubierta en 1877, de manera casual durante unas obras en la catedral de Santo Domingo, ya que tenía unas inscripciones grabadas “ donde se decía que eran de Cristóbal Colón ” .

Recordó que ha quedado demostrado por especialistas en escritura antigua que esas anotaciones corresponden a la segunda mitad del siglo XVII, “ época en que un arzobispo, al reparar el presbiterio de la catedral de Santo Domingo, descubrió una urna que tenía los restos de Cristóbal Colón y de su hijo Diego, que cambiaron por otra nueva y le pusieron esas inscripciones ” .

Los despojos de Cristóbal Colón y de su hijo Diego fueron sacados de la Cartuja de Sevilla por la esposa de Diego Colón, María de Toledo, y trasladados en el año 1544 a la Catedral de Santo Domingo por concesión del rey, afirmó Esteban.

García, por su parte, apuntó que ambos almirantes, padre e hijo, fueron enterrados en “ dos bóvedas contiguas pero separadas ” y que la primera que apareció fue la de Diego Colón que estaba más cerca del altar, mientras que la del descubridor estaba pegada a la pared de la catedral “ , que fue la que se encontró de manera fortuita en 1877.

Otro argumento que esgrimieron los expertos dominicanos para defender su tesis, es que los huesos de Santo Domingo han sido examinados por antropólogos que han acreditado su pertenencia a una persona que padeció artritis reumatoide, enfermedad que Cristóbal Colón sufrió en vida.

En este sentido, Esteban explicó que los huesos de Sevilla, examinados también por antropólogos, ” no presentan señal de ninguna patología ni de ninguna enfermedad “ , y que los análisis allí llevados a cabo ” no son definitivos porque están todavía muy crudos y han existido contradicciones en los resultados".